EL MALIGNO SIGUE UTILIZANDO HOY DIA LAS MISMAS TENTACIONES QUE LE HIZO A JESUS PARA HACERNOS CAER.

viernes, 11 de marzo de 2011

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El Evangelio de este Domingo I de Cuaresma nos refiere acerca de las tentaciones que Jesús tuvo. No hay que ver estas tentaciones como algo lejano, como algo que ya el maligno no utiliza, todo lo contrario, las sigues utilizando, más perfeccionadas y en mayor medida, pero no tengamos miedo, porque en Cristo Jesús somos victoriosos.
La primera tentación que el demonio le presenta a Jesús es que convierta las piedras en panes. Hoy también nos presenta un “mesianismo de bienestar material”. Nos hace pensar que somos redimidos por la abundancia de bienes que tengamos. Vivimos solo para producir y para vivir bien, esa es la meta de muchas personas que han caído en este falso mesianismo. No se han dado cuenta que la primera Bienaventuranza se refiere a aquellas personas que tienen un espíritu de pobre, es decir que son humildes, ya San Agustín lo decía “la escalera al cielo es la humildad”.

La segunda tentación presentada a Jesús es cuando es llevado al lugar más alto del templo y le dice que se tire. Esta tentación el demonio se la presenta al mundo como un “mesianismo mágico”, que radica en lo espectacular, en el milagro diario, en la gloria embriagadora, aunque efímera, en el aplauso, en el figurar etc.

Consideramos que un milagro es un signo extraordinario del poder de Dios, pero un milagro también es un signo cotidiano en nuestras vidas como el poder existir y respirar, la familia, los hijos, la salud, la enfermedad etc. En lugar de pedir tantos milagros, abramos nuestro corazón y nuestras manos para agradecerle a Dios por tanto amor.

La tercera tentación presentada a Jesús es la grandeza del mundo y en donde el demonio quiere que se adore y se le sirva. Hoy nos la presenta como un “mesianismo político” que trata del dominio del mundo, del poder, de la superioridad del más fuerte.

Jesús venció al demonio proclamando la Palabra de Dios, pero no solamente con palabras, sino con hechos que estaban repletos de amor y que hoy tanta falta le hacen al mundo.

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