Los cuatro evangelistas se representaron con las figuras de los cuatro vivientes de Ezequiel (1,5) y Apocalipsis (4,6): hombre, león, toro y águila. La interpretación más admitida es la que hizo san Jerónimo, basándose en los comienzos de los mismos evangelios:
· Hombre: Mateo, porque empieza con la genealogía humana de Cristo.
· León: Marcos, porque empieza con la voz poderosa del Bautista en el desierto, donde habitaban los leones.
· Toro: Lucas, porque empieza con el sacrificio de Zacarías en el templo, donde se sacrificaban toros.
· Águila: Juan, porque en el prólogo se remonta como en un alto vuelo de un águila, hasta la preexistencia de Jesús en el seno del Padre.
¿Por qué hay diferencias entre los cuatro Evangelios?
Estos son los motivos:
· Cada uno de los evangelistas narra los hechos sobre Jesús según su experiencia y sensibilidad personal.
· Cada evangelista arregló todo el material de la vida de Jesús según el objetivo que se proponía al escribir su “Evangelio”, y según los destinatarios al que era dirigido.
· Cada evangelista se sintió totalmente libre frente a los pormenores históricos o geográficos. A ellos no les interesaba mucho si un milagro fue antes o después, o si esa enseñanza la dijo en uno u otro lugar. Lo importante para ellos era mantener vivo el recuerdo del mensaje y de la persona de Jesús.
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