Aunque la opinión pública mundial no
le puso la misma atención a los XIV Juegos Paralímpicos, como sí a los
Olímpicos, ambos desarrollados en Londres, hubo detalles que dieron lecciones
de fuerza y entereza de quienes, aún con limitaciones físicas, son todos
campeones: los que suben al podio y los que no. La mejor definición que leímos,
la de una colega periodista, "Cuerpos quebrados, atletas íntegros".
En una competición sin ventajas, sin
excusas y casi sin dopping (no faltaron también los de tipo 'tecnológico'), los
números hablan de 4.300 atletas, 164 países y 20 disciplinas deportivas. Otras
cifras confirman que el equipo chino alcanzó el primer puesto, seguidos de los
rusos y de los ingleses. Allí también hubo oro, plata y bronce por récords mundiales,
habiéndose colgado algunos atletas hasta 8 medallas al cuello, como las
nadadores australianas y estadounidenses; o las 6 de oro de un brasilero,
también en natación. Y no faltará de esto y mucho más en los Juegos de Río de
Janeiro 2016.
En los días finales, las cámaras de la
televisión italiana Raisport transmitieron el momento en que la atleta italiana
invidente, Annalisa Minetti, quien también es cantante y madre de familia,
recibía una medalla de bronce por la carrera de los 1.500 metros. Y luego
enfocaron a la reportera, también emocionada, que le hace la pregunta de rigor:
"¿Cuánto vale para ti esta medalla?"
Una sonrisa, un pensamiento al cielo,
y una verdad pétrea de la atleta que le sale del alma: "Mi verdadera
medalla la llevo siempre conmigo, es Cristo", mientras saca debajo de su
camiseta un crucifijo, que mostró más orgullosa que la de bronce, ganadas ambas
con lealtad y constancia.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Deja tus comentarios