El Papa Benedicto XVI resaltó la labor de los médicos en el Ángelus de este domingo 1 de julio del 2012.
Las dos curaciones milagrosas de las cuales habla el evangelio (Mc 5,21-43) fueron abordadas por el Santo Padre destacando que Jesús siempre está atento al sufrimiento humano.
Los médicos, los operadores sanitarios y todos aquellos que ayudan a los enfermos a llevar su cruz son “reservas de amor, que llevan serenidad y esperanza a los que sufren”.
Con estas palabras recordé
recientemente cuando estuve aquejado por un fuerte dolor y acudí al doctor y
sin mediar palabras y sin hacer ninguna revisión me dijo que necesitaba hacerme
unos estudios de los cuales para mí era imposible pagar. Busque otro doctor el
cual sabía que era un hombre de Dios y para sorpresa la mía me dijo que no era
necesario hacerme esos estudios ya que no tenia absolutamente nada.
Pongo el ejemplo porque sé
que no son todos los médicos que actúan de una manera ambiciosa, algunos
inclusive en lugar de llamarnos pacientes nos dicen clientes, muchos de ellos
no se han dado cuenta que son cooperadores en el plan de salvación de Dios.
El papa se refirió a la
urgente necesidad de afianzar nuestra fe y dijo
que “a Dios le pedimos tantas
curaciones de problemas, de necesidades concretas, y es justo, pero lo que
debemos pedir con insistencia es una fe más segura, para que el Señor renueve
nuestra vida, y una firme confianza en su amor, en su providencia que no nos abandona”.
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