El Éxodo viene de la transliteración
del griego éxodos, que significa camino de salida, partida. En la Biblia se
designa especialmente la salida de los hebreos de Egipto, que también comprende
la larga peregrinación de cuarenta años que los condujo de Egipto a la
tierra prometida a través del desierto
(3,7-10).
Dos fechas se han dado respecto al año
en que el éxodo tuvo lugar, una hacia el año 1441 a.C bajo el reinado de Amenofis
II de la XVIII dinastía, otra en el año 1290 a.C bajo Ramsés II de la dinastía XIX.
El acontecimiento del Éxodo marcó el verdadero nacimiento del pueblo de
Dios como pueblo santo, especialmente dedicado a Dios.
La liberación de la esclavitud
faraónica es signo fundamental del amor divino, convertida para siempre en símbolo
del interés salvífico de Dios por el pueblo sufriente. El mismo Dios que libró
una vez a su pueblo de la cautividad del poderío de Egipto, lo salvará todavía
en momentos en que se vea amenazado por otros poderíos (cf. Sal 107,31-35; Is
10,25ss; 63-64; Jer 16,14ss; Miq 7,14ss).
El libro del Éxodo es el segundo de la
Biblia católica, uno de los cinco que constituyen el Pentateuco. En la Biblia
hebrea este libro se titula “semot”, que son las palabras iniciales “Y éstos son los nombres de los hijos de
Israel..”
El libro está compuesto de 40 capítulos
y puede dividirse en tres secciones principales:
1) Desde la cautividad de Israel en
Egipto hasta el gran acontecimiento de la liberación (Cap 1-15), precedido por
la lucha contra el faraón, las 10 plagas, la institución de la Pascua y la travesía
del mar rojo o mar de las cañas.
2)
Marcha por el
desierto hasta el monte Sinaí (Cap 16-34) con el hecho central de la Alianza y
la entrega a Moisés de los Diez Mandamientos.
3) Construcción y montaje del tabernáculo,
anticipación del templo de Jerusalén (Ex 35-40).
Pocos libros del AT son más Cristocéntricos
que el Éxodo. Está repleto de tipos e imágenes que preanuncian la persona y la
obra de Cristo. Las grandes imágenes y episodios del Éxodo son citadas en el
NT. Moisés prefigura al Hijo que sería puesto sobre toda la casa de Dios (Heb
3,1-6). El paso por el mar rojo representa la liberación del poder del diablo
mediante la muerte y resurrección del Señor Jesús (Heb 2,14). El maná es el
tipo del Pan viviente que bajó del cielo (Ex 16; Jn 6,31-34ss). La roca
golpeada de la que brotó agua “era Cristo” (Ex 17, 1-7; 1 Co 10,4). El culto mosaico,
los sacrificios, las diversas partes del Tabernáculo, todo ello era figura y
sombra de las cosas celestiales (Heb 8,4-59; 9,23-24).
Todos los dias se aprende algo nuevo de nuestro señor jesucristo, gracias.
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