Sin quitar la inspiración para recurrir a cualquier parte de la Biblia
en cualquier momento, se puede establecer algún orden que ayude en el mayor
entendimiento.
Hay varias opciones:
1. Seguir por orden las etapas de la historia de la
salvación: del Antiguo al Nuevo Testamento.
Ventajas: Es una lectura que nos lleva progresivamente por la Historia de
Salvación.
Inconvenientes: Es un camino muy largo para llegar al Evangelio que es "la plenitud
de la revelación".
Se encuentran secciones difíciles de leer y de menos importancia que los
Evangelios.
2. Leer primero el Nuevo Testamento y pasar luego
al Antiguo.
Ventajas:
Con la lectura del Evangelio, el lector entra inmediatamente en contacto con la
persona de Cristo, su vida y su doctrina; y percibe luego, en los demás escritos
del Nuevo Testamento, el desarrollo y
profundización de la fe y de la moral cristiana, gracias a las luces del
Espíritu Santo dado en Pentecostés.
Después vendrá la lectura del Antiguo Testamento que
es la preparación, querida por Dios en vista de la Nueva Alianza.
Inconvenientes:
Este método no permite constatar suficientemente que el Nuevo Testamento es
la plenitud de realización de las
promesas hechas en el Antiguo, que el Nuevo Testamento se enraíza en el Antiguo
y que éste sirve porosamente para "iluminarlo y explicarlo".
3. Lectura combinada de Antiguo y Nuevo Testamento.
Ventajas: Se
pueden escoger los principales libros que nos ofrecen una enseñanza fundamental
y después ir a los demás.
Inconveniente: Si
no se tiene cuidado podrían olvidarse algunos libros o escoger lo que más nos
guste y no lo que Dios quiere enseñarnos. Este inconveniente puede vencerse si
se advierte el peligro.
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