EL VERDADERO SIERVO DE DIOS Y APÓSTOL DE CRISTO JESÚS

viernes, 1 de junio de 2012

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Para nuestro estudio tomaremos las palabras del apóstol Pablo al dirigirse a Tito donde dice “Pablo, siervo de Dios, apóstol de Jesucristo para llevar a los elegidos de Dios a la fe y al pleno conocimiento de la verdad que es conforme a la piedad” (1,1).

La carta a Tito que se encuentra dentro de las cartas pastorales conjuntamente con la primera y segunda a Timoteo nos presenta a un Pablo considerándose siervo y apóstol.  Se considera siervo de Dios porque está al servicio de su proyecto para el bien de su pueblo, exactamente como el siervo del Señor anunciado por Isaías “He aquí a mi siervo a quien yo sostengo. He puesto mi espíritu sobre él (Is 42,1).

El término “siervo de Yahvéh” que en hebreo significa “ebed Yahvéh” designa a  todo aquel que reconoce a un Dios  con poder y encima de él. Pablo sabía que Dios tenía poder sobre él ya que le había abierto su corazón para que la luz de Cristo lo convirtiera en un hombre nuevo (Episodio en Damasco Hch ,3-11).

En griego el término “siervo” es “doulos” que significa esclavo y que en el Antiguo Testamento era un titulo honorifico a los enviados de Dios.

A la par del término “siervo de Dios” Pablo se considera “apóstol de Jesucristo”, es decir un enviado, un emisario, un delegado oficial encargado de una misión. Pablo se consideraba un embajador de Cristo Resucitado y por lo tanto con autoridad sobre comunidades. El sustantivo “apóstolos” aparece unas 80 veces en el Nuevo Testamento.

El mismo Jesús le dijo a sus discípulos  estando con ellos en una ocasión luego de haberse marchado la samaritana “Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me ha enviado y llevar a cabo su obra” (Jn 4,34). Jesús les manifiesta claramente que ese también debe ser su alimento y que la obra del Padre también es la de ellos.

Pablo sabía que un apóstol es un discípulo de Jesús que enseña la obediencia a sus mandatos, dentro de su corazón solo había el deseo de que las personas conocieran a Cristo Resucitado. Su único objetivo era “llevar a las personas a la fe  y al conocimiento de la verdad, esperando la vida eterna” (Ti 1,1-2).

El verdadero apóstol tiene unas funciones específicas según el mismo Pablo:
1. Es un padre espiritual que trasmite vida en Cristo Jesús, la muerte no se encuentra en su enseñanza ya que no existe para el que obra conforme a la voluntad de Dios (1 Co 4,15).
2. Es un trabajador incansable, cuyo patrono es Dios y su meta es la construcción y edificación del Reino (1 Co 3,9).
3. Es un transformador de mentes, donde su prioridad principal es que las personas no se amolden al mundo en que viven, sino más bien que se produzca en ellos una renovación  que les permitirá distinguir la voluntad de Dios, lo que es bueno y lo que es malo (1 Ro 12,2).
4. Es un hombre de paciencia a toda prueba, soporta las dificultades que se le presenten, sabe que él no tiene merito alguno, todo lo bueno en él es por la gracia de Dios. (1 Co 12,12).
5. Es aquel que edifica y enseña en el amor, el cual debe ser paciente, no aparentador y no debe  buscar su propio interés (1 Co 13, 1-13).
En resumen el verdadero siervo de Dios y apóstol de Jesús es aquel que se siente sostenido por Dios que está por encima de él y es enviado  por Jesús a predicar la Buena Nueva  toda la humanidad.
Hoy el mundo necesita muchos siervos y muchos apóstoles pero no que actúen en nombre propio, sino que estén movidos por el mismo amor de nuestro Padre que llegó incluso a dar a su único Hijo para que en Él todos tuviéramos vida y vida en abundancia.

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