Los anglicanos de Australia, Nueva
Zelanda, Suráfrica y Estados Unidos hace años que tienen "obispas",
pero los de Inglaterra no las tendrán al menos durante unos cuantos años,
después de que el pasado martes 20 de noviembre los laicos del Sínodo anglicano
bloquearan esta posibilidad, aunque era promovida por el Primado anglicano
saliente, Williams; el entrante, Welby; la práctica totalidad de los obispos
(sólo 3 votaron en contra y 44 a favor) y la gran mayoría del clero (148 a
favor, 45 en contra).
Los laicos votaron 132 a favor y 74 en
contra... quedando a 6 votos de la mayoría de dos tercios que la normativa
pedía. De hecho, ya en 1992, cuando se sometió a votación las
mujeres-sacerdote, los laicos casi no llegaron al mínimo requerido: se aprobó por
2 votos.
Más
de 100 intervenciones rapidísimas
En el debate, larguísimo y agotador,
se escucharon más de cien intervenciones, muchas de ellas limitadas a un minuto
o menos. Nadie considera que fuera un debate profundo. Vale la pena revisar las
argumentaciones que se usaron para entender el proceso.
Pero antes, para entender las
intervenciones, es bueno citar un reciente artículo de Edward Norman, doctor en
Historia, ex-canónigo canciller anglicano de la catedral de York, pasado al
catolicismo hace poco. "La principal diferencia entre el cristianismo
católico y el anglicanismo es que el catolicismo tiene una doctrina y el
anglicanismo no tiene absolutamente ninguna. [...] Los asuntos morales se
determinan -si es que se determinan- según datos presentados por la prensa o
según los sondeos de opinión. Las cuestiones doctrinales no se airean
demasiado, porque hay poco terreno común para dar formulaciones precisas, y
tampoco hay estómago para debatirlas. Y, de todas formas, no hay autoridad que
determine la base de autoridad. Excepto, se supone, la legislación
parlamentaria".
Con esto en mente, vamos a clasificar
las intervenciones en el sínodo anglicano en 3 grupos:
1 - ¿Qué autoridad tiene la Iglesia de
Inglaterra para decidir la ordenación episcopal de las mujeres?
2 - ¿Qué tiene que ver la ordenación
episcopal de las mujeres con la capacidad evangelizadora?
3 - ¿Qué derechos tiene la minoría
anglicana que no quiere obispas? ¿Cómo se protege a esta minoría?
1 - ¿Por la autoridad de quién?
El tema de la autoridad hace
tambalearse todo el edificio del anglicanismo. Cuando un anglicano se pregunta
mucho "¿por la autoridad de quién tal o cual tema es verdad?", puede
acabar haciéndose luterano o evangélico (si cree la enseñanza de Lutero de que
"Sólo la Escritura enseña"... que es algo que la Escritura no dice) o
haciéndose católico (si cree, como dice el Nuevo Testamento, que la Iglesia es
"pilar y fundamento de la verdad" y que Jesús dio a Pedro "las
llaves del Reino de los Cielos").
En el caso católico, el debate sobre
este tema se acabó en 1994 precisamente por la autoridad de Juan Pablo II,
expuesta en "Ordinatio Sacerdotalis": "con el fin de alejar toda
duda sobre una cuestión de gran importancia, que atañe a la misma constitución
divina de la Iglesia, en virtud de mi ministerio de confirmar en la fe a los
hermanos (Lucas 22,32), declaro que la Iglesia no tiene en modo alguno la
facultad de conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que este
dictamen debe ser considerado como definitivo por todos los fieles de la
Iglesia".
Los anglicanos, sin esta autoridad,
mantienen el debate... algo que agota recursos y capacidades, como lamentaron
Rowan Williams y muchos otros al ver, tras la votación, que se alargará al
menos otros 10 años. Williams quería ver a Welby "liberado" del
tema... No será así, le agotará y debilitará y desviará recursos eclesiales.
2 - ¿Hay que ordenar obispas para
evangelizar mejor? ¿Sólo porque lo dice "el mundo"?
Como hemos visto, el bando pro-obispas
casi no usó argumentos doctrinales. En el sínodo, como en los años de campaña
previa, insistieron sobre todo en que ordenar obispas "es lo que el mundo
espera de nosotros", o "es lo que la gente espera de nosotros".
De hecho, se oyó la variante "es lo que la Reina espera de nosotros".
3 - ¿Qué hacer con la minoría
anglicana que no quiere obispas?
Al final, fueron 6 votos de laicos los
que bloquearon a las obispas. Y ningún laico obedeció los consejos de "si
no te gusta, abstente". Y la clave está en que incluso algunas personas
que aceptaban las obispas no aceptaban la falta de protección a los sectores
anti-obispas.
Hay que entenderlo. Si eres un
anglicano conservador y no aceptas a una mujer-sacerdote, no crees que tenga
poder de perdonar o consagrar, te vas a un reverendo varón. Pero si las obispas
ordenan sacerdotes, y no crees en la validez de esas ordenaciones... ¿cómo
saber si ese hombre es de verdad clérigo, quién lo ha ordenado?
A los conservadores se les ofrecían
parroquias sin obispas. Por ejemplo, la obispa enviaría un obispo auxiliar o
vecino para las Confirmaciones. Pero el sector evangélico, para quien los
"sacramentos" no son tan importantes, no lo aceptaba: los evangélicos
se negaban a reconocer el "ser cabeza" (headship) de una mujer,
incluso si pastorea desde lejos.
Por otra parte, las
"provisiones" (protecciones especiales para los grupos anti-obispas)
no convencían a nadie. No estaban escritas en ningún sitio. "Nos piden
firmar un cheque en blanco, y eso me pude llevar a la bancarrota", dijo un
oponente. El nuevo Primado, Welby, dijo que él personalmente se aseguraría de
que las "provisiones" fuesen justas y protegiesen a la minoría
anti-obispas. Pero lo cierto es que en EEUU la persecución contra las
parroquias anglicanas conservadoras ha sido dura, Welby es nuevo y no se le
concede gran poder en realidad, y en cualquier caso mañana podría morir o
dimitir.
La
minoría conservadora gana tiempo
Como resultado, el sector
anti-obispas, sabiéndose minoritario, buscó y consiguió al menos la minoría de
bloqueo con frases como "no pasa nada por esperar otros 20 años más"
y "eso de basta-de-esperar es antibíblico, la Biblia nos pide más bien
tomarnos tiempo". Y una y otra vez salieron laicos y clérigos a decir
"no nos sentimos protegidos" y "¿hay sitio en la Iglesia de
Inglaterra para los que nos atenemos a la Biblia?"
Tras la votación, una de las líderes
anti-obispas, Zoe Ham, del grupo conservador evangélico Chuch Society lo dijo
bien claro: las garantías que se les dieron "no eran claras".
Susie Leafe, otra mujer anti-obispas
que reunió 2.200 firmas de mujeres contra el episcopado femenino, aunque satisfecha
de haber conseguido bloquear la nueva doctrina por unos años, no se mostraba
muy animosa: "el pasado verano vimos jubilarse los últimos obispos
evangélicos conservadores que se oponen a las obispas". Y de los obispos
de tendencia anglocatólica, 7 se han hecho católicos en Inglaterra en apenas 3
años.
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