El salmo 140 es una oración viva, en la que se
le pide socorro al Señor para verse libre del enemigo, los malvados y
poderosos. El Salmo nos recuerda que en otras ocasiones similares el señor ha
intervenido a favor de los que suplican.
El
Salmo recuerda que Yahveh es el “casco protector” que defiende nuestra cabeza
contra el ataque de los enemigos.
En
estos momentos difíciles que vive nuestro país, es necesario que todos oremos este Salmo que será nuestra
protección.
“Líbrame, Señor, del hombre
malvado, defiéndeme de la gente violenta, de los que en su corazón maquinan
males y que provocan riñas cada día; que cual serpiente afilan sus lenguas y un
veneno de víbora hay en sus labios. Señor, protégeme de manos del impío,
defiéndeme de la gente violenta, que piensan cómo hacerme tropezar. Los
soberbios me han puesto un lazo oculto, han tendido redes bajo mis pies y me
han puesto trampas junto al sendero. Dije al Señor: "Tú eres mi Dios,
presta atención, Señor, a la voz de mi súplica". Señor Dios, poderoso para
salvar, tú cubres mi cabeza el día del combate. No consientas, Señor, los
deseos del malvado, no dejes que su plan se realice. Que no alcen su cabeza los
que me asedian, que la malicia de sus labios los ahogue; que lluevan sobre ellos brasas ardientes, que
los eches al abismo y no salgan. Que la tierra rechace al detractor y persiga
al violento el mal sin tregua. Sé que el
Señor hará justicia al desvalido y dará a los pobres la razón. Los justos darán
gracias a tu Nombre, los hombres rectos se quedarán en tu presencia”.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Deja tus comentarios