LO QUE LOS ADOLESCENTES QUIEREN ESCUCHAR

jueves, 23 de febrero de 2012

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Qué es una etapa difícil pero necesaria para la maduración, no es novedad. Que cuesta comunicarse con ellos, un hecho indiscutible. Pero no todo está perdido, aunque están en la edad del pavo (una expresión ingrata), los hijos siguen siendo seres humanos a los que les hace muy bien escuchar ciertos mensajes.
Seguramente al pensar en los temas de los que se habla con un hijo adolescente lo primero que se viene a la mente son cientos de llamadas de atención: por la hora que llegó el fin de semana, por su desinterés, por la baja de notas, por su pelo largo o sucio, por su indolencia…
De hecho, si no se pone especial atención, la relación de los adultos con un adolescente puede estar peligrosamente reducida a críticas y a la vigilancia del cumplimiento de normas.
El problema es que, contrario a lo que se piensa, los adolescentes tienen necesidades especiales de comunicación y, más aún, ellos esperan que sean los padres quienes tomen la iniciativa.
Para este crucial acercamiento, la psicóloga María Elena Gumucio, del departamento de psiquiatría de la PUC y terapeuta familiar del Instituto chileno, ICHTF, explica que los padres deben tener en cuenta dos puntos fundamentales.
El primero de ellos, entender que el comportamiento más desafiante de los hijos a esta edad no tiene que ver con que se transformó en una mala persona, sino que es algo propio de su desarrollo. “Es normal y también positivo que el adolescente evalúe y cuestione lo que se le ha enseñado. Eso a los padres les provoca la sensación de que existe mucho conflicto y quizás amplifican lo que simplemente es parte de un proceso”, dice la especialista.
Luego, en segundo lugar, no perder de vista que la emocionalidad del adolescente es intensa, variable y poco profunda y no vale la pena sobrereaccionar frente a ella. Es decir, “una niña a esta edad puede gritarle a su madre que la odia y a la hora siguiente le dice que tomen té juntas. Pero si esa reacción los padres la viven con la profundidad del adulto, es decir, se lo toman a pecho, sin duda enredarán mucho las relaciones”, explica María Elena. En otras palabras, no vale la pena enganchar con las descalificaciones explosivas de un adolescente, y entender que no es lo mismo que esas palabras las diga, por ejemplo, una hija de 35 años.

Teniendo estos puntos en cuenta hay actitudes y frases que los padres deben decir, pues a los adolescentes les hace muy bien sentirlas y oírlas:
1- “Me encanta estar contigo”
Pese a que los adolescentes son los que ponen la distancia con los padres, la percepción de ellos es que los papás se dan muy poco espacio para acercarse y estar juntos. Hay muchas cosas que no se conversan porque no se dan los espacios. Por eso según María Elena, “de vez en cuando, es bueno estar individualmente con ellos. Y conversar,…pero conversar de verdad, es decir, evitando interrogarlos de lo que a los padres le interesa, evitando los temas sólo escolares y evitando sacar a flote lo que están haciendo mal. Hay que buscar otros temas como, por ejemplo, interesarse por sus amigos”.

 2-.“Puedes acudir a mí para lo que sea, aquí estoy para escucharte”
Un adolescente da mucha importancia al hecho de poder acudir a sus padres cuando existen problemas. Darles la seguridad que se estará siempre disponible para ellos es clave. Ahora, lo importante es saber que estar verdaderamente disponible, es escuchar, evitar contrapreguntar de entrada y sermonear como disco rayado. Hay que escucharles sin interrumpir y no corregir continuamente. “Así se les deja claro que ellos son importantes y que uno se preocupa de sus cosas”, dice María Elena. Además que escuchar con atención también estimula el deseo de hablar de los hijos. Se construye un ambiente de respeto y afecto mutuo. Por el contrario, si no se les presta atención, se les estará dando una buena razón para que busquen consejo y ayuda en otros lugares.

3-. “Estoy orgullosa de ti”
Para que éstas no sean palabras al aire, que incluso suenan como mentira, María Elena Gumucio explica que es bueno hacer el ejercicio de pensar en algunas características positivas del hijo adolescente. “No es lo mismo decirle estoy orgulloso de ti, que más bien suena una frase para dejarlo feliz, que decirle que se está contento y orgulloso por algo concreto. El ideal es recalcar una característica positiva con un ejemplo, como “qué buen amigo fuiste con Pedro”. Al hablar de casos puntuales uno le demuestra al hijo que de verdad se está viendo eso que hizo. Mientras más abstracta es la idea, menos creíble es. Y para hacer sentir realmente este orgullo ayuda mucho que los padres eviten comparaciones y también eviten poner metas desmedidas y no acordes a la realidad de cada hijo, como por ejemplo, exigir puros siete a alguien que le cuesta.

4-.“Sí, está bien”
Como los diálogos con los adolescentes suelen estar cargados de reproches y correcciones, no es raro que ellos intenten “defenderse” diciendo, pero “yo soy el único de mis amigos que por lo menos aviso que llegaré tarde” o “soy la única que te cuento mis malas notas”. A eso la respuesta natural de los padres es que no les importa lo que haga el del lado. Sin embargo, es bueno de repente validarles su postura y valorarles su argumento. “Sin caer en la manipulación de esa típica estrategia juvenil, y sin dejar de exigir en lo que es importante, no está mal decirle, que sí, está bien y que se les aplaude que avisen cuando van a llegar más tarde o que muestran todas sus notas”, concluye María Elena.

5-. “Confío en ti”
Es importante reflejarle a los hijos la sensación de potencia, es decir, demostrarles que se cree en ellos y en las cosas que pueden hacer. Pero, según María Elena Gumucio, esta confianza no debe expresarse como una exigencia o con un tono de presión, sino que debe ser en son de empuje, con un modo muy cariñoso: “confío en que podrás hacer lo que te propones”.

 6-. “Te quiero”
A veces, los padres pierden muchas oportunidades de expresar amor y cariño y también de recibirlo, sólo porque no se lo han propuesto como un objetivo consciente, y sin embargo, es el mensaje más importante que los adolescentes quieren oír.
El amor es ingrediente fundamental de una familia sana. Te quiero, dicho en voz alta y a menudo es lo que más ayuda a saber quienes son y porqué han nacido. Un adolescente debe estar seguro del amor de sus padres. Y sin duda que la mejor manera de demostrarlo es con tiempo y dedicación.
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