FELIZ AÑO 2016

jueves, 31 de diciembre de 2015

Feliz año 2016 para todos, que la bendición de Dios este siempre con ustedes, que este nuevo año sea de consolidación en una relación verdadera con el Señor. Volvemos a partir de la 3ra semana de Enero. 

SE HA CAMBIADO EL AMOR POR LA VIOLENCIA Y EL ODIO (Lc 3,10-18)

miércoles, 9 de diciembre de 2015

El texto de Lc 3,10-18 se refiere a las respuestas de Juan el Bautista a la multitud. La misma es colocada por el evangelista luego del momento en que “la Palabra del Señor se dirigió a Juan” (Lc 3,2).  Juan es el último de los profetas, a través de él Dios nos ha ofrecido un tiempo más para la conversión, Juan viene a preparar el camino del Señor. Muchos no nos damos cuenta que estamos en el tiempo regresivo en que todo acabará con la venida del Señor y en donde todos seremos juzgados de acuerdo a nuestros actos. El momento nadie lo sabe, solo Dios, es por ello que es necesario repensar nuestra vida, lo que hemos hecho mal es mejor ahora hacerlo bien, a quien le hemos hecho daño es mejor pedir perdón.
Juan le dice a la multitud: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo.» (Lc 3,11). Sus palabras son un llamado de atención a la solidaridad, al servicio al otro, pero sobre todo su llamado es al amor. El mundo ha perdido ese amor y lo ha cambiado por violencia y odio. El ser humano se considera autosuficiente, piensa que no necesita de Dios. Juan nos enseña todo lo contrario, por ello dice: “Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Lc 3,16). El Bautista declara que él sólo es un “esclavo,” pues él no es digno de ejercer con Él el oficio de los esclavos: “descalzarle” Además, su bautismo es en “agua,” pero el del Mesías es “en fuego.” Probablemente la forma primitiva es ésta, en contraposición al bautismo externo de Juan. Por el “fuego,” purificador profundo, se decía en la ley, se ejercían las grandes purificaciones “rituales.” La forma “Espíritu Santo,” en oposición a “fuego,” puede ser ya original de Lc, pero posiblemente no lo fue en las primeras fuentes, sino sólo en “fuego.”

Al final del texto el evangelista destaca de Juan: “Y, con otras muchas exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva” (Lc 3,18)  “πολλὰ μεν οὖν καὶ ἕτερα παρακαλῶν εὐηγγελίζετο τὸν λαόν”. Siempre en la boca de Juan estaba el anuncio de la Buena Nueva, ojala y este tiempo sea propicio para anunciar con valentía y fuerza el anuncio que trae salvación. 

EL CAMBIO CLIMÁTICO AFECTA LA SALUD DE LOS NIÑOS

lunes, 30 de noviembre de 2015

"Todos los niños necesitan un ambiente seguro y saludable y el cambio climático es una creciente amenaza para la salud pública de todos los niños en este país y alrededor del mundo". Así de contundentes se muestran los expertos de la Academia Americana de Pediatría (AAP), que ha alertado de los peligros que el cambio climático puede provocar en los niños.

Esta institución ha publicado una declaración política en la que asegura que el cambio climático tiene una vinculación directa con la salud de los niños, por lo que insta a los pediatras y políticos a trabajar juntos para proteger a los más pequeños frente a estas amenazas relacionadas con el clima.

Amenazas del cambio climático para los niños

Entre las amenazas para los niños y el medioambiente relacionadas con el cambio climático estos expertos destacaron los desastres naturales, el estrés por calor, la baja la calidad del aire, el aumento de las infecciones y las amenazas en cuanto a los suministros de alimentos y agua.

Para la presidenta de la AAP, Sandra G. Hassink, "los pediatras tienen una voz única y poderosa en esta conversación debido a su conocimiento sobre la salud infantil y la enfermedad y su papel en garantizar la salud de los niños en la actualidad y en el futuro".

Cambio climático global y salud infantil

La declaración política de la asociación, denominada 'Cambio Climático Global y Salud Infantil', viene a actualizar una similar lanzada en 2007 y se ha publicado en la edición de noviembre de la prestigiosa revista Pediatrics.

En este texto, la APP señala que existe un amplio consenso entre las organizaciones científicas y los climatólogos de que los amplios efectos conocidos comúnmente como "cambio climático" son el resultado de las actividades humanas contemporáneas.

Asimismo, la asociación recuerda que, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 88 por ciento de la carga actual de morbilidad atribuible al cambio climático se da en niños menores de cinco años. Este dato ha llevado a la AAP a considerar que el cambio climático representa una amenaza para la salud y la seguridad de las personas, siendo los niños especialmente vulnerables, por lo que insta a tomar medidas inmediatas.

LA CONVERSIÓN QUE DIOS QUIERE DE CADA UNO DE NOSOTROS NO ES UN GIRO DE 360° (Lc 3,1-6)

El texto se inicia con un tiempo cronológico en Lucas “en el año quince del reinado del emperador Tiberio” es decir, el año 28/29 de nuestra era. Entonces era Poncio Pilato procurador de Judea (26-36); Herodes Antipas, tetrarca de Galilea (4 a.C. - 39 d.C); su hermano Filipo, tetrarca de Iturea y de la Traconítide, que están situadas al norte y al este del lago de Genesaret (4 a.C. - 34 d.C). Lisanias era tetrarca de Abilene al noroeste de Damasco, en el Antilíbano (Lisanias murió entre el 28 y el 37 d.C). Las indicaciones de Lucas se han visto confirmadas por ins cripciones y por historiadores antiguos. Además de las autoridades civiles se indican también las religiosas: el sumo sacerdote en funciones José Caifás (18-36 d.C), junto al que gozaba de gran prestigio su suegro Anás, que le había precedido.
El texto continua  diciendo que la “Palabra” (ῥῆμα gr. rhema) del Señor se dirigió a Juan el hijo de Zacarias, en el desierto, él recorría toda la región del Jordan predicando el bautismo del “arrepentimiento” (μετανοίας gr. metanoías) para el “perdón” (ἄφεσιν gr. afesin. Denota también libertad) de los pecados, tal y como estaba escrito en el libro del profeta Isaías “Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios” (Is 40,3-5). El profeta Isaías ve en una visión una espléndida procesión a través del desierto. Dios, el Señor, va en cabeza de su pueblo, que retorna en caravana de Babilonia a la patria. Una voz se levanta en el desierto por el que avanza la comitiva e invita a preparar un camino real. Esta palabra dirigida a los que regresan a la patria se entiende ahora en forma nueva. La voz del que clama en el desierto es Juan. El Señor —el Mesías— viene, y con él su pueblo. La preparación del camino se entiende en sentido religiosomoral; se llama a penitencia, conversión y retorno a Dios, bautismo de penitencia para el perdón de los pecados. Obra verdaderamente gigantesca: trazar un camino por el desierto; transformar los corazones. Toda carne ha de ver la salvación de Dios. El tiempo de la salvación está alboreando. Dios lo prepara para «toda carne», para todos los hombres. Va a cumplirse el anuncio profético de Simeón: Una «luz para iluminar las naciones» (2,32). El predicador de penitencia y conversión, el precursor Juan tiene una misión para todos los tiempos. Hay que preparar con penitencia un camino a la salvación del Señor.
Actualidad
El tiempo se acorta cada día, es necesario hacer de este mundo un lugar de paz, la gran pregunta seria ¿por dónde empezar? En nuestras familias esta el camino que nos lleva a realizar un mundo mejor. Jesús tiene que nacer diariamente n cada uno de sus integrantes, es necesario conocerlo, amarlo, pero sobre todo seguirlo.
La conversión que Dios quiere de cada uno de nosotros no es un giro de 360° para quedar en lo mismo, se necesita cambios profundos en nuestra vida, tiene que haber perdón, misericordia, amor, bondad, paz, alegría y sobre todo esperanza en que todos veremos la salvación de Dios.


PODER, HONOR Y GLORIA AL REY, A CRISTO

martes, 17 de noviembre de 2015

El texto Jn 18,33-37 es el relato del proceso de Jesús ante Pilato. La reflexión sobre el tema de la realeza está presente en todo el episodio, incluso en la declaración de Pilato: «¡Aquí tenéis a vuestro rey!» (19,14). Ahora bien, la «pretensión» de ser Hijo de Dios (19,7) es demasiado elevada para los judíos; ellos prefieren que este Mesías sea crucificado, y, obrando de este modo, reniegan de la historia de Israel y de sus mismas expectativas: «No tenemos otro rey que el César» (19,15).
Esta perícopa representa el centro teológico del relato joáneo. Se confrontan aquí conceptos muy diferentes de realeza: Pilato tenía el concepto político-militar que se podía hacer un romano (v. 37), pero aparece también el teocrático y a la vez político de los judíos (w. 33ss); sin embargo, la realeza de Jesús pertenece a otra esfera: «no es de este mundo»; más aún, puede dejarse aplastar por éste y resultar, de todos modos, vencedora (v. 36).
Jesús es verdaderamente rey, pero no «de aquí abajo». Ha venido a este mundo a traer su Reino sobrenatural sin imponer su absoluta superioridad, asumiendo nuestra condición («para eso nací y para eso vine al mundo») para iluminarla con la luz de la verdad y hacer al hombre capaz de elegir el Reino de Dios.
La venida de Cristo obra, por consiguiente, una discriminación entre los que acogen su testimonio y los que lo rechazan. Es un testimonio verdadero sobre Dios -cuyo rostro revela Jesús en sí mismo- y, al mismo tiempo, sobre el hombre, tal como es según el designio del Padre («¡Ecce homo!»: 19,5): acogerlo significa entrar ya desde ahora en su Reino. En cambio, el que lo rechaza se somete al príncipe de este mundo (12,31): no es posible mantenerse en un escepticismo"} neutral como intenta hacer Pilato (18,38). Quien reconoce a Jesús como rey no se preocupa de triunfar en este mundo, sino más bien de escuchar la voz de su Señor y de seguirle (v. 37b), para extender aquí abajo su Reino de verdad y de amor.
Actualización

Poder, honor y gloria al Rey, a Cristo. Cristo Rey, reinando por siempre, permaneciendo en su trono, mientras los demás reyes se quitan y se ponen. Reyes pasajeros, con unos reinos de fronteras reducidas, con una historia tantas veces de final desastroso. Cuántos grandes personajes acabaron de mala o de vulgar manera. Cristo reinó ayer, reina hoy y reinará siempre... Rey de reyes, hoy nos rendimos a tus pies. Acepta el vasallaje de los hombres. También de los que no te reconocen, esos que tú has redimido con tu sangre. Reina, impera, manda. Nosotros queremos ser leales a nuestro Rey, que eres tú. Fieles vasallos de tu Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia. Reino de justicia, de amor y de paz.

LOS DÍAS DE LA TRIBULACIÓN

El texto de Mc 13,24-32 lo podemos dividir en dos partes: a) La venida del Hijo del Hombre y b) La lección de la higuera.
Entre el relato de Mateo y Marcos (Mc 13,24-27; Mt 24,29-31) existe una estrecha semejanza. Las diferencias principales son las siguientes:
a. Marcos dice: “Y entonces verán al Hijo del Hombre”. Mateo escribe: “la señal del Hijo del Hombre”.
b. Mateo ha conservado la observación de Cristo, “Lamentarán todas las tribus de la tierra”.
c. Mateo muestra también que, según la enseñanza de Cristo, su glorioso regreso no sólo será visible sino también audible: “con gran voz de trompeta”.
El relato de Lucas a veces se asemeja más al de Marcos que al de Mateo, y otras veces viceversa. En este caso habla de “señales en el sol, la luna y las estrellas”, y en general resalta el efecto que la llegada del Hijo del hombre produce en los habitantes de la tierra: la zozobra de las naciones, el temor y la perplejidad de los hombres a causa de las cosas que sobrevendrán, incluyendo el bramido del mar y las olas, y la conmoción de las esferas celestes. Culmina su relato dando a conocer la exhortación tan confortante y consoladora del Maestro (21,28).
El texto de Mc 13,24-27, está profundamente arraigado en las profecías del Antiguo Testamento y debe interpretarse a la luz de este género literario. Esto significa que se debe evitar una interpretación exageradamente literal.
24  «Ahora  bien,  en  aquellos  días,  después  de  aquella  angustia,  el  sol  se oscurecerá y la  luna no dará su resplandor»  ... A  la  luz  de  los  textos  proféticos,  el  significado  de  estas  imágenes puede exponerse así:  en el AT,  los  astros aparecen como objeto de culto idolátrico, y  dar culto  a Yahvé o  los astros establecía  la distinción entre Israel y  los paganos (Dt 4,19s;  17,3; 2 Re 17,16; Jr 8,2; Ez 8,16). A diferencia  de  la unidad anterior  (14-23),  donde se  trataba del mundo judío, en ésta, el  sol y la  luna  representan a los falsos dioses:  la conmoción cósmica afecta al mundo pagano. El oscurecimiento de los astros mayores significa el eclipse de esos dioses:  los valores representados por ellos se juzgan ahora inaceptables.
26  “y  entonces  verán  llegar  al  Hijo  del  hombre  entre  nubes,  con  gran potencia y gloria”. Y entonces  indica que la llegada del Hijo del hombre se verifica inmediatamente  después  del  eclipse  de  los  falsos  dioses  y  la  caída  de  los poderes  opresores  y  significa  su  triunfo  sobre  ellos.  Son  éstos  los  que verán  esa llegada y ese  triunfo. Es  la  segunda llegada del Hijo del hombre;  la primera, que corresponde a  la caída del sistema  judío,  es  la  que anunciará Jesús en su juicio ante el  sumo sacerdote y  será vista por sus jueces (14,62). Ahora bien, dado que la caída de las estrellas/poderes no indica un hecho único,  sino sucesivo en la historia,  tampoco  la segunda llegada será única: cada caída de un poder opresor   ”estrellas y potencias”  será un triunfo del Hombre, percibido por los mismos opresores (14,62).
27  “y  entonces enviará a  los  ángeles y reunirá a sus elegidos de  los  cuatro vientos, del  confín de  la  tierra al  confín del  cielo”. Así como  la  conmoción cósmica  no  anuncia  un  juicio,  tampoco  la llegada del Hijo del hombre presenta rasgo alguno de violencia o castigo;  su objetivo es reunir a sus elegidos. Enviará a sus ángeles, manera de designar a sus seguidores que han llegado a la meta (cf. 8,38): la reunión de los  elegidos  es  la última misión de los  seguidores de Jesús;  los que le ayudaron a realizar su obra le ayudan a recoger el fruto (cf. 4,29). Como la llegada del Hijo del hombre,  también esta reunión tendrá lugar cada vez  que  se  verifique  “la  caída  de  las  estrellas”.  Sus  elegidos  (por  oposición  a  los  de  la  antigua  alianza,  vv.  20.22)  son  los  que,  en  la  proclamación del mensaje,  “han resistido hasta el fin”  (13,13;  d. 10,38s),  la nueva humanidad,  procedente del mundo entero  (de  los  cuatro  vientos, cf. Dt 28,64; 30,4).
La lección de la higuera (Mc 13,28-32) en los relatos de Mateo y de Marcos son casi idénticos. Las leves diferencias se pueden considerar cuestión de estilo. Aunque también el relato de Lucas es notablemente similar, hay dos variaciones que merecen atención. En lugar de “y de la higuera aprended esta lección”,
Lucas escribe, “Mirad la higuera y todos los árboles”, como si dijese, “Lo que es válido respecto a la higuera, es básicamente válido también respecto a todos los árboles frutales”. Y en lugar de “… sabed entonces que está cerca, a las puertas mismas”, Lucas escribe, “… sabed que está cerca el reino-o realeza, dominio-de Dios”. Esto también podría ser una variación de interpretación. Sea que la tercera persona de “está cerca” se aplique a la caída de Jerusalén (en el año 70 d.C.) o al regreso de Cristo, se refiere a la repentina y pública manifestación del gobierno de Dios y, por tanto, marca el fin de una época, el fin de la era.
En Palestina los primeros calores del verano provocan la aparición de las ramas tiernas de la higuera, por lo que éstas son signo de que ya ha comenzado el verano; son, pues, fenómenos simultáneos. Igualmente son simultáneos la parusía y sus signos. Siguen tres precisiones complementarias (13,30-32): la primera (v. 30) asegura que el juicio de la parusía afectará a toda generación incrédula. «Esta generación», cuando escribe Marcos, no puede referirse a la contemporánea de Jesús, que para estas fechas ya había desaparecido; se refiere, pues, a la cualidad de aquella generación, que se distinguió por su incredulidad y el rechazo de Jesús. La segunda precisión asegura que todo lo anunciado por Jesús se cumplirá, con toda la certeza que caracteriza a la palabra de Dios. Finalmente la tercera (v.32) precisa que nadie, ni ángeles ni el mismo Jesús, que aquí se autodenomina «el Hijo» en sentido absoluto, conoce el día ni la hora, en cuanto que dato no pertenece a su misión. Sólo la conoce el Padre, protagonista de toda la Historia de la Salvación. Por ello se impone vigilar.

Bibliografía
Evangelio de Marcos, Antonio Rodríguez Carmona, 2006
Comentario al Nuevo Testamento, William Hendriksen, 1998
Marcos, Juan Mateos- Fernando Camacho, 1994


LA IMPOSICIÓN DE MANOS

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La mano es, juntamente con la “palabra”, uno de los medios más expresivos del lenguaje del hombre; de por sí, la mano simboliza ordinariamente el poder (Éx 14,31; Sal 19, 2) y hasta el Espíritu de Dios (l Re 18,46; Is 8,11; Ez 1,3; 3,22). Imponer las manos sobre alguien es más que levantarlas en alto, aunque sea para bendecir (Lev 9,22; Lc 24, 50); es tocar realmente al otro y comunicarle algo de uno mismo.

AT. La imposición de manos, signo de bendición, expresa con realismo el carácter de la bendición, que no es meramente palabra, sino acto. Así Jacob transmite a toda su posteridad la riqueza de bendición que él mismo ha recibido de sus antepasados, Abraham e Isaac: "¡Crezcan y multiplíquense sobre la tierra!" (Gén 48,13-16).

La imposición de manos, signo de consagración, indica que el Espíritu de Dios pone aparte a un ser que él se ha escogido, que toma posesión de él, que le da autoridad y aptitud para ejercer una funci5n. Así se pone aparte a los levitas, como a una ofrenda sagrada (Núm 8,10); así el Espíritu de sabiduría llena a Josué (Dt 34,9), disponiéndolo a desempeñar el cargo de jefe del pueblo con plenos poderes (Núm 27,15-23).

La imposición de manos, símbolo de identificación, establece una unión entre el que ofrece una víctima en sacrificio y la víctima misma: ésta es consagrada a Dios, encargada de tomar sobre sí los sentimientos del oferente, acción de gracias, pesar del pecado o adoración; así en los sacrificios de expiación Lev 1,4), de comunión (3,2), por el pecado (4,4), o también en la consagración de los levitas (Núm 8,16). En el rito del macho cabrío emisario el día de la *expiación, hay todavía identificación con el animal, pero no hay consagración. Por la imposición de las manos comunica Israel al animal sus pecados; éste, ahora impuro, no puede ser ofrecido a Yahveh en sacrificio y es expulsado al desierto (Lev 16,21s).

NT. 1. En la vida de Jesús. En signo de bendición impuso Jesús las manos a los *niños Pequeños (Mc 10,. 16), confiriéndoles la *bienaventuranza que anunciaba a los *pobres (Mt 5,3), obteniendo de su Padre los frutos de su propia "oración" (Mt 19, 13). La imposición de las manos es también signo de liberación. En efecto, por este gesto cura Jesús a los *enfermos: "Mujer, ya estás limpia de tu enfermedad", dijo a la mujer encorvada, luego le impuso las manos, y ella se enderezó en el mismo instante (Lc 13,13). Igual gesto para la curación del ciego de Betsaida (Mc 8,23ss), o para cada uno de los numerosos enfermos que acudían a la puesta del sol (Lc 4,40).

2. En la vida de la Iglesia. Según la promesa del resucitado, los discípulos "impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán curados" (Mc 16,18). Así Ananías devuelve con este gesto la vista a Saulo convertido (Hch 9,12), y Pablo a su vez restituye la salud al gobernador de Malta (28,8). Juntamente con este signo de liberación, la imposición de las manos se practica ya en la Iglesia naciente como signo de consagración. Por ella se transmiten los dones divinos y principalmente el don del *Espíritu Santo. Así Pedro y Juan confirmaron a los samaritanos que no lo habían recibido todavía (Hch 8,17); Pablo hizo lo mismo a las gentes de Éfeso (19,6). Simón Mago había quedado tan asombrado ante el poder de este gesto que había querido comprar aquel poder con dinero (8,18s). Así pues, este gesto aparece como un signo visible portador de una potente realidad divina.


Finalmente, por este mismo gesto transmite la Iglesia un poder espiritual adaptado a una *misión precisa, ordenada a determinadas funciones: tal sucede en la institución de los siete (6,6) consagrados por los apóstoles, o en el envío de Pablo y de Bernabé (13,3). Pablo a su vez impone las manos a Timoteo (2Tim 1,6s; cf. I Tim 4,14), y Timoteo repetirá este gesto sobre los que escoja para el ministerio (l Tim 5,22). Así la Iglesia continúa imponiendo las manos en sentidos precisados cada vez por una fórmula; y este gesto es portador de los dones del Espíritu.

LO QUE VALE MÁS ES LO DEL POBRE

El texto Mc 12,41-44 es una de las pocas piezas del material de los Evangelios que aparece solamente en Marcos y Lucas .El relato de Lucas da la impresión de ser un breve resumen de Marcos, y no mucho más.
El texto se inicia con Jesús sentado  frente al “arca del tesoro” (γαζοφυλακίουv gr gazofulákíoun) mirando como las personas echaban las monedas, muchos ricos echaban mucho. Pero llegó una viuda “pobre” (πτωχὴ gr. ptoché. También denota mendigo, pordiosero) que echó “dos lepta” (δύο λεπτὰ) o sea un cuadrante. Jesús estaba sentado cerca de la entrada atrio de las mujeres donde se encontraban alrededor del  atrio había una columnata simple, y dentro de ella, contra la pared, estaban los trece cepillos o «trompetas» donde se depositaban las contribuciones caritativas. Estos  trece cepillos eran estrechos en la boca y anchos abajo, con una forma como de trompeta, de donde les viene su nombre. Nueve de ellos eran para recibir lo que era legalmente debido por  los adoradores, y los otros cuatro eran para dones estrictamente voluntarios. El  objeto  específico de cada  uno  estaba cuidadosamente  inscrito  sobre los mismos. La  trompeta  1 y 2 servían para la recaudación del tributo de medio siclo para el año corriente y el anterior. En la trompeta 3, aquella  mujeres  que  tenían que  traer tórtola  para una ofrenda para holocausto y para ofrenda por el pecado echaban su equivalente en dinero, el cual  e  acaba cada día, sacrificándose una cantidad correspondiente de  tórtolas. Esto no sólo ahorraba el trabajo de tantos sacrificios individuales  sino que guardaba el anonimato de aquellas que no quisieran dar a conocer públicamente la ocasión o la circunstancias de su ofrenda. Fue en esta trompeta que María la madre de Jesús  debe haber echado el dinero que valía su ofrenda (Lc 2,22, 24) cuando el anciano Sin1eón tomó al Salvador  recién nacido «en brazos, y  bendijo a Dios». La trompeta 4  recibía  similarmente el valor de  las ofrendas de jóvenes pichones. En la  trompeta 5 se recogían contribuciones para la leña  empleada  en el templo; en la trompeta 6 para el incienso, y en la trompeta 7  se depositaban dones para los vasos de oro para el ministerio. De manera similar, la  trompetas 9, 10, 11, 12 y 13 estaban destinadas a lo que quedaba de las ofrendas  por la culpa, ofrendas de aves , las ofrenda  de  lo  nazareo ,de los leprosos purificados  y para la  ofrendas voluntarias.  Pero había  también una cámara del tesoro especial a  la que en cierta  ocasiones  llevaban  el contenido de  los trece cepillos  ; y, además, lo que recibía el nombre de «una cámara de los silenciosos», donde devotas personas  depositaban dinero  secretamente que después se empleaba de manera reservada para  la  educación ele los hijos de  los pobres piadosos. Es probable que fuera en irónica alusión a  la forma y nombre de esto  cepillos para las ofrendas que el Señor, empleando  la palabra  «trompeta»,  describe  la conducta de aquellos que,  en  su acción de  dar  limosna, buscaban gloria  de  parte  de  lo  hombre, como «sonando trompeta» delante de ellos (Mt  6,2).
Valor de las dos monedas: Dos  leptas  son moneditas de cobre que valían un cuadrante que es 1/64 de un denario. Un denario era el salario diario de un obrero que trabajaba de sol a sol. Eran un poco menos de 11 horas de trabajo sin contar la pausa para la comida. En una aproximación podemos considerar el valor de dos leptas a diez minutos de trabajo. En el mundo hebreo no es forzado llegar a esta conclusión: el valor, de  10 minutos  de trabajo  puede tener un sentido simbólico que propone la mística cabalística. La viuda echó la tabla de la  ley, los diez mandamientos, porque la Torah,  que tenía que ser la vida de los débiles se transformó en muerte. Si profundizamos la simbología hebrea llegamos a la siguiente conclusión: el número 10 es la relación del 1 con el 0, del 1 divino (la unidad en Dios) con el 0 como totalidad humana de la Torah.
Lo que vale más es lo del pobre: Jesús llama a sus discípulos y les dice: “Esa viuda, que es pobre, ha echado en la caja más que nadie, se lo aseguro.  Porque todos han echado de lo que les sobra, mientras que ella ha echado de lo que le hace falta, todo lo que tenía para vivir”. Jesús  convoca  a  los  discípulos,  que no habían comprendido  su exigencia de dejar la riqueza (10,23-26). Les enseña a  interpretar los hechos: compara el comportamiento de los ricos y el de la viuda pobre. Enuncia una paradoja: lo  que  es menos vale más,  lo poco del pobre vale más que lo mucho del rico. La  viuda representa  al  Israel  fiel  a Dios.  Los  discípulos,  en cambio, estiman más la gloria que la entrega. Cuando se trató el tema de la riqueza, ellos se extrañaron de la exigencia de Jesús al  rico y  se preguntaban: «Entonces,  ¿quién  puede  subsistir?»  (10,26);  la  respuesta  que  les  dio Jesús:  “Con Dios todo es posible”  (10,27),  es la que se hace patente en el comportamiento de la viuda, que da todo  lo  que  tenía  para  vivir. Esta confianza  equivale  a  la  del  discípulo  (10,21:  «tendrás  en Dios  tu  tesoro»). En ella, no en el esplendor, está la verdadera gloria de Israel.


¿HAY DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS QUE APOYAN LA BIBLIA?

sábado, 31 de octubre de 2015

La revista Biblical Archaeology Review afirmó que la existencia de al menos 50 personas mencionadas en el Antiguo Testamento puede confirmarse gracias a descubrimientos arqueológicos. En esta lista figuran 14 reyes de Israel y Judá, entre ellos algunos famosos, como David y Ezequías, y otros menos conocidos, como Menahem y Péqah. La lista también incluye 5 faraones y 19 reyes de Asiria, Babilonia, Moab, Persia y Siria. Además, en el artículo se menciona un escriba, un par de sumos sacerdotes y otros funcionarios.


El artículo explica que un gran número de eruditos han confirmado la identidad de estas 50 personas. Por supuesto, hay otras pruebas arqueológicas que corroboran la existencia de muchos personajes del Nuevo Testamento, como Herodes, Poncio Pilato, Tiberio, Caifás y Sergio Paulo.

EL REGALO DE UNA SONRISA

miércoles, 28 de octubre de 2015

Desde el punto de vista fisiológico, una sonrisa es la expresión facial consecuente de activar los 17 músculos existentes cerca de los extremos de la boca y alrededor de los ojos, reflejando placer o entretenimiento. No es una reacción que se aprenda sino que se nace con ella: los niños que nacen ciegos sonríen desde un principio.

Un signo de madurez
La madurez tiene mucho que ver con la sonrisa, con la risa y con el sentido del humor, que es la capacidad que poseemos los seres humanos para relativizar lo que debe ser relativizado. Reírse significa dejar de girar alrededor de sí mismo para girar en otra órbita, la de la realidad. La madurez que la sonrisa expresa y alimenta, comprende el aprender a disfrutar con lo pequeño, lo cotidiano y lo normal, descubriendo su cara amable. Y también el no sacar de quicio los problemas, sabiendo ver lo que sucede en su verdadera dimensión, dándole importancia a lo que realmente la merece.

Así podemos llegar a estructurar la sonrisa como expresión de la propia madurez y ésta, a su vez, actuará como gestora de la sonrisa, pero de la "verdadera", de esa que implica la alegría y la paz del que ríe también con sus ojos. Hacer reír es como abrir una ventana que permite respirar al alma y descargarla de tensiones. La risa es, por tanto, una buena terapia para preservar nuestra salud mental y nuestro equilibrio personal.

Una sonrisa cálida y verdadera nos da a entender intuitivamente que nuestro interlocutor se encuentra, en ese preciso instante, en un estado de armonía entre lo que piensa y lo que encuentra, entre lo que percibe y lo que siente. El cerebro humano tiene una capacidad innata para alcanzar el estado de bienestar emocional y su símbolo más universal es la sonrisa. Cuesta poco y vale mucho. Si nos hacemos estas sencillas preguntas nos será más fácil regalar sonrisas:

¿Cuánto cuesta una sonrisa? - Nada.
¿Cuánto beneficio nos puede dar? - Mucho.
¿Qué tiempo dura? - Un instante.
¿Y cuánto perdura en la memoria? - A veces, toda la vida.
¿Quién es tan rico que no la necesite? - Nadie.
¿Quién es tan pobre que no pueda regalarla? - Nadie.
¿Se empobrece el que la da? - Al contrario, se enriquece.
¿Se puede comprar, vender o robar? - Sólo se puede ofrecer gratuitamente.
¿Y quién es el que está más necesitado de una sonrisa? - Aquél que no tiene ninguna para dar.


Sonríe siempre, para no dar a los que no te quieren el placer de verte triste y para dar a los que te aman la certeza de que eres feliz.

TU VERDADERA IDENTIDAD ES SER HIJO DE DIOS

La reflexión sobre el Evangelio de Mt 5,1-12 que quiero compartir es de GIORGIO ZEVINI y PIER GIORDANO CABRA en su libro “Lectio divina para cada día del año”, la comparto porque me parece muy pertinente y nos hace reflexionar sobre el plan de Dios en nuestras vidas y nuestra verdadera identidad. “El evangelio según Mateo puede ser estructurado en torno a cinco grandes discursos que acompasan el discurrir de los capítulos. El primer gran discurso, que tiene su comienzo en este fragmento, amplifica y despliega el anuncio profético originario de Jesús: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca» (Mt 4,17; cf. 3,2; 10,7). Es como una gran incrustación en la que temas y palabras se reclaman formando un cuadro global de gran efecto.
En nuestro fragmento (Mt 5,1-12) se puede subrayar, en primer lugar, la fórmula de las bienaventuranzas: todas están construidas siguiendo un modelo semejante. Se parte de la proclamación de la bienaventuranza, que se dirige siempre a categorías «débiles» en la historia, para anunciar que esta debilidad está puesta en las manos de Dios (éste es el sentido de la forma pasiva y del tiempo futuro de los verbos). En todas ellas, en efecto, la promesa contenida en la segunda parte corresponde a la expectativa de la primera. A los que lloran les corresponde el consuelo de Dios (v. 4); a los humildes, Dios les entregará la tierra (v. 5); a quienes tienen hambre y sed de hacer la voluntad de Dios (de justicia, según otras traducciones), Dios los saciará; con los que tienen un corazón misericordioso, Dios se mostrará misericordioso (v. 7); se mostrará plenamente transparente a los que tienen limpio el corazón (v. 8); tomará como hijos e hijas a quienes construyen la paz (v. 9).
De este esquema general se apartan, en cierto modo, la primera y la octava bienaventuranzas, que forman una gran inclusión, puesto que ambas prometen a «los pobres en el espíritu» (v. 3) y a «los perseguidos por hacer la voluntad de Dios» (la justicia, según otras traducciones) (v. 10) el Reino de los Cielos. Estas dos bienaventuranzas adquieren así una densidad especial, mientras que la última aplica este anuncio evangélico a la situación de persecución por la que pasa la comunidad cristiana. El «Reino de los Cielos» se convierte de este modo en el código que permite comprender las bienaventuranzas y, además, todo el Evangelio.
Finalmente, podemos subrayar el hecho de que haya una última expresión ligada al Reino de los Cielos: se trata de la expresión «voluntad de Dios» («justicia», según otras traducciones) (5,10; cf. 6,33). Su sentido no corresponde a ninguna actitud legalista, que, en 5,20, está incluso condenada expresamente. Voluntad de Dios o justicia remiten, aquí y en otros lugares, al designio del Padre sobre la historia y a la transformación que Dios mismo provoca en la misma; de ahí que la exhortación final de esta primera parte del evangelio, a primera vista excesiva, sea en realidad anuncio de la verdad del cristiano como hijo de Dios: «Vosotros sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto» (v. 48).
Actualidad
También nosotros hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Y lo que produce en nosotros la imagen divina no es otra cosa que la santificación, esto es, la participación en el Hijo en el Espíritu. Así que, después de que la naturaleza humana se hubiera encaminado a la perversión y se hubiera corrompido la belleza de la imagen, fuimos restaurados en el estado original, porque mediante el Espíritu ha sido reformada la imagen del Creador, es decir, del Hijo, a través del cual viene todo del Padre.
Tu verdadera identidad es ser hijo de Dios. Esa es la identidad que debes aceptar. Una vez que la hayas reivindicado y te hayas instalado en ella, puedes vivir en un mundo que te proporciona mucha alegría y, también, mucho dolor. Puedes recibir tanto la alabanza como el vituperio que te lleguen como ocasiones para fortalecer tu identidad fundamental, porque la identidad que te hace libre está anclada más allá de toda alabanza y de todo vituperio humano. Tú perteneces a Dios y, como hijo de Dios, has sido enviado al mundo. Dios, has sido enviado al mundo

EL CIEGO BARTIMEO REPRESENTA A TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES QUE SE HAN QUEDADO EN EL CAMINO CON SUS CEGUERAS ESPIRITUALES

lunes, 19 de octubre de 2015

El texto de la sanación de Bartimeo Mc 10,46-52 tiene sus paralelos en Mt 20,29-34 y Lc 18-35-43. En Mateo se habla de dos ciegos, en tanto que Marcos y Lucas hacen mención de uno, a quien Marcos llama Bartimeo. Además, según Mateo y Marcos el milagro ocurrió al salir Jesús y sus discípulos de Jericó; pero según Lucas, al acercarse a Jericó.

Marcos es el más explícito y vivaz. Es el único que nos dice que el ciego se llamaba Bartimeo. El relato es muy detallado en los versículos 49, 50: Jesús se dirige primero a la multitud, detalle que está totalmente excluido del relato de Mateo, y que en el de Lucas sólo se insinúa. Marcos, no obstante, se detiene en él, describiendo exactamente lo que Jesús le dijo a la gente, y lo que ellos a su vez le dijeron a Bartimeo, y la forma tan agitada en que se acercó a Jesús.

Entrando en detalle en el texto, el ciego que se llamaba Bartimeo estaba acostado al lado del camino, al oir que Jesus pasaba se puso a “gritar” (κράζειν gr. krázein del vero krázo) y le dijo: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!». Sin embargo muchos lo “reprendían” (ἐπετίμων gr. epetímon. Verbo indicativo imperfecto activo 3ra persona plural) para que se callase, sin embargo el ciego gritaba más fuerte.

Jesús se detuvo y dijo que lo llamaran, los que antes lo reprendían ahora le daban “ánimo” (Θάρσει gr. Thársei. Tener confianza)  y le decían que Jesús lo llamaba. El ciego dejó su manto (La gran cantidad de referencias que hace Marcos a los mantos 2,21; 5,25-30; 6,56; 9,3; 11,7-8; 13,16; 15,20.24 sugiere que Bartimeo estaba dejando tras sí el “viejo orden”), se puso de pie acercándose a Jesús que le dice: «¿Qué quieres que te haga?» El ciego le responde. Maestro que recobre  la vista “ῥαββουνι, ἵνα ἀναβλέψω” (La palabra Rabunni era una forma aramea de un título casi exclusivamente aplicado al presidente del sanedrín, si el tal era descendiente de Hillel. Es aún más respetuoso que rabí, y significaba «mi gran señor»).

A la petición del ciego Jesús que se valla que su “fe” (πίστις gr. pístis. También confianza y convicción) lo había “salvado” (σέσωκέ gr. sésoké). El ciego recobró la vista y le seguía en el camino.

Actualización
El Ciego Bartimeo representa a todos los hombres y mujeres que se han quedado en el camino con sus cegueras espirituales, sin embargo también es ejemplo de hombre de fe porque su fe lo salvó. Aun cuando muchos nos traten de poner obstáculos en el camino, siempre es Jesús que se detiene y nos llama.

La Iglesia nunca estará exenta de personas que sean obstáculos para otras, no debe asombrarnos los escándalos ya que este pasaje nos lo profetiza.  La fe en Jesús hay que proclamarla a los cuatro vientos. Muchas veces decimos que estamos del lado del Señor pero vamos en otra dirección.

Ya es hora de dejar el “manto” que nos tenia atado al pasado que nos producía inmovilidad, este es un mal que seguimos teniendo en nuestra Iglesia, decimos que vamos por buen camino pero los resultados en el mundo es otro. Parece que no estamos haciendo lo suficiente por hacer un mundo lleno de amor.


En el mes de Octubre en nuestro país es el mes de la “Biblia”, con suma tristeza tengo que decir que he visto poca consideración a la Palabra de Dios en nuestras parroquias. Es increíble el irrespeto que se tiene, incluso con la anuencia de los sacerdotes, por ejemplo se leen las lecturas de la Misa desde el Ambón en “hojas” y no desde el Leccionario, no se llevan a cabo planes de Animación Bíblica para todas las pastorales. Parece que lo que importa es el “hacer” y no el “ser”.
 
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