El
texto de la sanación de Bartimeo Mc 10,46-52 tiene sus paralelos en Mt 20,29-34
y Lc 18-35-43. En Mateo se habla de dos ciegos, en tanto que Marcos y Lucas
hacen mención de uno, a quien Marcos llama Bartimeo. Además, según Mateo y
Marcos el milagro ocurrió al salir Jesús y sus discípulos de Jericó; pero según
Lucas, al acercarse a Jericó.
Marcos
es el más explícito y vivaz. Es el único que nos dice que el ciego se llamaba
Bartimeo. El relato es muy detallado en los versículos 49, 50: Jesús se dirige
primero a la multitud, detalle que está totalmente excluido del relato de
Mateo, y que en el de Lucas sólo se insinúa. Marcos, no obstante, se detiene en
él, describiendo exactamente lo que Jesús le dijo a la gente, y lo que ellos a
su vez le dijeron a Bartimeo, y la forma tan agitada en que se acercó a Jesús.
Entrando
en detalle en el texto, el ciego que se llamaba Bartimeo estaba acostado al
lado del camino, al oir que Jesus pasaba se puso a “gritar” (κράζειν gr.
krázein del vero krázo) y le dijo: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de
mí!». Sin embargo muchos lo “reprendían” (ἐπετίμων gr. epetímon. Verbo
indicativo imperfecto activo 3ra persona plural) para que se callase, sin
embargo el ciego gritaba más fuerte.
Jesús
se detuvo y dijo que lo llamaran, los que antes lo reprendían ahora le daban “ánimo”
(Θάρσει gr. Thársei. Tener confianza) y
le decían que Jesús lo llamaba. El ciego dejó su manto (La gran cantidad de
referencias que hace Marcos a los mantos 2,21; 5,25-30; 6,56; 9,3; 11,7-8;
13,16; 15,20.24 sugiere que Bartimeo estaba dejando tras sí el “viejo orden”),
se puso de pie acercándose a Jesús que le dice: «¿Qué quieres que te haga?» El
ciego le responde. Maestro que recobre
la vista “ῥαββουνι, ἵνα ἀναβλέψω” (La palabra Rabunni era una forma
aramea de un título casi exclusivamente aplicado al presidente del sanedrín, si
el tal era descendiente de Hillel. Es aún más respetuoso que rabí, y
significaba «mi gran señor»).
A
la petición del ciego Jesús que se valla que su “fe” (πίστις gr. pístis. También
confianza y convicción) lo había “salvado” (σέσωκέ gr. sésoké). El ciego
recobró la vista y le seguía en el camino.
Actualización
El
Ciego Bartimeo representa a todos los hombres y mujeres que se han quedado en
el camino con sus cegueras espirituales, sin embargo también es ejemplo de
hombre de fe porque su fe lo salvó. Aun cuando muchos nos traten de poner obstáculos
en el camino, siempre es Jesús que se detiene y nos llama.
La
Iglesia nunca estará exenta de personas que sean obstáculos para otras, no debe
asombrarnos los escándalos ya que este pasaje nos lo profetiza. La fe en Jesús hay que proclamarla a los
cuatro vientos. Muchas veces decimos que estamos del lado del Señor pero vamos
en otra dirección.
Ya
es hora de dejar el “manto” que nos tenia atado al pasado que nos producía inmovilidad,
este es un mal que seguimos teniendo en nuestra Iglesia, decimos que vamos por
buen camino pero los resultados en el mundo es otro. Parece que no estamos
haciendo lo suficiente por hacer un mundo lleno de amor.
En
el mes de Octubre en nuestro país es el mes de la “Biblia”, con suma tristeza
tengo que decir que he visto poca consideración a la Palabra de Dios en
nuestras parroquias. Es increíble el irrespeto que se tiene, incluso con la
anuencia de los sacerdotes, por ejemplo se leen las lecturas de la Misa desde
el Ambón en “hojas” y no desde el Leccionario, no se llevan a cabo planes de Animación
Bíblica para todas las pastorales. Parece que lo que importa es el “hacer” y no
el “ser”.
Muy asertado hermanos necesitamos que nuestros sacerdotes promuevan y apoyen los estudio biblico en las parroqias, porque como catolicos somos ignorantes en la palabra.
ResponderEliminarJuan 5:39
ResponderEliminarEscudriñad las Escrituras;por que a vosotros os parece que en ellas esta la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mi.