El
texto de Lc 3,10-18 se refiere a las respuestas de Juan el Bautista a la
multitud. La misma es colocada por el evangelista luego del momento en que “la
Palabra del Señor se dirigió a Juan” (Lc 3,2).
Juan es el último de los profetas, a través de él Dios nos ha ofrecido
un tiempo más para la conversión, Juan viene a preparar el camino del Señor.
Muchos no nos damos cuenta que estamos en el tiempo regresivo en que todo
acabará con la venida del Señor y en donde todos seremos juzgados de acuerdo a
nuestros actos. El momento nadie lo sabe, solo Dios, es por ello que es
necesario repensar nuestra vida, lo que hemos hecho mal es mejor ahora hacerlo
bien, a quien le hemos hecho daño es mejor pedir perdón.
Juan
le dice a la multitud: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no
tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo.» (Lc 3,11). Sus palabras son
un llamado de atención a la solidaridad, al servicio al otro, pero sobre todo
su llamado es al amor. El mundo ha perdido ese amor y lo ha cambiado por
violencia y odio. El ser humano se considera autosuficiente, piensa que no
necesita de Dios. Juan nos enseña todo lo contrario, por ello dice: “Yo os
bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de
desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego”
(Lc 3,16). El Bautista declara que él sólo es un “esclavo,” pues él no es digno
de ejercer con Él el oficio de los esclavos: “descalzarle” Además, su bautismo
es en “agua,” pero el del Mesías es “en fuego.” Probablemente la forma
primitiva es ésta, en contraposición al bautismo externo de Juan. Por el
“fuego,” purificador profundo, se decía en la ley, se ejercían las grandes
purificaciones “rituales.” La forma “Espíritu Santo,” en oposición a “fuego,”
puede ser ya original de Lc, pero posiblemente no lo fue en las primeras
fuentes, sino sólo en “fuego.”
Al
final del texto el evangelista destaca de Juan: “Y, con otras muchas
exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva” (Lc 3,18) “πολλὰ μεν οὖν καὶ ἕτερα παρακαλῶν
εὐηγγελίζετο τὸν λαόν”. Siempre en la boca de Juan estaba el anuncio de la
Buena Nueva, ojala y este tiempo sea propicio para anunciar con valentía y
fuerza el anuncio que trae salvación.
muy interesante tu web sigue asi saludos por cierto date una vuelta por esta web que tambien es buena http://vivoparacristo.info
ResponderEliminarsaludos!