Hoy quiero compartir con ustedes una reflexión del libro de Romanos 8, 28-29 al que denominé “Tenemos todo para amar”
El texto bíblico dice lo siguiente: “Sabemos, además, que Dios dispone, todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio.29 En efecto, a los que Dios conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el Primogénito entre muchos hermanos”.
Cuando meditaba este pasaje escrito por el Apóstol Pablo me vino a la mente la gran cantidad de bendiciones que Dios nos ha dado, pero para darnos cuenta de ello es preciso que nuestro corazón sea un corazón puro, noble y sobre todo lleno de amor. Lo tenemos todo para amar verdaderamente y aún así no lo hacemos. Tenemos enquistados en nuestro ser el veneno de la autosuficiencia, el creernos poderosos, el que todo lo podemos.
El mundo necesita personas capaces de expresar el amor de Dios a otros, que sean testimonio creíble en la fe, necesitamos hombres y mujeres de buena voluntad, tenemos los medios porque Dios nos lo ha proporcionado, solo hace falta la voluntad de creer que es posible un mundo mejor donde el amor reine en todos los corazones.
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