HUMILDAD Y CERO RECOMPENSAS EN EL SERVICIO CRISTIANO (Lc 17,5-10)

martes, 1 de octubre de 2013

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El texto de Lucas (17,5-10) nos presenta dos partes bien diferenciadas, en primer lugar nos habla del poder de la FE (Lc 17,5-16) y luego del servicio que se debe prestar con humildad (Lc 17,7-10).
La primera parte proviene de la fuente “Q” y su concordancia con Mateo es 17,20 donde los discípulos no han podido expulsar de un niño epiléptico el demonio.  La traducción de Lucas habla de la “fe como un grano de mostaza” y en  donde ellos le han podido decir al sicómoro “arracancate” y plántate en el mar” y asi hubiera sucedido.  Por su parte Lucas habla de un monte y no de un sicómoro. Muchos exégetas hablan de esta diferencia y cuál de las dos traducciones es la más original, unos se inclinan por el texto de Lucas y otros como R. Bultmann por la traducción de Mateo.


Los apóstoles le piden al Señor que les aumente su fe, y Jesús le responde que si tuvieran fe “como un grano de mostaza” podrían haber arrancado al sicómoro solamente con sus palabras, sin embargo su fe es muy vacilante, pero sobre todo muy pequeña, todavía no han comprendido las cosas sobrenaturales que ante sus ojos han pasado. 

La segunda parte trata sobre la parábola que Jesús le dice a sus apóstoles sobre el servicio que se debe prestar con humildad (Lc 17,6-10). El texto es exclusivo de Lucas y están tomadas de su fuente “L”.

El cuadro de la parábola, muy sencillo, es tomado de la vida de un hombre del campo. Este solo un esclavo para los trabajos agrícolas y el pastoreo del ganado. Cuando después de un día de trabajo el esclavo regresa a casa, su dueño no lo va invitar a que coma primero él por estar cansado, sino le va exigir, a su regreso, que haga los trabajos de la casa que faltan, solamente después podrá comer y beber con él. Y cuando el esclavo haya hecho todo lo que le fue mandado, el dueño no tiene por que agradecérselo, es esclavo y está obligado a ello.


El sentido de la parábola nos dice que somos “pobres siervos” (Lc 17,10), en otras traducciones se dice que son “siervos inútiles” que  han hecho solamente lo que tenemos que hacer. El servicio que el cristiano presta debe ser en dos vertientes, en primer lugar con “humildad” y en segundo lugar “sin esperar nada a cambio”, sin esperar ninguna recompensa. 
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