“Si
tu no estás obsesionado por hacer feliz a tu novia o novio, ¡no te cases! Y ten
la prudencia de averiguar si ella o él tiene esa misma obsesión por ti”.Tomás Melendo es académico de la Universidad de Málaga, experto en
antropología, derecho familiar, y autor de numerosos libros sobre el
tema.
“El
amor es una realidad viva: o lo estás alimentando y lo haces crecer, o lo
matas”, explica en esta entrevista Tomás Melendo. “Hay que dedicar cada día
unos minutos a pensar qué detalles de cariño vas a tener con tu cónyuge;
entender tu matrimonio como la gran aventura de tu vida, algo que te ilusiona y
que debes defender, porque no estás seguro del final”.
El
académico visitó recientemente Chile para participar en el Congreso “Familia
Creadora de Humanidad”, organizado por el Instituto de Ciencias de la Familia
de la Universidad de los Andes, en el marco de la celebración de XX aniversario
del Año Internacional de la Familia declarado por la ONU. Autor de numerosos
libros, entrega tres valiosos consejos a los matrimonios:
1.
SER UNA PERSONA “QUERIBLE” Y APRENDER A DEJARSE QUERER
“A
veces le ponemos muy pesada la pista al amor. Dentro del matrimonio los
problemas empiezan cuando uno de los dos no se deja querer”, explica. Esto
puede deberse a que “uno no sabe provocar amor, o bien, no sabe recibir a quien
se le entrega”, señala.
“Con
respecto al primer punto, hay que saber ser “amable” en el sentido de ser una
persona que pueda ser amada, querible, y suscitar el amor de otro que se
manifiesta de mil maneras. Una expresión muy clara y concreta de esto es
arreglarse físicamente y ser atractivo para que el otro disfrute de ti. Aunque
esto vale para hombres y mujeres -señala con humor-, lo grafico con un ejemplo:
ningún varón medianamente inteligente podría reclamar por el presupuesto que su
mujer destina en su arreglo personal, porque eso hace atractivo el matrimonio y
mantiene viva la sensualidad”.
“Pero
existen otras expresiones, más relacionadas con el carácter, que también
influyen en esta característica de ser “amable” como persona. Cada cual en el
matrimonio debería entender que su tarea es provocar el amor del otro y no al
revés”, señala.
Más
difícil de comprender, pero muy frecuente hoy en día, es la siguiente idea que
desarrolla Tomás Melendo: “No podemos entregarnos, si en la contraparte no hay
alguien que libremente nos reciba”. Hoy la sociedad es muy individualista
-explica- y muchas personas no se dejan querer porque son autosuficientes,
inseguras, o viven encerradas en sí mismas. El error es doble, porque la clave
para ser feliz es darle más importancia al tú que al yo y el único modo de
quererme bien a mí mismo, es estando pendiente del otro. Lo demás es
infrahumano”, indica con vehemencia.
2.
ENTENDER EL MATRIMONIO COMO EL PUNTO DE PARTIDA DE LA GRAN AVENTURA DE LA VIDA
“El
amor matrimonial es distinto a todos los demás amores. En el matrimonio, todo
lo que no se hace por amor, o es inútil, o es perjudicial”, afirma. Por ello
recomienda entender el matrimonio como un punto de partida; como el minuto en
que se empieza a amar de una manera radicalmente distinta.
Aunque
hoy muchas parejas se separan diciendo “no éramos felices, no resultó”, Melendo
es enfático en señalar que eso ocurre porque “no llegan al matrimonio sabiendo
que el amor hay que trabajarlo cada día y que la felicidad es directamente
proporcional a lo que uno ama. La felicidad no se consigue buscándola
directamente, es un efecto que viene cuando uno va creciendo y va amando más y
mejor; por lo tanto el matrimonio hay que empezarlo bien y eso significa amar
en serio, empeñarse cada momento por enamorarse más y por enamorar más al
otro”.
3.
DEFENDER EL TIEMPO JUNTOS ES ALTAMENTE NECESARIO
Tomás
Melendo recomienda el siguiente esquema, que él afirma haber cumplido a lo
largo de toda su vida matrimonial:
•
Cada día, unos minutos para el cónyuge, a solas para disfrutarlo.
•
Cada semana, una tarde para él.
•
Cada año, alguna escapada extra.
“Esto
-señala- hay que buscarlo y apuntarlo en la agenda, ya que si no lo has
apuntado y lo desplazas, no lo re agendas”. Agrega que no hay que tenerle miedo
a ser romántico y que la peor política económica en la familia y el matrimonio
es ahorrar en felicidad. “Hay que hacer atractivo el enamorarse cada día más,
ya que el enamoramiento se pasa si tú no quieres mantenerlo”, asegura.
Tomás Melendo, doctor en Ciencias de la
Educación y Filosofía, académico de la Universidad de Málaga, participó en el
Congreso “Familia Creadora de Humanidad” organizado por el Instituto de
Ciencias de la Familia de la Universidad de los Andes, en el marco de la
celebración de XX aniversario del Año Internacional de la Familia declarado por
la ONU.