Los
discípulos le preguntaron a Rabí Shimon bar Iojai: -¿Por
qué debía el Eterno enviar el maná del
cielo todos los días, no lo podría haber hecho de una vez para todo el año? Rabí
Shimon respondió diciendo:”-Les voy a
dar un ejemplo al respecto: Un rey tenía
un hijo al que proveía una vez para mantenerse
todo el año.
El príncipe, por lo tanto, venía a ver a su padre una sola
vez al año. Entonces el rey dispuso que
le provean los gastos diariamente y así
el príncipe comenzó a venir todos los días. Lo mismo pasó con la generación del desierto, si
se los hubiese proveído una vez
al año, seguramente habrían olvidado que tenían un proveedor en el cielo.
(Tratado
Ioma, 76)