Pedro cuando negó ya había oído a Cristo que le prometía: “Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”, y sin embargo no se atrevió a declarar en público que era discípulo de Jesús. Y tú ¿Qué promesas has recibido para que te jactes de lo que no eres capaz de hacer?
Tienes que repetir “No me dejes Señor, caer en la tentación”. Para que él te haga el favor que le hizo a Pedro “Yo rogare por ti, para que tu fe no desfallezca, y confirmes a tus hermanos”.
Como Pedro, págale a tu Dios con repetidas demostraciones de amor, las negaciones que le has hecho en los momentos malos de tu vida.
Pedro es la prueba de que por nosotros mismos no somos capaces de ser buenos. Si nos viene la arrogancia como a Pedro, nos vendrán las negaciones como a él.
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