La complementación en lo afectivo entre el hombre y la mujer requiere de un equilibrio de la cabeza y el corazón. Y es lógico. Si los esposos usan sólo la cabeza, el matrimonio sería más fastidioso que seguir una partida de bolas criollas por radio.
Téngase en cuenta que el hombre es de actitud más reflexiva y menos sentimental y que la mujer es de mayor sensibilidad y emotividad, Eso explica que la mujer cargue de amor cada detallito, ejercite más el corazón. Y eso explica también que el hombre se olvide de los detalles, ejercite más su cabeza.
Si usan sólo el corazón se empalagarían. Si ante las situaciones cotidianas el hombre ejercita un 75 por ciento de cabeza y un 25 por ciento de corazón; y por el contrario, la mujer ejercita un 25 por ciento de cabeza y un 75 por ciento de corazón, el ejercicio del corazón de los dos suma cien y el ejercicio de la cabeza de ambos suma así mismo cien y el resultado es obvio: la relación de pareja va armónicamente.
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