XCVIII Asamblea Plenaria Ordinaria
Comunicado "Ante las Próximas Elecciones"
Caracas, 12 de julio de 2012
1. Como pastores de la Iglesia
Católica y como ciudadanos, nos dirigimos de nuevo a todos los venezolanos ante
la proximidad de las jornadas electorales. Les invitamos, en particular, a
tomar conciencia de la relevancia del acto electoral del 7 de Octubre.
2. Esta elección del Presidente de la
República es, en efecto, un acontecimiento de particular importancia en la vida de nuestra sociedad democrática,
porque definirá profundamente el futuro del país. Para seguir construyendo la
democracia en Venezuela, es fundamental el voto de cada uno de los ciudadanos,
el cual deberá proyectarse en otras acciones. La elección es una parte, y no el
final, de todo un proceso, porque después del 7 de Octubre, la vida nacional ha
de continuar su curso normal. Es necesario que todos tomemos conciencia de
nuestra responsabilidad pues la elección nos compete e interesa a todos. Nadie debe sentirse excluido ni exento del
derecho y el deber moral de sufragar válidamente.
3. La campaña electoral debe ser vista
como un proceso pedagógico. En este sentido, los candidatos deben utilizar este
tiempo para la presentación de un proyecto político eficiente con propuestas
que respondan a las grandes necesidades e intereses del pueblo, y puedan ser
evaluadas en el tiempo a través de dichos programas. De aquí, la necesidad de
que los electores los tengan en sus manos con antelación. Por otra parte, esto
exige abandonar, como tácticas electorales, la violencia política y el
ventajismo en el uso de los recursos del Estado, la descalificación personal y
las falsas promesas, ya que ellas sólo confunden y frustran a los electores.
4. Los resultados de la contienda
electoral deberán conducir al país al reencuentro nacional y a un llamado a
todos los venezolanos, sin distinción alguna, a cooperar con un proyecto común
de nación. Tal como lo dijimos en
nuestra Exhortación al comienzo de año, "El deseo y la necesidad de
reconciliación implican establecer la
convivencia nacional a partir del respeto y aprecio mutuo, el efectivo
reconocimiento del pluralismo político-ideológico, cultural y religioso, y la
correspondiente tolerancia hacia los demás.
Esta tolerancia, o mejor, aceptación del "otro", en la perspectiva del bien común, favorecerá
un clima político-social idóneo para el entendimiento mutuo y para superar la
agobiante polarización que padecemos" (Exhortación Pastoral 2012: Año de
la Reconciliación Nacional, 4, 12 de Enero de 2.012).
5. El Consejo Nacional Electoral,
supremo responsable de la transparencia del proceso y del clima de confianza
que debe acompañarlo, de acuerdo a las facultades que le otorga la Constitución
y con la clara conciencia de que no se trata sólo de ofrecer la competencia
jurídica y técnica para su realización, no debe escatimar mecanismos de
información al ciudadano sobre todas las implicaciones del acto electoral.
6. Es fundamental que el Consejo
Nacional Electoral ofrezca la garantía de que la opción del elector no podrá
ser alterada, que será resguardado el secreto del voto y que los ciudadanos no encontrarán
obstáculos para ejercer su derecho. Para ello es indispensable que los
representantes de los partidos políticos participen en la observación de los
escrutinios en todas sus fases. La presencia de observadores internacionales es
un factor que ayudará a evidenciar la transparencia del proceso. El organismo
electoral debe, de manera razonable, dar a conocer los resultados a la brevedad
posible. Teniendo uno de los mejores sistemas electorales del Continente, con
la tecnología más avanzada, no hay razones técnicas para que el pueblo se vea
sometido a una angustiosa espera. La existencia de tales garantías será el
mejor aval para respetar las normas establecidas y acatar la voluntad expresada
por la mayoría.
7. En una campaña electoral
democrática, el Estado y el Gobierno deben garantizar el cumplimiento de las
leyes y normas que lo sustentan, el clima de seguridad y el equilibrio en el
uso de los medios de comunicación y otros recursos electorales. Los reclamos y
protestas razonables deberán hacerse por los cauces institucionales.
8. La Fuerza Armada Nacional
Bolivariana está al servicio de la nación y no de una parcialidad política; es
garante de la constitucionalidad y del respeto a la voluntad de los electores.
Los integrantes del Plan República están llamados a velar por el desarrollo
seguro, pacífico y confiable del evento comicial.
9. Los miembros y los testigos de las
mesas de votación deben propiciar un sano ambiente de convivencia y de trabajo
en los Centros Electorales, que facilite el sufragio, fomente el respeto mutuo
y promueva la colaboración entre todos. Cada Centro Electoral, cada mesa, debe
ser un lugar en que se haga patente la vivencia de la democracia, la valoración
de la ciudadanía y la aceptación de la diversidad de opciones y opiniones.
10. Desde ahora, invitamos a los
creyentes a elevar sus oraciones a Dios, Señor de nuestra historia, por el
éxito del proceso electoral y la paz social y política de Venezuela. Bendecimos
las diversas propuestas de oración que tanto grupos de fieles como parroquias
han venido realizando a favor de un proceso electoral democrático, transparente
y pacífico. Oremos para que el Espíritu Santo nos conceda a todos la sabiduría
e inteligencia espiritual que necesitamos para convivir pacíficamente en la tolerancia y el respeto
mutuo.
11. Invocamos la protección de Ntra.
Sra. de Coromoto, Patrona de Venezuela, e impartimos con afecto nuestra
bendición a todos los venezolanos y residentes en el país.
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