En la Iglesia Ortodoxa, los miembros
del clero se revisten de ropa especial para la celebración de los oficios
litúrgicos. Existen dos vestimentas fundamentales: el alba y la estola. La primera
de ellas, el alba o stijarion, es la túnica bautismal. Todos los sacerdotes y
obispos se ponen esta túnica durante la divina liturgia. Es de color blanco, ya
que representa la “túnica de la salvación”; la misma túnica blanca en que todo
cristiano se reviste en el día de su bautismo, simbolizando la nueva humanidad
de Jesús y la vida en el Reino de Dios (Apocalipsis 7,9 ss).
GORRO LITÚRGICO
La segunda vestimenta esencial del
clero cristiano, la estola o epitrajilion, que va alrededor del cuello y sobre
los hombros, es signo del ministerio pastoral. Originalmente se confeccionaba
de lana, simbolizando las ovejas, es decir, el rebaño de Cristo, por quienes
los pastores son responsables espirituales. Tanto los obispos como los
sacerdotes llevan esta vestimenta al ejercer su ministerio pastoral, dando
testimonio de que los ministros dela Iglesia viven y actúan única y
exclusivamente para cuidar y servir los miembros del rebaño de Cristo Jesús el
Señor. A través de la historia de la Iglesia, se aumentaron y se desarrollaron
más los ornamentos litúrgicos empleados por el clero. Los obispos, sacerdotes y
diáconos comenzaron a usar unos puños especiales o epimaniquias, diseñados para
mantener las vestimentas en forma ordenada durante los oficios. En el momento
de revestirse con estos puños litúrgicos, los clérigos rezan versículos de los Salmos
que les recuerdan que sus manos pertenecen a Dios.
También comenzó a usarse un cinturón
para sujetar los ornamentos. Al colocarse el cinturón, los clérigos rezan
salmos que les recuerdan que es Dios quien les da la fuerza para llevar a cabo
su ministerio. Solamente los obispos y sacerdotes utilizan este cinturón litúrgico.
La túnica que llevan los diáconos,
hipodiáconos y lectores también se llama stijarion. Probablemente tiene su
origen en la misma túnica bautismal, sólo que de forma más ricamente elaborada.
Los diáconos e hipodiáconos también llevan una estola llamada el orarion. Esta
estola probablemente fue, en su forma original, un largo pedazo de género en
que fueron escritas las letanías litúrgicas y otras oraciones. Esta vestimenta
recibe su nombre del verbo orar.
En los oficios litúrgicos hasta el día
de hoy, el diácono levanta el orarion en gesto de rezar cuando entona las
partes del oficio divino que le correspondan. El hipodiácono, en cambio, lleva
su orarion atado por la espalda en forma de cruz.
Los sacerdotes además de la túnica
bautismal blanca, de su estola pastoral, puños y cinturón, también llevan una
túnica exterior grande llamada felonion o casulla. El felonion cubre toda su
espalda, y por delante le cubre hasta la cintura.
Esta vestimenta seguramente fue
desarrollada en base del vestuario formal de la temprana era cristiana y, bajo
la inspiración bíblica, llegó a identificarse con el llamado de la vocación
sacerdotal. Al revestirse del felonion, el sacerdote reza las siguientes palabras del Salmo 132:
Tus
sacerdotes, oh Señor, se revestirán de justicia, y los santos se regocijarán
con alegría ahora y siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Es probable que antiguamente los
obispos también llevaran el felonion, y sobre él se colocaban el omoforion, la
vestimenta que es emblema de su ministerio episcopal como pastor principal de
la Iglesia local. Sin embargo, cuando el imperio cristiano fue capturado por
los turcos en el siglo 15, a los obispos cristianos del oriente les fue
confiado el poder civil sobre todos los cristianos bajo dominio turco.
Entonces, debido a que el imperio cristiano ya no existía, los obispos
adoptaron el uso de la insignia imperial y comenzaron a vestirse de la misma
manera que antes lo habían hecho los gobernadores civiles cristianos.
Utilizaron, entonces, la túnica imperial, el sakkos, y la corona imperial, la
mitra.
También comenzaron a pararse sobre el
orlets (el águila; una pequeña alfombra con la imagen de una águila en ella)
durante los oficios divinos y a llevar el báculo, que simbolizaba más su poder
civil y seglar, que su ministerio pastoral. Fue también en este período que
comenzó a usarse la palabra déspota al dirigirse uno a los obispos, palabra que
significa soberano, un título para el poder temporal y no espiritual. Y los
clérigos comenzaron a llevar pelo largo, también signo de gobierno terrenal en
tiempos antiguos. En el siglo 17, durante la reforma del Patriarca Nikon, estas
mismas costumbresfueron adoptadas por la Iglesia Rusa para sus obispos.
A través de los años, algunos de estas
nuevas insignias en la Iglesia fueron “espiritualizadas”, y se les otorgó un
significado bíblico. Así, la mitra llegó a entenderse como señal de la victoria
cristiana, pues los santos reciben sus coronas y reinan juntos a Cristo.
(Apocalipsis 4,4) El águila comenzó a comprenderse como signo del vuelo hasta
la Jerusalén celestial, ya que es el clásico símbolo bíblico de San Juan y el
Cuarto Evangelio. (Apocalipsis 4,7; Ezequiel1,10) El báculo llegó a representar
la vara de Aarón (Éxodo 4,2), y así sucesivamente. Se debe entender, sin
embargo, que estas particulares insignias del oficio episcopal son de un
desarrollo más tardío y accidental en la historia de la Iglesia. A las
vestimentas de los obispos y sacerdotes es necesario agregar el epigonation,
pieza de tela en forma de rombo. Este es una distinción que simboliza la
“espada de la fe” y el Verbo de Dios.
Los sacerdotes reciben este símbolo
cuando el obispo les confiere la bendición que los autoriza a realizar la
Confesión Sacramental. En relación a la participación del obispo en los oficios
divinos, también se desarrolló el uso de dos candelabros especiales con que el
obispo bendice a los fieles. Uno de estos candelabros tiene tres velas, y se
llama el trikiri; la otra tiene dos velas, y se llama el dikiri.
Estos candelabros representan los dos
misterios fundamentales de la fe cristiana ortodoxa: que hay Tres Personas
Divinas en un solo Dios; y que Jesucristo, el Salvador, tiene dos naturalezas,
siendo Dios perfecto y hombre perfecto.
Existen también dos clases de gorros
litúrgicos que tienen significado especial en la Iglesia Ortodoxa: uno en
punta, y otro cilíndrico. Generalmente, todos los sacerdotes de las iglesias de
tradición griega o árabe se usa el gorro de forma cilíndrico, pero en iglesias
de otras tradiciones locales es usada sólo por algunos como una distinción
especial.
Los obispos y monjes la utilizan con
un velo negro que cae por la espalda. El gorro en forma de punta es utilizado
por los monjes y, según la tradición rusa, por algunos miembros casados del
clero como signo de alguna distinción especial. También en la tradición rusa,
ciertos miembros casados del clero reciben el honor de llevar la mitra durante
los oficios litúrgicos. En otras iglesias ortodoxas, sin embargo, la mitra es
reservada únicamente para los obispos y abades de los monasterios, los
archimandritas.
El uso de estos gorros litúrgicos, como se
puede ver, varía entre las distintas tradiciones locales de las iglesias, y no
es universal. Hoy en día, su utilización en la Iglesia ortodoxa está en regresión.
Por último es necesario señalar que tanto los obispos como los sacerdotes se
ponen una cruz pectoral. Además, el obispo lleva un medallón o encolpion con la
imagen de Cristo, de la Theotokos con el Niño Jesús, llamada la Panagía, que
quiere decir, la Toda Santa. Ciertos dignatarios tienen el derecho de llevar
dos medallones, uno a cada lado de la cruz pectoral.
En cuanto al uso de la cruz por los
sacerdotes, de acuerdo a la tradición rusa todos los sacerdotes la llevan,
mientras en otras tradiciones locales como la griega y la árabe, es utilizada
litúrgicamente sólo por aquellos sacerdotes a quienes ha sido otorgada como una
distinción especial.
La Iglesia Ortodoxa firmemente
sostiene que el uso de vestimentas litúrgicas es esencial a la práctica litúrgica,
experimentada como la realización de comunión con el glorioso Reino de Dios, un
Reino que aun ha de venir, pero que a la vez ya está junto a nosotros en el
misterio de la Iglesia de Cristo. Sin embargo, la tendencia actual es que las
vestimentas sacerdotales tengan más simplicidad, más próximas a la inspiración
bíblica y sacramental de las primeras comunidades cristianas.
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