Particularmente a mi ya no me sorprenden las cosas horrendas que están acaeciendo en el mundo entero. Lo digo porque soy de los convencidos que nos estamos acercando a la hora final donde en cualquier momento nuestro Señor Jesucristo venga. Ya el mundo no puede ser peor, recientemente el Congreso de los Estados Unidos aprobó las uniones del mismo sexo con el pretexto de los derechos igualitarios, y con la idea de ser un avance para la sociedad. Como les dije, cosas como estas no me sorprenden, y vendrán aun peores. El Congreso de los Estados Unidos pretende ser una autoridad moral más elevada que el mismo Dios. Pareciera que la Biblia no la han leído, en Génesis 1,27-28 dice que Dios creó al hombre y la mujer, y su mandato fue hacerse fecundos. Ahora bien luego en Lv 18,22 Dios entre las instrucciones que le dio a Moisés fue la que un hombre no puede acostarse con otro hombre como si este fuera una mujer ya que es una “abominación” (heb. Toebá denota algo asqueroso). Son solamente dos pasajes de la Biblia que nos habla de la importancia de una sana relación sexual, pudiera citar muchas más pero por razones de tiempo me limito tan solo a estas.
Ahora bien, las preguntas que todos nos hacemos es ¿Por qué el mundo está al revés? ¿De quién es la culpa? En varios artículos anteriores siempre he insistido en la necesidad de propagar el Evangelio, no en la forma como generalmente se hace, si es que hace. Es llevar, presentar, explicar las Sagradas Escrituras en su verdadero contexto, la Iglesia tiene que ideárselas para que el laico se enamore, estudie y practique lo que allí dice. ¿Entonces de quien es la culpa? En su gran mayoría de la Iglesia ya que no ha sabido presentar el mensaje de salvación, nos hemos acostumbrados con tener a hombres y mujeres que cumplan con el precepto de ir a Misa y listo, no se han formado hombres y mujeres con una solida doctrina que sean capaces de ocupar puestos importantes en la sociedad, la realidad es que lo que se enseña sobre nuestro Padre y su obra es poco y deficiente, el mensaje no llega, el canal que se utiliza no es el adecuado. nos hemos acostumbrado a la comodidad y no al servicio misionero.
Es por eso que digo que estas y otras cosas horrendas no me sorprenden, a Dios lo tenemos domesticado, está fuera de nuestra vida, él es un simple comodín que cuando lo necesitamos en caso de urgencia lo llamamos. Cada día serán peores las cosas, más muertes, violencia, degradación y pare de contar, es necesario que el mundo conozca al hombre que dio su vida por nosotros, y lo que hay que enseñar es que lo hizo sin violencia, su plan de salvación es pacifista, humanista.
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