Esta semana he releído un libro maravilloso y quiero recomendarlo para su lectura, se denomina “La Subida al Monte Sinaí” y su autor es el Padre Raniero Cantalamessa, del cual me confieso un fiel seguidor de sus libros y predicas. Es franciscano capuchino y predicador de la Casa Pontificia.
El prologo del libro nos muestra un breve resumen de lo que desarrollará a lo largo del mismo, nos dice “Pero el Sinaí es una montaña escarpada. La búsqueda del Dios vivo presenta, hoy, asperezas y obstáculos nuevos, que no existían en el tiempo de los Padres, o cuando San Buenaventura escribía su Itinerario de la mente de Dios”.
El padre Raniero a lo largo del libro toca 31 temas relacionados con la búsqueda de Dios en un mundo cada vez más difícil.
El tema 19 me llamo la atención su titulo “Un Dios domesticado”, en el mismo nos narra que el “Hombre no acepta a Dios, pero se hace un Dios, es él quien decide. La relación creatural es invertida, el hombre se convierte en el alfarero, y Dios en el vaso que aquél plasma a su gusto, atribuyendo a Dios los fines y las cualidades y los vicios que más cómodos le resultan…No hay más temor, Dios ha sido domesticado”.
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