MARIA SE ENCARGA DE ENDEREZAR NUESTROS RUEGOS SI VAN ALGO TORCIDOS

viernes, 24 de junio de 2011

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En Caná de Galilea se celebraba una boda en la que estaba presente María, quizás la boda de algún familiar. También estaban presentes Jesús y sus discípulos (Jn 2,1-12). Allí tiene lugar el primer milagro realizado por Jesús y en la que María intercedió para que se llevara a cabo.
El vino se había acabado y María que es madre y familiar atenta a todas las necesidades le dice a su Hijo: “No tienen vino”. María expone una necesidad, “pide sin pedir” como dice Francisco Carbajal. Nos enseña la forma correcta de pedir. Jesús le responde: “Aún mi hora no ha llegado”. Parece ser una respuesta dura, pero no lo es, su Madre le dice a los que servían “Hagan lo que él les diga”. Luego el milagro se produce y el agua se convierte en vino (Entre 480 y 720 litros aproximadamente) y no en un vino de segunda sino en el mejor. La petición de María tuvo éxito porque es una oración de madre. Cuantas bendiciones pueden recibir las familias si las madres también al igual que María expusieran sus necesidades.

Jesús no nos niega nada y de modo particular nos concede lo que solicitamos a través de su Madre. Ella se encarga de enderezar nuestros ruegos si van algo torcidos. Recordemos que a María nuestra madre te debemos tener una veneración especial, superior a la de los santos y solamente adoramos a la Santísima Trinidad.
En el Evangelio de Juan, dos veces se le llama a María “la Madre de Jesús”, en Caná y en el Calvario, significando así que toda obra del Señor está acompañada por la presencia de su Madre.

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