CASOS DE LA VIDA REAL: "MI MARIDO NO QUIERE ADOPTAR UN HIJO"

miércoles, 11 de enero de 2012

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Gracia y Raúl llevan 9 años de casados y no han podido tener hijos. Obviamente esto ha sido un golpe muy duro, pero ella tiene grandes esperanzas puestas en la adopción. El gran problema es que se encuentra con la férrea oposición de su marido.
Cuenta Gracia:
“No va al caso explicar nuestra causa de infertilidad, pero ésta es seria y no hay posibilidad alguna de que podamos tener un hijo biológico. Han sido años de vivir en torno a esta angustia y yo creo que la idea de adoptar un hijo me devolvería la alegría. El gran problema es que Raúl no está de acuerdo. No lo juzgo, pero me cuesta entenderlo. ¡Si es la única manera que podamos ser padres! Dice que no se atreve, que le produce pánico el hecho de no querer a la guagua que nos entreguen. Veo que éste es un tema muy personal y no sé cómo convencerlo. Pero pienso que él no cuenta con toda la información necesaria acerca de los procesos de adopción. Me encantaría saber qué puedo hacer. ¿Tendré posibilidades de cambiar su opinión o simplemente tengo que asumir que no podremos adoptar?”

La relación de pareja
La forman dos personas que son individuos distintos, por lo tanto, es completamente esperable que tengan sentimientos y ritmos diferentes para enfrentar las diversas situaciones de la vida. En este caso, afrontar la infertilidad y la frustración de no poder procrear para formar su familia, también es un proceso propio de cada miembro de la pareja. Según explica el psicólogo Ladislao Lira, Director de Extensión y Desarrollo de la Fundación San José para la Adopción, lo esencial es el respeto de la individualidad. “Hay que entender que lo que le pasa a uno no es lo mismo que lo que le pasa al otro. Y que, aunque sea difícil, hay que evitar presionarlo a pensar igual”. Según agrega el especialista, no hay que perder de vista que estar casados es un proyecto común pero con visiones distintas. Entonces ponerse de acuerdo en una decisión tan importante como es la adopción de un hijo, no es tan simple y requiere de mucho respeto y diálogo.
Es necesario sacar el foco de la paternidad para ponerlo en el matrimonio. “El gran objetivo de esta pareja es que lleguen a buen término y que sean capaces de conciliar un proyecto común. Ya sea siendo papás adoptivos o siendo papás sin hijos”, concluye Lira

Consejos para ella
Mal de muchos consuelo de… Pero no está de más saber que el problema descrito pasa muchas veces. Es muy común que en un matrimonio, a la hora de afrontar la posibilidad de adopción, uno de los dos da el paso primero, mientras el otro se siente temeroso de hacerlo.
Ahora es bueno que Gracia, sepa qué es lo que se requiere para dar ese paso. Para pensar en una futura adopción es fundamental que tanto ella como Raúl hayan asumido la infertilidad y que hayan aceptado que no podrán ser padres biológicos. “Para eso, primero tienen que vivir el dolor. De hecho sería poco natural y no muy sano que alguien dijera inmediatamente después de saber que no podrá ser padre biológico que quiere adoptar. Luego, hay que aprender a vivir con ese dolor de manera que la pena, aunque subsiste, no interfiera en la capacidad de seguir adelante día a día. Es clave que la decisión de adoptar no se tome para cubrir la pena y frustación que se siente”, explica Lira.
Pero este proceso no es racional, no se trata de decir tengo que seguir paso a paso la evolución descrita. No, Gracia debe dejar que Raúl simplemente lo viva y darle la oportunidad para que lo haga. “Muchas veces la dificultad de enfrentar un duelo se da porque el dolor es tan grande que naturalmente tendemos a evitarlo. Pero dejar que Raúl exprese lo que siente, conversar sobre sus temores son pasos importantes”, explica Ladislao Lira.
Además, es conveniente que Gracia tome conciencia que adoptar es un proceso intenso en cuanto a las vivencias y experiencias que deben vivir los padres. Enfrentar la infertilidad, hacer todo lo posible por revertirla, vivir el duelo por no poder procrear, pensar en alternativas a su situación y recién ahí empezar a ver de qué se trata la adopción. Hay mucho que aprender sobre ella: “En qué consiste, qué implicancias tiene, reconocer los propios temores. Y aquí Gracia sí puede ayudar a Raúl e instarlo a que hablen con papás que han vivido la misma experiencia, que lean artículos de prensa e Internet y que se acerquen a las instituciones de adopción para recibir información clara”.
Finalmente, y como gran conclusión, Gracia debe tener muy claro que en este proceso no cabe ni la presión ni los esfuerzos por convencerlo. No debe tratar de imponer su visión. Tiene que acompañarlo y mostrarle con prudencia en lo que está ella, lo que piensa, lo que ha conocido y visto. En otras palabras, tiene que saber abrirse a las aprensiones de Raúl, empatizar con éstas e incluso también planteárselas ella misma.

Consejos para él
Los sustos de Raúl son completamente naturales. Hasta los padres biológicos suelen sentir temor de su rol de padre. Pero además al padre adoptivo se le suma el hecho de pensar en cómo establecerá un vínculo con un niño con el que no tiene conexión biológica. Efectivamente el padre adoptivo tiene que enfrentarse a una genética desconocida y es bueno hablar sobre esos temores. Pero según Ladislao Lira, en la práctica nadie sabe, ni los padres biológicos, cuáles serán las cargas genéticas de un hijo. “El niño puede desarrollar una enfermedad de la que no teníamos antecedentes. la genética tiende a ser una trampa, porque no nos asegura nada, sólo nos deja dudas y temores. La verdadera reflexión es entender lo que realmente significa ser padre, porque serlo, no consiste en engendrar, sino en estar presente en la vida del hijo”.
Otro gran temor muy unido a lo que piensa Raúl, es el de no poder establecer una relación de apego con la guagua adoptada. Y en esto también hay información importante de conocer como es que “el vínculo no está establecido por biología, éste se construye a través del mutuo conocimiento. En la medida que conozco al otro lo voy queriendo. Los papás biológicos también tienen que construir día a día el vínculo con sus hijos. Así mismo, somos capaces de vincularnos afectivmente con niños que no son nuestros hijos como sobrinos, ahijados…”, explica Ladislao Lira.
Raúl no debe sentirse presionado pero sí tiene que darse la oportunidad de conocer y explorar más el tema. Acercarse a personas que hayan tenido la experiencia de adoptar o ir a una charla informativa en alguna institución. “Ninguno de estos pasos implica comprometerse con la decisión, pero sí le ayudarán a aclarar muchas de sus dudas”.
Finalmente Raúl tiene que saber que no por tener pensamientos de temor no será “digno” de optar a la adopción. “Por el contrario, sus aprensiones son tan sanas y normales que son parte de una preparación adecuada para una paternidad adoptiva exitosa”.


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