LOS SACRAMENTOS

jueves, 9 de agosto de 2012

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La palabra “sacramentos” para muchos católicos es conocida, sin embargo no saben su significado y la eficacia que produce en el hombre, es por ello que en esta primera comparto con nuestros lectores su significado y algunos datos bien importantes para que luego hablemos de cada uno de ellos.
Los sacramentos  son signos eficaces del ministerio de salvación de Cristo, son en efecto, su realización en el “tiempo de la Iglesia”. Para comprenderlos es necesaria una exacta visión del valor soteriológico de Cristo, de la posición de la obra salvífica de Cristo en la historia de la salvación  en cuanto a dimensión temporal de realización del designio divino del hombre.

Entre los sacramentos y el misterio de Cristo existe el nexo íntimo que siempre se da entre el elemento significante y la realidad significada, pero sin pretender restringir la relación a la pura y  simple significación.

El sacramento es signo religioso cristiano, a tal fin, San Agustín afirmaba que cuando un signo dice relación a cosas divinas se le llama sacramento.

El termino sacramento entra en el lenguaje cristiano por medio de Tertuliano a principio del siglo III y evoca ante todo y casi exclusivamente la idea de consagración.

Los sacramentos que son 7 a saber: “Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden sacerdotal y Matrimonio. Los siete sacramentos corresponden a todas las etapas y todos los momentos importantes de la vida del cristiano: dan nacimiento y crecimiento, curación y misión a la vida de fe de los cristianos. Hay aquí una cierta semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida espiritual” (CIC. 1210)

La pregunta de muchos es ¿Por qué son 7 los sacramentos?  Siete (7) son las etapas de la vida. Hay una gran semejanza entre las etapas de la vida natural y las etapas de la vida sobrenatural" Lee: Catecismo de la Iglesia Católica (CIC. 1210).

1. En la vida natural hay que nacer.

En la vida sobrenatural hay que nacer del agua y del espíritu. (Lee: Juan 3,5). Nuestra madre la Iglesia nos engendra por el Bautismo.

2. En la vida natural hay que crecer y dar fruto.

En la vida sobrenatural la Confirmación lleva a su desarrollo y hace fructificar esa vida recibida en el Bautismo. (Lee: Juan 15,16).

3. Para vivir es necesario alimentarnos.

En la Eucaristía Cristo, el Pan de Vida, nos nutre con su Cuerpo y su Sangre. (Lee: Lucas 22, 19).

4. En la vida natural enfermamos y necesitamos medicina para recuperar la salud.

En la vida sobrenatural Jesucristo, médico de las almas (Lee: Mateo 9,12), nos ofrece el sacramento de la Reconciliación para sanar las heridas del pecado (Lee: CIC 1421).

5. En la vida natural buscamos formar un hogar.

En la vida sobrenatural Cristo quiere que los esposos se amen como El ama a su Iglesia (Lee: Efesios 5,25): para eso instituyó el Matrimonio.

6. En la vida natural necesitamos de una autoridad que ordene la vida social.

En la vida sobrenatural el Reino de Cristo en este mundo exige una autoridad, unos pastores que apacienten las ovejas de Cristo, para ello Cristo instituyó el Sacerdocio.

7. La vida natural llega a su ocaso y morimos.

La Unción de los Enfermos nos conforma con la muerte y resurrección de Cristo (Lee: CIC 1523).

En el Nuevo Testamento se puede decir claramente que en la Iglesia apostólica existían ritos religiosos que, aunque no se presenten con el nombre especifico de sacramentos, la tradición de la Iglesia los ha identificado siempre con los que en tiempo posterior fueron llamados sacramentos. Así se habla del bautismo (He 2,38.41;8,12.16; Rom 6,3; 1 Cor 1,13-17; Gál 3,27; Ef 4,5; 1 Pe 3,21), se habla de una imposición de manos para el don del Espíritu Santo (he 8,17; 19,6), de una fracción del pan (He 2.42.46; 20,7.11; 1 Cor 10,16), de una unción de los enfermos (Sant 5,14), de una imposición de manos para constituir a uno en la jerarquía o en el ministerio (he 6,6; 1 Tim 4,14; 2 Tim 1,6), de una reconciliación con Dios (2 Co 5, 18; 5,20), de un matrimonio (Ef 5, 31-32), también encontramos innumerables pasajes  sobre el sacerdocio ((Hb 5,1-10; 7,24; 9,11-28).

En resumen hay un solo autor de los sacramentos y es Cristo, de este modo los sacramentos permanecen ligados a Cristo no por medio de un simple mandato y no aparecen como ritos que manifiestan genéricamente la fe en Cristo, sino que dependen del mismo ser sacramental de Cristo.


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