El
texto del anuncio del nacimiento de Jesús lo encontramos en Lc 1,26-38. Fue en
el sexto (ἕκτῳ. gr. “jektos”) mes de la concepción de Isabel cuando el ángel (ἄγγελος
gr. ángelos) Gabriel fue enviado (ἀπεστάλη gr. apestale) a una ciudad (πόλιν
gr. pólin) de Galilea (Γαλιλαίας gr. Galilalías) llamada Nazaret.
El ángel
Gabriel ya había sido enviado con anterioridad a Zacarías (Lc 1,19) parar darle
una “Buena Noticia”. San Gregorio Magno nos dice que “a María Virgen no se
envía un ángel cualquiera, sino el arcángel San Gabriel. Procedía que viniese
un ángel de los primeros a anunciar los misterios. Se le designa por su propio
nombre, el cual muestra lo que vale en sus obras, pues el nombre de Gabriel
significa fortaleza de Dios. Por la fortaleza de Dios había de ser anunciado el
que, siendo Dios de las virtudes y poderoso en la guerra para vencer en todas
las batallas, venía a destruir las potestades del infierno”.
El
ángel fue enviado a una “virgen” (παρθένον gr. pardsenón) “desposada” (ἐμνηστευμένην
gr. emnesteumenen) con “José” (Ἰωσὴφ gr. Iosé). El desposorio duraba
generalmente un año, y la infidelidad de parte de la desposada era castigada
con la muerte (Dt. 23,24ss). La virgen se llamaba “María” (Μαριάμ gr. Mariám
hb. Miryâm). El texto nos dice que el ángel “entró” ( εἰσελθὼν
gr. eiseltron) a donde estaba María y le dijo: “Alégrate (Χαῖρε gr. jaire cuyo
significado es feliz, alegre gozosa), llena de gracia (κεχαριτωμένη gr.
kejaritomene)”. Esta expresión es participio perfecto que indica una plenitud
que, ha sido cumplida en el pasado, pero que dura todavía hoy y tiende a
mantenerse en el futuro. La transformación de María por la gracia ya ha tenido
lugar mucho antes del momento de la asunción. En la Biblia solamente María es
llamada la “llena de gracia”. El ángel le sigue diciendo a María “El Señor está
contigo” (Lc 1,28 ὁ κύριος μετὰ σοῦ gr.o
kúrios metá sou). Dios siempre se mantuvo unido a María, en los momentos más
difíciles ella sabía que Él era su único descanso.
La
virgen al oír al ángel se quedó perturbada y se preguntaba qué clase de saludo
era ese. Es importante destacar que el evangelista utiliza la palabra
“dielogizeto” (διελογίζετο) que significa “estar razonando, preguntarse”
y solamente aparece dos veces en el NT (Lc 1,29; 12,17), en Lc 12,16-17 se habla
de un hombre cuya tierra dio una gran cosecha, el hombre se preguntaba donde
iba a guardar toda esa cosecha. Dios nos proporcionó una cosecha que ha alcanzo
para todos, es su Hijo Jesús que regó su sangre para salvación de todo ser
humano.
El
ángel sigue hablando con la virgen y le dice: “no temas” (del verbo fobéomai)
que “gozas” del favor (χάριν gr. járin viene del verbo “járis” que significa
gracia. Influencia divina sobre el corazón y su reflejo en la vida) de Dios. La
virgen iba a dar a luz un hijo, a quien debía llamar Jesús. El nombre de Jesús
es un mandato divino (καλέσεις gr. kaléseis viene del verbo kaléo que significa
llamar), el ángel le dice a la virgen que su hijo será “grande” (μέγας gr.
mégas) y llevará por título “Hijo del Altísimo”
(υἱὸς Ὑψίστου gr.huios Hupsistou). En Lc 6,35 Jesús les dice a los discípulos
que ellos pueden ser “hijos del Altísimo” siempre y cuando cumplan con tres
acciones: 1. Amar a sus enemigos 2. Hacer el bien 3. Prestar sin esperar nada a
cambio.
El Hijo
del Altísimo va a “reinar” (βασιλεύσει gr. basileúsei. Verbo indicativo futuro)
por siempre (αἰῶνας gr. aionas) y su reino (gr. basileías) no tendrá fin (Lc
1,33 οὐκ ἔσται
τέλος gr. ouk estai telos). El cristiano siempre debe recordar la parte final
del versículo 33, el reino de Dios siempre va a estar presente, muchos actúan
como reyes, han creado su propio reino y
Dios no tiene cabida en sus vidas.
María
estaba perturbada por las palabras del ángel ya que ella no había convivido con
nadie (Lc 1,34). El ángel le dijo que el
Espíritu Santo iba a venir sobre ella y el poder del Altísimo la iba a “cubrir
con su sombra” (Lc 1,35 ἐπισκιάσει gr. episkiasei). Aquí es como la gloria de
la Shekiná que la sugiere (Éx 40,38), donde la nube de gloria representa la
presencia y poder de Dios. El ángel también le anuncia que su pariente (συγγενίς
gr. suggenís) Isabel (Ἐλισάβετ gr.Elisábet) ha concebido en su vejez, antes era
estéril pero ya no lo es, porque nada
“es imposible” (ἀδυνατήσει gr. adunatései) para Dios (Lc 1,37). María
responde que ella es la “esclava” (δούλη gr. doúle También significa sierva)
del Señor y que cumpla en ella su palabra
(ῥῆμά gr. rhëma. Expresa la comunicación en sí más que el contenido “logos”).
ACTUALIZACIÓN
Dios
siempre ha enviado a sus ángeles para cuidarnos y ser portadores también de su Palabra, sin embargo el hombre no puede
ver más allá de lo que está en sus cejas, su vista permanece con unas grandes
vigas en sus ojos, solo vemos lo que queremos. Nuestros hijos crecen y no somos
capaces de darnos cuenta que ese tiempo no volverá jamás y lo desperdiciamos en
cosas tontas, no vemos que nuestros familiares necesitan cariño y comunicación
de nuestra parte.
Muchas
veces no queremos leer la Biblia porque sabemos que la Palabra de Dios nos va a
interpelar y nos va a pedir que cambiemos nuestras acciones, que amemos más sin
importar nada a cambio. Por eso todos podemos ser hijos del Altísimo (Lc 6,35)
siempre y cuando hagamos el bien y no devolvamos mal por mal. Cuando
verdaderamente el hombre se dé cuenta que la Palabra de Dios nos trae salvación
y liberación el mundo cambiara, de lo contrario siempre será un lugar hostil y
lleno de injusticia.
El cristiano
debe razonar el plan de Dios, al igual que la virgen María que se preguntaba cómo
era posible que ella fuera a tener un Hijo sin haber tenido relaciones con
José. Debemos saber que quiere Dios de cada uno de nosotros, o en su defecto
sino estamos claros, entonces debemos preguntarle: “Señor que quieres de mi”.