Muchas
veces me han llegado personas pidiendo un consejo por la difícil situación que están
pasando con su hijo ya que se ha vuelto rebelde. Muchos padres le dan la
espalda y dejan en manos del destino el desenlace final.
La
Biblia nos proporciona un bello ejemplo de lo que es verdaderamente un padre
que ama a sus hijos, no importa lo rebelde que se haya convertido, no importa
lo que haya hecho, el padre siempre va estar ahí, dándole consejos sabios,
rezando por él, siempre en la búsqueda de salidas que permiten el regreso del
hijo al seno del hogar.
Uno
de los hijos del rey David era Absalón, que sin lugar a dudas que se había
convertido en un dolor de cabeza para su padre, había matado a su hermano Ammón
(2 Sam 13), y ahora estaba conspirando en contra de su padre. David emprende la
batalla contra los conspiradores siendo Absalón el cabecilla de la misma, sin
embargo David le da un encargo a Joab, son unas palabras que salieron del corazón
de padre, le dice que “trate con suavidad” (לְאַט־
Denota tratar bien, gentilmente) a su hijo. A pesar de todo lo hecho por parte
de su hijo, David siempre tiene el mayor de los respetos por él, sabe que un
hijo es una bendición de Dios.
Al
final del relato Absalón muere, y David al recibir la noticia “llora” (בֹּכֶ֛ה) y dice que hubiera preferido
morir él en lugar de su hijo.
A
nuestros hijos que se encuentran en rebeldía debemos siempre hablarles con amor
pero con firmeza, nunca dejarlos en manos del destino. El padre siempre será
padre hasta el final.
Hace
años recuerdo como un amigo me visitaba y lloraba desconsoladamente porque su
hijo habia violado a una niña, el joven estuvo preso por varios años, su padre
lo visitaba siempre y le daba animo. Me decía que su corazón estaba muy mal por
lo que su hijo había hecho, en parte se sentía responsable porque se había
separado hace años de su mujer y la educación del joven estuvo en manos solo de
la madre, el solamente proveía el dinero.
Si
todos los padres nos percatáramos que nuestra figura es indispensable en el
hogar seguramente estaríamos más tiempo de calidad con nuestros hijos, educándoles
en el amor, el respeto y la solidaridad.
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