SE HA CAMBIADO EL AMOR POR LA VIOLENCIA Y EL ODIO (Lc 3,10-18)
miércoles, 9 de diciembre de 2015
El
texto de Lc 3,10-18 se refiere a las respuestas de Juan el Bautista a la
multitud. La misma es colocada por el evangelista luego del momento en que “la
Palabra del Señor se dirigió a Juan” (Lc 3,2).
Juan es el último de los profetas, a través de él Dios nos ha ofrecido
un tiempo más para la conversión, Juan viene a preparar el camino del Señor.
Muchos no nos damos cuenta que estamos en el tiempo regresivo en que todo
acabará con la venida del Señor y en donde todos seremos juzgados de acuerdo a
nuestros actos. El momento nadie lo sabe, solo Dios, es por ello que es
necesario repensar nuestra vida, lo que hemos hecho mal es mejor ahora hacerlo
bien, a quien le hemos hecho daño es mejor pedir perdón.
Juan
le dice a la multitud: «El que tenga dos túnicas, que las reparta con el que no
tiene; el que tenga para comer, que haga lo mismo.» (Lc 3,11). Sus palabras son
un llamado de atención a la solidaridad, al servicio al otro, pero sobre todo
su llamado es al amor. El mundo ha perdido ese amor y lo ha cambiado por
violencia y odio. El ser humano se considera autosuficiente, piensa que no
necesita de Dios. Juan nos enseña todo lo contrario, por ello dice: “Yo os
bautizo con agua; pero viene el que es más fuerte que yo, y no soy digno de
desatarle la correa de sus sandalias. El os bautizará en Espíritu Santo y fuego”
(Lc 3,16). El Bautista declara que él sólo es un “esclavo,” pues él no es digno
de ejercer con Él el oficio de los esclavos: “descalzarle” Además, su bautismo
es en “agua,” pero el del Mesías es “en fuego.” Probablemente la forma
primitiva es ésta, en contraposición al bautismo externo de Juan. Por el
“fuego,” purificador profundo, se decía en la ley, se ejercían las grandes
purificaciones “rituales.” La forma “Espíritu Santo,” en oposición a “fuego,”
puede ser ya original de Lc, pero posiblemente no lo fue en las primeras
fuentes, sino sólo en “fuego.”
Al
final del texto el evangelista destaca de Juan: “Y, con otras muchas
exhortaciones, anunciaba al pueblo la Buena Nueva” (Lc 3,18) “πολλὰ μεν οὖν καὶ ἕτερα παρακαλῶν
εὐηγγελίζετο τὸν λαόν”. Siempre en la boca de Juan estaba el anuncio de la
Buena Nueva, ojala y este tiempo sea propicio para anunciar con valentía y
fuerza el anuncio que trae salvación.
EL CAMBIO CLIMÁTICO AFECTA LA SALUD DE LOS NIÑOS
lunes, 30 de noviembre de 2015
"Todos
los niños necesitan un ambiente seguro y saludable y el cambio climático es una
creciente amenaza para la salud pública de todos los niños en este país y
alrededor del mundo". Así de contundentes se muestran los expertos de la
Academia Americana de Pediatría (AAP), que ha alertado de los peligros que el
cambio climático puede provocar en los niños.
Esta
institución ha publicado una declaración política en la que asegura que el
cambio climático tiene una vinculación directa con la salud de los niños, por
lo que insta a los pediatras y políticos a trabajar juntos para proteger a los
más pequeños frente a estas amenazas relacionadas con el clima.
Amenazas del cambio climático para
los niños
Entre
las amenazas para los niños y el medioambiente relacionadas con el cambio
climático estos expertos destacaron los desastres naturales, el estrés por
calor, la baja la calidad del aire, el aumento de las infecciones y las
amenazas en cuanto a los suministros de alimentos y agua.
Para
la presidenta de la AAP, Sandra G. Hassink, "los pediatras tienen una voz
única y poderosa en esta conversación debido a su conocimiento sobre la salud
infantil y la enfermedad y su papel en garantizar la salud de los niños en la
actualidad y en el futuro".
Cambio climático global y salud
infantil
La
declaración política de la asociación, denominada 'Cambio Climático Global y
Salud Infantil', viene a actualizar una similar lanzada en 2007 y se ha
publicado en la edición de noviembre de la prestigiosa revista Pediatrics.
En
este texto, la APP señala que existe un amplio consenso entre las
organizaciones científicas y los climatólogos de que los amplios efectos
conocidos comúnmente como "cambio climático" son el resultado de las
actividades humanas contemporáneas.
Asimismo,
la asociación recuerda que, según los datos de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), más del 88 por ciento de la carga actual de morbilidad atribuible
al cambio climático se da en niños menores de cinco años. Este dato ha llevado
a la AAP a considerar que el cambio climático representa una amenaza para la
salud y la seguridad de las personas, siendo los niños especialmente vulnerables,
por lo que insta a tomar medidas inmediatas.
LA CONVERSIÓN QUE DIOS QUIERE DE CADA UNO DE NOSOTROS NO ES UN GIRO DE 360° (Lc 3,1-6)
El
texto se inicia con un tiempo cronológico en Lucas “en el año quince del reinado del emperador Tiberio” es decir, el
año 28/29 de nuestra era. Entonces era Poncio Pilato procurador de Judea
(26-36); Herodes Antipas, tetrarca de Galilea (4 a.C. - 39 d.C); su hermano
Filipo, tetrarca de Iturea y de la Traconítide, que están situadas al norte y
al este del lago de Genesaret (4 a.C. - 34 d.C). Lisanias era tetrarca de
Abilene al noroeste de Damasco, en el Antilíbano (Lisanias murió entre el 28 y
el 37 d.C). Las indicaciones de Lucas se han visto confirmadas por ins cripciones
y por historiadores antiguos. Además de las autoridades civiles se indican
también las religiosas: el sumo sacerdote en funciones José Caifás (18-36 d.C),
junto al que gozaba de gran prestigio su suegro Anás, que le había precedido.
El
texto continua diciendo que la “Palabra”
(ῥῆμα gr. rhema) del Señor se dirigió a Juan el hijo de Zacarias, en el
desierto, él recorría toda la región del Jordan predicando el bautismo del “arrepentimiento”
(μετανοίας gr. metanoías) para el “perdón” (ἄφεσιν gr. afesin. Denota también
libertad) de los pecados, tal y como estaba escrito en el libro del profeta Isaías
“Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus
sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo
tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la
salvación de Dios” (Is 40,3-5). El profeta Isaías ve en una visión una
espléndida procesión a través del desierto. Dios, el Señor, va en cabeza de su
pueblo, que retorna en caravana de Babilonia a la patria. Una voz se levanta en
el desierto por el que avanza la comitiva e invita a preparar un camino real.
Esta palabra dirigida a los que regresan a la patria se entiende ahora en forma
nueva. La voz del que clama en el desierto es Juan. El Señor —el Mesías— viene,
y con él su pueblo. La preparación del camino se entiende en sentido religiosomoral;
se llama a penitencia, conversión y retorno a Dios, bautismo de penitencia para
el perdón de los pecados. Obra verdaderamente gigantesca: trazar un camino por
el desierto; transformar los corazones. Toda carne ha de ver la salvación de
Dios. El tiempo de la salvación está alboreando. Dios lo prepara para «toda carne»,
para todos los hombres. Va a cumplirse el anuncio profético de Simeón: Una «luz
para iluminar las naciones» (2,32). El predicador de penitencia y conversión, el
precursor Juan tiene una misión para todos los tiempos. Hay que preparar con
penitencia un camino a la salvación del Señor.
Actualidad
El
tiempo se acorta cada día, es necesario hacer de este mundo un lugar de paz, la
gran pregunta seria ¿por dónde empezar? En nuestras familias esta el camino que
nos lleva a realizar un mundo mejor. Jesús tiene que nacer diariamente n cada
uno de sus integrantes, es necesario conocerlo, amarlo, pero sobre todo
seguirlo.
La
conversión que Dios quiere de cada uno de nosotros no es un giro de 360° para
quedar en lo mismo, se necesita cambios profundos en nuestra vida, tiene que
haber perdón, misericordia, amor, bondad, paz, alegría y sobre todo esperanza
en que todos veremos la salvación de Dios.
PODER, HONOR Y GLORIA AL REY, A CRISTO
martes, 17 de noviembre de 2015
El
texto Jn 18,33-37 es el relato del proceso de Jesús ante Pilato. La reflexión
sobre el tema de la realeza está presente en todo el episodio, incluso en la
declaración de Pilato: «¡Aquí tenéis a vuestro rey!» (19,14). Ahora bien, la
«pretensión» de ser Hijo de Dios (19,7) es demasiado elevada para los judíos;
ellos prefieren que este Mesías sea crucificado, y, obrando de este modo,
reniegan de la historia de Israel y de sus mismas expectativas: «No tenemos otro
rey que el César» (19,15).
Esta
perícopa representa el centro teológico del relato joáneo. Se confrontan aquí
conceptos muy diferentes de realeza: Pilato tenía el concepto político-militar
que se podía hacer un romano (v. 37), pero aparece también el teocrático y a la
vez político de los judíos (w. 33ss); sin embargo, la realeza de Jesús
pertenece a otra esfera: «no es de este mundo»; más aún, puede dejarse aplastar
por éste y resultar, de todos modos, vencedora (v. 36).
Jesús
es verdaderamente rey, pero no «de aquí abajo». Ha venido a este mundo a traer
su Reino sobrenatural sin imponer su absoluta superioridad, asumiendo nuestra
condición («para eso nací y para eso vine al mundo») para iluminarla con la luz
de la verdad y hacer al hombre capaz de elegir el Reino de Dios.
La
venida de Cristo obra, por consiguiente, una discriminación entre los que
acogen su testimonio y los que lo rechazan. Es un testimonio verdadero sobre
Dios -cuyo rostro revela Jesús en sí mismo- y, al mismo tiempo, sobre el
hombre, tal como es según el designio del Padre («¡Ecce homo!»: 19,5): acogerlo
significa entrar ya desde ahora en su Reino. En cambio, el que lo rechaza se
somete al príncipe de este mundo (12,31): no es posible mantenerse en un
escepticismo"} neutral como intenta hacer Pilato (18,38). Quien reconoce a
Jesús como rey no se preocupa de triunfar en este mundo, sino más bien de escuchar
la voz de su Señor y de seguirle (v. 37b), para extender aquí abajo su Reino de
verdad y de amor.
Actualización
Poder,
honor y gloria al Rey, a Cristo. Cristo Rey, reinando por siempre,
permaneciendo en su trono, mientras los demás reyes se quitan y se ponen. Reyes
pasajeros, con unos reinos de fronteras reducidas, con una historia tantas
veces de final desastroso. Cuántos grandes personajes acabaron de mala o de
vulgar manera. Cristo reinó ayer, reina hoy y reinará siempre... Rey de reyes,
hoy nos rendimos a tus pies. Acepta el vasallaje de los hombres. También de los
que no te reconocen, esos que tú has redimido con tu sangre. Reina, impera,
manda. Nosotros queremos ser leales a nuestro Rey, que eres tú. Fieles vasallos
de tu Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia. Reino de justicia, de
amor y de paz.
LOS DÍAS DE LA TRIBULACIÓN
El
texto de Mc 13,24-32 lo podemos dividir en dos partes: a) La venida del Hijo
del Hombre y b) La lección de la higuera.
Entre
el relato de Mateo y Marcos (Mc 13,24-27; Mt 24,29-31) existe una estrecha
semejanza. Las diferencias principales son las siguientes:
a.
Marcos dice: “Y entonces verán al Hijo del Hombre”. Mateo escribe: “la señal
del Hijo del Hombre”.
b.
Mateo ha conservado la observación de Cristo, “Lamentarán todas las tribus de
la tierra”.
c.
Mateo muestra también que, según la enseñanza de Cristo, su glorioso regreso no
sólo será visible sino también audible: “con gran voz de trompeta”.
El
relato de Lucas a veces se asemeja más al de Marcos que al de Mateo, y otras veces
viceversa. En este caso habla de “señales en el sol, la luna y las estrellas”,
y en general resalta el efecto que la llegada del Hijo del hombre produce en
los habitantes de la tierra: la zozobra de las naciones, el temor y la
perplejidad de los hombres a causa de las cosas que sobrevendrán, incluyendo el
bramido del mar y las olas, y la conmoción de las esferas celestes. Culmina su
relato dando a conocer la exhortación tan confortante y consoladora del Maestro
(21,28).
El
texto de Mc 13,24-27, está profundamente arraigado en las profecías del Antiguo
Testamento y debe interpretarse a la luz de este género literario. Esto
significa que se debe evitar una interpretación exageradamente literal.
24
«Ahora bien, en
aquellos días, después
de aquella angustia,
el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor» ... A la
luz de los
textos proféticos, el
significado de estas
imágenes puede exponerse así: en
el AT, los astros aparecen como objeto de culto
idolátrico, y dar culto a Yahvé o
los astros establecía la
distinción entre Israel y los paganos
(Dt 4,19s; 17,3; 2 Re 17,16; Jr 8,2; Ez
8,16). A diferencia de la unidad anterior (14-23),
donde se trataba del mundo judío,
en ésta, el sol y la luna
representan a los falsos dioses:
la conmoción cósmica afecta al mundo pagano. El oscurecimiento de los
astros mayores significa el eclipse de esos dioses: los valores representados por ellos se juzgan
ahora inaceptables.
26
“y entonces verán
llegar al Hijo
del hombre entre
nubes, con gran potencia y gloria”.
Y entonces indica que la llegada del Hijo
del hombre se verifica inmediatamente
después del eclipse
de los falsos
dioses y la
caída de los poderes
opresores y significa
su triunfo sobre
ellos. Son éstos
los que verán esa llegada y ese triunfo. Es
la segunda llegada del Hijo del
hombre; la primera, que corresponde
a la caída del sistema judío,
es la que anunciará Jesús en su juicio ante el sumo sacerdote y será vista por sus jueces (14,62). Ahora
bien, dado que la caída de las estrellas/poderes no indica un hecho único, sino sucesivo en la historia, tampoco
la segunda llegada será única: cada caída de un poder opresor ”estrellas y potencias” será un triunfo del Hombre, percibido por los
mismos opresores (14,62).
27
“y entonces enviará a los
ángeles y reunirá a sus elegidos de
los cuatro vientos, del confín de
la tierra al confín del
cielo”. Así como la
conmoción cósmica no anuncia
un juicio, tampoco
la llegada del Hijo del hombre presenta rasgo alguno de violencia o
castigo; su objetivo es reunir a sus
elegidos. Enviará a sus ángeles, manera de designar a sus seguidores que han
llegado a la meta (cf. 8,38): la reunión de los
elegidos es la última misión de los seguidores de Jesús; los que le ayudaron a realizar su obra le
ayudan a recoger el fruto (cf. 4,29). Como la llegada del Hijo del hombre, también esta reunión tendrá lugar cada vez que
se verifique “la
caída de las
estrellas”. Sus elegidos
(por oposición a
los de la
antigua alianza, vv.
20.22) son los
que, en la proclamación
del mensaje, “han resistido hasta el
fin” (13,13; d. 10,38s),
la nueva humanidad, procedente
del mundo entero (de los
cuatro vientos, cf. Dt 28,64;
30,4).
La
lección de la higuera (Mc 13,28-32) en los relatos de Mateo y de Marcos son
casi idénticos. Las leves diferencias se pueden considerar cuestión de estilo.
Aunque también el relato de Lucas es notablemente similar, hay dos variaciones
que merecen atención. En lugar de “y de la higuera aprended esta lección”,
Lucas
escribe, “Mirad la higuera y todos los árboles”, como si dijese, “Lo que es
válido respecto a la higuera, es básicamente válido también respecto a todos
los árboles frutales”. Y en lugar de “… sabed entonces que está cerca, a las
puertas mismas”, Lucas escribe, “… sabed que está cerca el reino-o realeza,
dominio-de Dios”. Esto también podría ser una variación de interpretación. Sea
que la tercera persona de “está cerca” se aplique a la caída de Jerusalén (en
el año 70 d.C.) o al regreso de Cristo, se refiere a la repentina y pública
manifestación del gobierno de Dios y, por tanto, marca el fin de una época, el
fin de la era.
En
Palestina los primeros calores del verano provocan la aparición de las ramas
tiernas de la higuera, por lo que éstas son signo de que ya ha comenzado el
verano; son, pues, fenómenos simultáneos. Igualmente son simultáneos la parusía
y sus signos. Siguen tres precisiones complementarias (13,30-32): la primera
(v. 30) asegura que el juicio de la parusía afectará a toda generación incrédula.
«Esta generación», cuando escribe Marcos, no puede referirse a la contemporánea
de Jesús, que para estas fechas ya había desaparecido; se refiere, pues, a la
cualidad de aquella generación, que se distinguió por su incredulidad y el
rechazo de Jesús. La segunda precisión asegura que todo lo anunciado por Jesús
se cumplirá, con toda la certeza que caracteriza a la palabra de Dios. Finalmente
la tercera (v.32) precisa que nadie, ni ángeles ni el mismo Jesús, que aquí se
autodenomina «el Hijo» en sentido absoluto, conoce el día ni la hora, en cuanto
que dato no pertenece a su misión. Sólo la conoce el Padre, protagonista de
toda la Historia de la Salvación. Por ello se impone vigilar.
Bibliografía
Evangelio
de Marcos, Antonio Rodríguez Carmona, 2006
Comentario
al Nuevo Testamento, William Hendriksen, 1998
Marcos,
Juan Mateos- Fernando Camacho, 1994
LA IMPOSICIÓN DE MANOS
miércoles, 4 de noviembre de 2015
La
mano es, juntamente con la “palabra”, uno de los medios más expresivos del
lenguaje del hombre; de por sí, la mano simboliza ordinariamente el poder (Éx
14,31; Sal 19, 2) y hasta el Espíritu de Dios (l Re 18,46; Is 8,11; Ez 1,3;
3,22). Imponer las manos sobre alguien es más que levantarlas en alto, aunque
sea para bendecir (Lev 9,22; Lc 24, 50); es tocar realmente al otro y
comunicarle algo de uno mismo.
AT.
La imposición de manos, signo de bendición, expresa con realismo el carácter de
la bendición, que no es meramente palabra, sino acto. Así Jacob transmite a
toda su posteridad la riqueza de bendición que él mismo ha recibido de sus
antepasados, Abraham e Isaac: "¡Crezcan y multiplíquense sobre la
tierra!" (Gén 48,13-16).
La
imposición de manos, signo de consagración, indica que el Espíritu de Dios pone
aparte a un ser que él se ha escogido, que toma posesión de él, que le da
autoridad y aptitud para ejercer una funci5n. Así se pone aparte a los levitas,
como a una ofrenda sagrada (Núm 8,10); así el Espíritu de sabiduría llena a
Josué (Dt 34,9), disponiéndolo a desempeñar el cargo de jefe del pueblo con
plenos poderes (Núm 27,15-23).
La
imposición de manos, símbolo de identificación, establece una unión entre el
que ofrece una víctima en sacrificio y la víctima misma: ésta es consagrada a
Dios, encargada de tomar sobre sí los sentimientos del oferente, acción de
gracias, pesar del pecado o adoración; así en los sacrificios de expiación Lev
1,4), de comunión (3,2), por el pecado (4,4), o también en la consagración de
los levitas (Núm 8,16). En el rito del macho cabrío emisario el día de la
*expiación, hay todavía identificación con el animal, pero no hay consagración.
Por la imposición de las manos comunica Israel al animal sus pecados; éste,
ahora impuro, no puede ser ofrecido a Yahveh en sacrificio y es expulsado al
desierto (Lev 16,21s).
NT. 1. En la vida de Jesús.
En signo de bendición impuso Jesús las manos a los *niños Pequeños (Mc 10,.
16), confiriéndoles la *bienaventuranza que anunciaba a los *pobres (Mt 5,3),
obteniendo de su Padre los frutos de su propia "oración" (Mt 19, 13).
La imposición de las manos es también signo de liberación. En efecto, por este
gesto cura Jesús a los *enfermos: "Mujer, ya estás limpia de tu enfermedad",
dijo a la mujer encorvada, luego le impuso las manos, y ella se enderezó en el
mismo instante (Lc 13,13). Igual gesto para la curación del ciego de Betsaida
(Mc 8,23ss), o para cada uno de los numerosos enfermos que acudían a la puesta
del sol (Lc 4,40).
2. En la vida de la Iglesia.
Según la promesa del resucitado, los discípulos "impondrán las manos a los
enfermos y éstos quedarán curados" (Mc 16,18). Así Ananías devuelve con
este gesto la vista a Saulo convertido (Hch 9,12), y Pablo a su vez restituye
la salud al gobernador de Malta (28,8). Juntamente con este signo de
liberación, la imposición de las manos se practica ya en la Iglesia naciente
como signo de consagración. Por ella se transmiten los dones divinos y
principalmente el don del *Espíritu Santo. Así Pedro y Juan confirmaron a los
samaritanos que no lo habían recibido todavía (Hch 8,17); Pablo hizo lo mismo a
las gentes de Éfeso (19,6). Simón Mago había quedado tan asombrado ante el
poder de este gesto que había querido comprar aquel poder con dinero (8,18s).
Así pues, este gesto aparece como un signo visible portador de una potente
realidad divina.
Finalmente,
por este mismo gesto transmite la Iglesia un poder espiritual adaptado a una
*misión precisa, ordenada a determinadas funciones: tal sucede en la institución
de los siete (6,6) consagrados por los apóstoles, o en el envío de Pablo y de
Bernabé (13,3). Pablo a su vez impone las manos a Timoteo (2Tim 1,6s; cf. I Tim
4,14), y Timoteo repetirá este gesto sobre los que escoja para el ministerio (l
Tim 5,22). Así la Iglesia continúa imponiendo las manos en sentidos precisados
cada vez por una fórmula; y este gesto es portador de los dones del Espíritu.
LO QUE VALE MÁS ES LO DEL POBRE
El
texto Mc 12,41-44 es una de las pocas piezas del material de los Evangelios que
aparece solamente en Marcos y Lucas .El relato de Lucas da la impresión de ser
un breve resumen de Marcos, y no mucho más.
El
texto se inicia con Jesús sentado frente
al “arca del tesoro” (γαζοφυλακίουv gr gazofulákíoun) mirando como las personas
echaban las monedas, muchos ricos echaban mucho. Pero llegó una viuda “pobre”
(πτωχὴ gr. ptoché. También denota mendigo, pordiosero) que echó “dos lepta”
(δύο λεπτὰ) o sea un cuadrante. Jesús estaba sentado cerca de la entrada atrio
de las mujeres donde se encontraban alrededor del atrio había una columnata simple, y dentro de
ella, contra la pared, estaban los trece cepillos o «trompetas» donde se
depositaban las contribuciones caritativas. Estos trece cepillos eran estrechos en la boca y
anchos abajo, con una forma como de trompeta, de donde les viene su nombre. Nueve
de ellos eran para recibir lo que era legalmente debido por los adoradores, y los otros cuatro eran para
dones estrictamente voluntarios. El
objeto específico de cada uno
estaba cuidadosamente inscrito sobre los mismos. La trompeta
1 y 2 servían para la recaudación del tributo de medio siclo para el año
corriente y el anterior. En la trompeta 3, aquella mujeres
que tenían que traer tórtola
para una ofrenda para holocausto y para ofrenda por el pecado echaban su
equivalente en dinero, el cual e acaba cada día, sacrificándose una cantidad
correspondiente de tórtolas. Esto no
sólo ahorraba el trabajo de tantos sacrificios individuales sino que guardaba el anonimato de aquellas
que no quisieran dar a conocer públicamente la ocasión o la circunstancias de
su ofrenda. Fue en esta trompeta que María la madre de Jesús debe haber echado el dinero que valía su
ofrenda (Lc 2,22, 24) cuando el anciano Sin1eón tomó al Salvador recién nacido «en brazos, y bendijo a Dios». La trompeta 4 recibía
similarmente el valor de las
ofrendas de jóvenes pichones. En la
trompeta 5 se recogían contribuciones para la leña empleada en el templo; en la trompeta 6 para el
incienso, y en la trompeta 7 se depositaban
dones para los vasos de oro para el ministerio. De manera similar, la trompetas 9, 10, 11, 12 y 13 estaban
destinadas a lo que quedaba de las ofrendas
por la culpa, ofrendas de aves , las ofrenda de
lo nazareo ,de los leprosos
purificados y para la ofrendas voluntarias. Pero había
también una cámara del tesoro especial a
la que en cierta ocasiones llevaban
el contenido de los trece cepillos ; y, además, lo que recibía el nombre de «una
cámara de los silenciosos», donde devotas personas depositaban dinero secretamente que después se empleaba de
manera reservada para la educación ele los hijos de los pobres piadosos. Es probable que fuera en
irónica alusión a la forma y nombre de
esto cepillos para las ofrendas que el
Señor, empleando la palabra «trompeta»,
describe la conducta de aquellos
que, en
su acción de dar limosna, buscaban gloria de parte de
lo hombre, como «sonando
trompeta» delante de ellos (Mt 6,2).
Valor de las dos monedas:
Dos leptas son moneditas de cobre que valían un
cuadrante que es 1/64 de un denario. Un denario era el salario diario de un
obrero que trabajaba de sol a sol. Eran un poco menos de 11 horas de trabajo
sin contar la pausa para la comida. En una aproximación podemos considerar el
valor de dos leptas a diez minutos de trabajo. En el mundo hebreo no es forzado
llegar a esta conclusión: el valor, de
10 minutos de trabajo puede tener un sentido simbólico que propone
la mística cabalística. La viuda echó la tabla de la ley, los diez mandamientos, porque la
Torah, que tenía que ser la vida de los
débiles se transformó en muerte. Si profundizamos la simbología hebrea llegamos
a la siguiente conclusión: el número 10 es la relación del 1 con el 0, del 1
divino (la unidad en Dios) con el 0 como totalidad humana de la Torah.
Lo que vale más es lo del pobre:
Jesús llama a sus discípulos y les dice: “Esa
viuda, que es pobre, ha echado en la caja más que nadie, se lo aseguro. Porque todos han echado de lo que les sobra,
mientras que ella ha echado de lo que le hace falta, todo lo que tenía para
vivir”. Jesús convoca a
los discípulos, que no habían comprendido su exigencia de dejar la riqueza (10,23-26).
Les enseña a interpretar los hechos:
compara el comportamiento de los ricos y el de la viuda pobre. Enuncia una
paradoja: lo que es menos vale más, lo poco del pobre vale más que lo mucho del
rico. La viuda representa al
Israel fiel a Dios.
Los discípulos, en cambio, estiman más la gloria que la
entrega. Cuando se trató el tema de la riqueza, ellos se extrañaron de la
exigencia de Jesús al rico y se preguntaban: «Entonces, ¿quién
puede subsistir?» (10,26);
la respuesta que
les dio Jesús: “Con Dios todo es posible” (10,27),
es la que se hace patente en el comportamiento de la viuda, que da
todo lo
que tenía para
vivir. Esta confianza
equivale a la
del discípulo (10,21:
«tendrás en Dios tu
tesoro»). En ella, no en el esplendor, está la verdadera gloria de
Israel.
¿HAY DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLÓGICOS QUE APOYAN LA BIBLIA?
sábado, 31 de octubre de 2015
La revista Biblical Archaeology Review afirmó que la
existencia de al menos 50 personas mencionadas en el Antiguo Testamento puede
confirmarse gracias a descubrimientos arqueológicos. En esta lista figuran 14
reyes de Israel y Judá, entre ellos algunos famosos, como David y Ezequías, y
otros menos conocidos, como Menahem y Péqah. La lista también incluye 5
faraones y 19 reyes de Asiria, Babilonia, Moab, Persia y Siria. Además, en el
artículo se menciona un escriba, un par de sumos sacerdotes y otros
funcionarios.
El artículo explica que un gran número de eruditos han
confirmado la identidad de estas 50 personas. Por supuesto, hay otras pruebas
arqueológicas que corroboran la existencia de muchos personajes del Nuevo
Testamento, como Herodes, Poncio Pilato, Tiberio, Caifás y Sergio Paulo.
EL REGALO DE UNA SONRISA
miércoles, 28 de octubre de 2015
Desde
el punto de vista fisiológico, una sonrisa es la expresión facial consecuente
de activar los 17 músculos existentes cerca de los extremos de la boca y
alrededor de los ojos, reflejando placer o entretenimiento. No es una reacción
que se aprenda sino que se nace con ella: los niños que nacen ciegos sonríen
desde un principio.
Un signo de madurez
La
madurez tiene mucho que ver con la sonrisa, con la risa y con el sentido del
humor, que es la capacidad que poseemos los seres humanos para relativizar lo
que debe ser relativizado. Reírse significa dejar de girar alrededor de sí
mismo para girar en otra órbita, la de la realidad. La madurez que la sonrisa
expresa y alimenta, comprende el aprender a disfrutar con lo pequeño, lo
cotidiano y lo normal, descubriendo su cara amable. Y también el no sacar de
quicio los problemas, sabiendo ver lo que sucede en su verdadera dimensión,
dándole importancia a lo que realmente la merece.
Así
podemos llegar a estructurar la sonrisa como expresión de la propia madurez y
ésta, a su vez, actuará como gestora de la sonrisa, pero de la
"verdadera", de esa que implica la alegría y la paz del que ríe
también con sus ojos. Hacer reír es como abrir una ventana que permite respirar
al alma y descargarla de tensiones. La risa es, por tanto, una buena terapia
para preservar nuestra salud mental y nuestro equilibrio personal.
Una
sonrisa cálida y verdadera nos da a entender intuitivamente que nuestro
interlocutor se encuentra, en ese preciso instante, en un estado de armonía
entre lo que piensa y lo que encuentra, entre lo que percibe y lo que siente.
El cerebro humano tiene una capacidad innata para alcanzar el estado de
bienestar emocional y su símbolo más universal es la sonrisa. Cuesta poco y
vale mucho. Si nos hacemos estas sencillas preguntas nos será más fácil regalar
sonrisas:
¿Cuánto
cuesta una sonrisa? - Nada.
¿Cuánto
beneficio nos puede dar? - Mucho.
¿Qué
tiempo dura? - Un instante.
¿Y
cuánto perdura en la memoria? - A veces, toda la vida.
¿Quién
es tan rico que no la necesite? - Nadie.
¿Quién
es tan pobre que no pueda regalarla? - Nadie.
¿Se
empobrece el que la da? - Al contrario, se enriquece.
¿Se
puede comprar, vender o robar? - Sólo se puede ofrecer gratuitamente.
¿Y
quién es el que está más necesitado de una sonrisa? - Aquél que no tiene
ninguna para dar.
Sonríe
siempre, para no dar a los que no te quieren el placer de verte triste y para
dar a los que te aman la certeza de que eres feliz.
TU VERDADERA IDENTIDAD ES SER HIJO DE DIOS
La
reflexión sobre el Evangelio de Mt 5,1-12 que quiero compartir es de GIORGIO
ZEVINI y PIER GIORDANO CABRA en su libro “Lectio divina para cada día del año”,
la comparto porque me parece muy pertinente y nos hace reflexionar sobre el
plan de Dios en nuestras vidas y nuestra verdadera identidad. “El evangelio
según Mateo puede ser estructurado en torno a cinco grandes discursos que
acompasan el discurrir de los capítulos. El primer gran discurso, que tiene su
comienzo en este fragmento, amplifica y despliega el anuncio profético
originario de Jesús: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca»
(Mt 4,17; cf. 3,2; 10,7). Es como una gran incrustación en la que temas y
palabras se reclaman formando un cuadro global de gran efecto.
En
nuestro fragmento (Mt 5,1-12) se puede subrayar, en primer lugar, la fórmula de
las bienaventuranzas: todas están construidas siguiendo un modelo semejante. Se
parte de la proclamación de la bienaventuranza, que se dirige siempre a
categorías «débiles» en la historia, para anunciar que esta debilidad está
puesta en las manos de Dios (éste es el sentido de la forma pasiva y del tiempo
futuro de los verbos). En todas ellas, en efecto, la promesa contenida en la
segunda parte corresponde a la expectativa de la primera. A los que lloran les
corresponde el consuelo de Dios (v. 4); a los humildes, Dios les entregará la
tierra (v. 5); a quienes tienen hambre y sed de hacer la voluntad de Dios (de
justicia, según otras traducciones), Dios los saciará; con los que tienen un
corazón misericordioso, Dios se mostrará misericordioso (v. 7); se mostrará
plenamente transparente a los que tienen limpio el corazón (v. 8); tomará como
hijos e hijas a quienes construyen la paz (v. 9).
De
este esquema general se apartan, en cierto modo, la primera y la octava
bienaventuranzas, que forman una gran inclusión, puesto que ambas prometen a
«los pobres en el espíritu» (v. 3) y a «los perseguidos por hacer la voluntad
de Dios» (la justicia, según otras traducciones) (v. 10) el Reino de los
Cielos. Estas dos bienaventuranzas adquieren así una densidad especial, mientras
que la última aplica este anuncio evangélico a la situación de persecución por
la que pasa la comunidad cristiana. El «Reino de los Cielos» se convierte de
este modo en el código que permite comprender las bienaventuranzas y, además,
todo el Evangelio.
Finalmente,
podemos subrayar el hecho de que haya una última expresión ligada al Reino de
los Cielos: se trata de la expresión «voluntad de Dios» («justicia», según
otras traducciones) (5,10; cf. 6,33). Su sentido no corresponde a ninguna
actitud legalista, que, en 5,20, está incluso condenada expresamente. Voluntad
de Dios o justicia remiten, aquí y en otros lugares, al designio del Padre
sobre la historia y a la transformación que Dios mismo provoca en la misma; de
ahí que la exhortación final de esta primera parte del evangelio, a primera
vista excesiva, sea en realidad anuncio de la verdad del cristiano como hijo de
Dios: «Vosotros sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto» (v.
48).
Actualidad
También
nosotros hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. Y lo que produce en
nosotros la imagen divina no es otra cosa que la santificación, esto es, la
participación en el Hijo en el Espíritu. Así que, después de que la naturaleza
humana se hubiera encaminado a la perversión y se hubiera corrompido la belleza
de la imagen, fuimos restaurados en el estado original, porque mediante el Espíritu
ha sido reformada la imagen del Creador, es decir, del Hijo, a través del cual
viene todo del Padre.
Tu
verdadera identidad es ser hijo de Dios. Esa es la identidad que debes aceptar.
Una vez que la hayas reivindicado y te hayas instalado en ella, puedes vivir en
un mundo que te proporciona mucha alegría y, también, mucho dolor. Puedes
recibir tanto la alabanza como el vituperio que te lleguen como ocasiones para
fortalecer tu identidad fundamental, porque la identidad que te hace libre está
anclada más allá de toda alabanza y de todo vituperio humano. Tú perteneces a
Dios y, como hijo de
Dios, has sido enviado al mundo. Dios, has sido enviado al mundo
EL CIEGO BARTIMEO REPRESENTA A TODOS LOS HOMBRES Y MUJERES QUE SE HAN QUEDADO EN EL CAMINO CON SUS CEGUERAS ESPIRITUALES
lunes, 19 de octubre de 2015
El
texto de la sanación de Bartimeo Mc 10,46-52 tiene sus paralelos en Mt 20,29-34
y Lc 18-35-43. En Mateo se habla de dos ciegos, en tanto que Marcos y Lucas
hacen mención de uno, a quien Marcos llama Bartimeo. Además, según Mateo y
Marcos el milagro ocurrió al salir Jesús y sus discípulos de Jericó; pero según
Lucas, al acercarse a Jericó.
Marcos
es el más explícito y vivaz. Es el único que nos dice que el ciego se llamaba
Bartimeo. El relato es muy detallado en los versículos 49, 50: Jesús se dirige
primero a la multitud, detalle que está totalmente excluido del relato de
Mateo, y que en el de Lucas sólo se insinúa. Marcos, no obstante, se detiene en
él, describiendo exactamente lo que Jesús le dijo a la gente, y lo que ellos a
su vez le dijeron a Bartimeo, y la forma tan agitada en que se acercó a Jesús.
Entrando
en detalle en el texto, el ciego que se llamaba Bartimeo estaba acostado al
lado del camino, al oir que Jesus pasaba se puso a “gritar” (κράζειν gr.
krázein del vero krázo) y le dijo: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de
mí!». Sin embargo muchos lo “reprendían” (ἐπετίμων gr. epetímon. Verbo
indicativo imperfecto activo 3ra persona plural) para que se callase, sin
embargo el ciego gritaba más fuerte.
Jesús
se detuvo y dijo que lo llamaran, los que antes lo reprendían ahora le daban “ánimo”
(Θάρσει gr. Thársei. Tener confianza) y
le decían que Jesús lo llamaba. El ciego dejó su manto (La gran cantidad de
referencias que hace Marcos a los mantos 2,21; 5,25-30; 6,56; 9,3; 11,7-8;
13,16; 15,20.24 sugiere que Bartimeo estaba dejando tras sí el “viejo orden”),
se puso de pie acercándose a Jesús que le dice: «¿Qué quieres que te haga?» El
ciego le responde. Maestro que recobre
la vista “ῥαββουνι, ἵνα ἀναβλέψω” (La palabra Rabunni era una forma
aramea de un título casi exclusivamente aplicado al presidente del sanedrín, si
el tal era descendiente de Hillel. Es aún más respetuoso que rabí, y
significaba «mi gran señor»).
A
la petición del ciego Jesús que se valla que su “fe” (πίστις gr. pístis. También
confianza y convicción) lo había “salvado” (σέσωκέ gr. sésoké). El ciego
recobró la vista y le seguía en el camino.
Actualización
El
Ciego Bartimeo representa a todos los hombres y mujeres que se han quedado en
el camino con sus cegueras espirituales, sin embargo también es ejemplo de
hombre de fe porque su fe lo salvó. Aun cuando muchos nos traten de poner obstáculos
en el camino, siempre es Jesús que se detiene y nos llama.
La
Iglesia nunca estará exenta de personas que sean obstáculos para otras, no debe
asombrarnos los escándalos ya que este pasaje nos lo profetiza. La fe en Jesús hay que proclamarla a los
cuatro vientos. Muchas veces decimos que estamos del lado del Señor pero vamos
en otra dirección.
Ya
es hora de dejar el “manto” que nos tenia atado al pasado que nos producía inmovilidad,
este es un mal que seguimos teniendo en nuestra Iglesia, decimos que vamos por
buen camino pero los resultados en el mundo es otro. Parece que no estamos
haciendo lo suficiente por hacer un mundo lleno de amor.
En
el mes de Octubre en nuestro país es el mes de la “Biblia”, con suma tristeza
tengo que decir que he visto poca consideración a la Palabra de Dios en
nuestras parroquias. Es increíble el irrespeto que se tiene, incluso con la
anuencia de los sacerdotes, por ejemplo se leen las lecturas de la Misa desde
el Ambón en “hojas” y no desde el Leccionario, no se llevan a cabo planes de Animación
Bíblica para todas las pastorales. Parece que lo que importa es el “hacer” y no
el “ser”.
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