En 1995 la prensa narró este acontecimiento: “Un aviador sorteó con habilidad nubes tempestuosas y huracanes, pero en plena altura chocó contra la hélice un gallinazo y la avioneta se vino abajo.
Y esta noticia de aviación se repite mucho en la vida de muchas almas e incluso en la nuestra. Vamos subiendo ardorosamente en santidad, y cuando menos piensan se atraviesa en su camino un “gallinazo” o una “gallinaza” y la nave del alma se viene abajo. ¡Que nos libre Dios de tan trágico peligro! Y que nosotros hagamos también lo posible por evitarlo.
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