Estudiando un poco acerca de la historia de la liturgia, me conseguí con un pequeño escrito de Orígenes en su Homilía sobre Jeremías. Me vino a la mente luego de haberla leído la situación de nuestras Iglesias, muchos sacerdotes consideran que el trabajo está hecho cuando la Iglesia está abarrotada de personas, se fían más por la cantidad que por la calidad de creyentes, en ese momento es cuando el trabajo empieza.
“Verdaderamente si juzgamos, las cosas según la realidad y no según el numero, según las disposiciones profundas y no según la cantidad de personas reunidas, veremos que ahora ya no somos creyentes. En otro tiempo sí que había verdaderos creyentes, en el tiempo de los mártires generosos, cuando los catecúmenos eran catequizados en medio de los mártires y de la muerte de los cristianos que confesaban la fe hasta el final y estos catecúmenos, superando estas pruebas, se vinculan sin miedo al Dios vivo. Es entonces cuando los creyentes eran pocos en números, sin duda, pero verdaderamente creyentes, avanzado por la vía estrecha y áspera que lleva a la vida” .
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