46 Les vino a ellos este pensamiento; quién sería entre ellos el mayor. 47 Conociendo Jesús los pensamientos de su corazón, tomó un niño, lo puso junto a sí, 48 y les dijo; El que recibiere a este niño en mi nombre, a mí me recibe, y el que me recibe a mí, recibe al que me envió; y el menor entre todos vosotros, ése será el más grande.
Por Marcos se sabe que esta escena tiene lugar en Cafarnaúm. Entre los apóstoles, aún humanos, surgían de vez en vez rivalidades sobre quién sería el “mayor” de ellos en el Reino. Lucas es el que hace el relato más sintético. Sobre todo le da una adaptación “moral,” aunque fundamentalmente dentro del sentido histórico. Acaso Lucas apunte también — Reino = Iglesia — a posibles realidades eclesiales
La respuesta de Cristo es doble; una es la sentencia, y otra es la lección con una “parábola en acción.” Hay que recibir el Reino, máxime sus puestos, como se recibe a un niño. Valorado en el medio ambiente, no es propiamente la inocencia lo que se destaca, sino el que el niño no era casi considerado. Por eso, lo sin valor hecho por Cristo cobra valor.
Con el extremismo hiperbólico se acusa que el “menor” por apetencias será el “mayor” en el Reino. El tema de “enviado” es característico de Juan.
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