El texto de Juan (10,11-18) lo comprendemos en su totalidad si
leemos desde el capitulo 9 donde se narra la curación del ciego y en 9,41 donde
se encontraban los fariseos.
El género literario del “Buen Pastor” es una parábola y alegoría,
no es ninguno de estos dos géneros en
exclusividad.
El texto se inicia con las palabras de Jesús: “Yo soy el buen
pastor” (Jn 10,11). (ἐγώ εἰμι ὁ ποιμὴν gr. egó eimi ho poimen). La palabra
“Pastor=poimen” aparece 7 veces en el NT, en Mt 25,32 y en Juan 10,2.11x2.12.14.16. La imagen que
utiliza Jesús en este relato respira la común atmosfera del antiguo Oriente. En
todos los pueblos orientales se usaba la imagen del pastor para designar a las
divinidades y a los reyes, como soberanos y guardianes de su pueblo presentado
bajo la imagen del rebaño (Sal 23,1; Is 40,11; Jer 23,1-6; Ez 34,11-31; Eze 37,24).
El buen pastor da la vida por sus ovejas, David siendo pastor
expuso su vida para luchar contra Goliat perteneciente al ejército filisteo que
estaba preparado para la guerra.
“Pero el asalariado,
que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona
las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es
asalariado y no le importan nada las ovejas”(Jn 10,12-13). Sólo aquí en Juan se habla del asalariado “ὁ μισθωτὸς gr. ho
misthotos”. El asalariado no es necesariamente el ladrón y salteador de los
versículos 1 y 8. Puede que se trate de un pastor nominal del rebaño, que sirva
sólo por dinero, pecado acerca del que Pedro advirtió a los pastores del rebaño
“Apacentad la grey de Dios que os está encomendada, vigilando, no forzados,
sino voluntariamente, según Dios; no por mezquino afán de ganancia, sino de
corazón” (1 P 5,2).
Jesús dice que él tiene “otras
ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y
escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor”. Es evidente que
“su rebaño” no se encuentra limitado a los que están en el redil judío, sea en
Palestina o en cualquier otra parte. El horizonte de Cristo incluye a personas
de todas las razas y de todos los lugares (Jn 11,52; 12,32). La misión mundial
de Cristo para todas las naciones no es una nueva idea para Él “Y os digo que vendrán muchos de oriente y
occidente y se pondrán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los
Cielos” (Mt 8,11). La misión de Jesús estaba destinada a todas las personas
del mundo según nos comenta Jn 3,16-17 vino no a juzgar sino para salvación de
todos “Porque tanto amó Dios al mundo que
dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga
vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo,
sino para que el mundo se salve por él”.
La idea de Jesús es tener un solo rebaño, en el mundo no hay
unidad entre los cristianos porque no se han dejado conducir “ἀγαγεῖν gr.
agagein” por el verdadero Pastor, existe mucho egoísmo, intereses, falta de
amor por parte de algunos jerarcas de diversas denominaciones para que existe
la unidad. Muchas denominaciones se han hecho propietarios de las palabra de Jesús
cuando dice que tiene otras ovejas que son de otro redil, muchos
equivocadamente afirman que Jesús se refirió a nueva iglesia, sin embargo esta
idea no es correcta, ni habló en ese momento de Iglesia, ni se refería a otros
israelitas, sino a todos los habitantes de este mundo, las palabras de Jesús
estaban dirigidas a los fariseos que se encontraban con él y que debieron ser
un dardo que les removió lo más vil de ellos ya que estaban muy pendientes
buscando el momento preciso para arrestarlo y matarlo.
“Por eso me ama el
Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita; yo la
doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo;
esa es la orden que he recibido de mi Padre”. (Jn 10,17-18). Jesús “da” (τίθημι gr. tithemi) su vida, en el
diccionario de Strong la palabra significa “forma prolongada de un primario θέω
dséo, (que se usa solo como alternado en ciertos tiempos); colocar (en la
aplicación más amplia, literalmente y figurativamente; propiamente en una
postura pasivamente u horizontal, significa encargar, guardar, meter, acordar,
colocar, constituir, dar, destinar, penetrar bien, poner, proponerse, servir”.
En Semana Santa escuche decir a muchas personas reflexionando sobre la muerte
de Jesús que a él lo habian matado las autoridades religiosas, otros decían que
Poncio Pilato, otros que el pueblo, otros que Judas Iscariote, sin embargo la
respuesta a estas controversias la encontramos en estos dos versículos 17.18
donde el mismo Jesús dice que él da su vida voluntariamente y que nadie se la
quita, a Jesús lo mató el amor que le tiene al ser humano, un amor
incondicional capaz de dar la vida por el otro “Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su
hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en
el mundo, los amó hasta el extremo” (Jn 13,1).
Actualización
San Juan muestra ahora cómo los hombres podemos llegar a
la salvación por la fe en Cristo y por medio de su gracia. Jesús es la puerta
por la que se entra en la Vida Eterna, el Buen Pastor que nos conduce y ha dado
su vida por nosotros. Con las imágenes del pastor, las ovejas y el redil, se
evoca un tema preferido de la predicación profética en el Antiguo Testamento:
el pueblo elegido es el rebaño y el Señor su pastor (Cfr Sal 23). Los profetas,
especialmente Jeremías y Ezequiel, ante la infidelidad de los reyes y
sacerdotes, a quienes también se aplicaba este nombre, prometen unos nuevos
pastores. Más aún: Ezequiel señala que Dios iba a suscitar un Pastor único,
descendiente de David, que iba a apacentar a sus ovejas, de modo que estuvieran
seguras (Ez 34). Jesús se presenta como ese Buen Pastor que cuida de sus
ovejas. Se cumplen, por tanto, en Él las antiguas profecías. El arte cristiano
se inspiró muy pronto en esta figura entrañable del Buen Pastor y dejó así
representado el amor de Cristo por cada uno de nosotros.
Cristo se aplica
la imagen de la Puerta por la que se entra en el aprisco de las ovejas que es
la Iglesia (v. 7): «La Iglesia, en efecto, es el redil cuya puerta única y
necesaria es Cristo. Es también el rebaño cuyo pastor será el mismo Dios, como
Él mismo anunció. Aunque son pastores humanos quienes gobiernan a las ovejas,
sin embargo es Cristo mismo el que sin cesar las guía y alimenta; Él, el Buen
Pastor y Cabeza de los pastores, que dio su vida por las ovejas» (C. Vat. II,
Lum. gent. 6).
Como aparece a
menudo a lo largo del evangelio, hay aquí una referencia explícita a la
eficacia redentora del sacrificio de Cristo (cfr vv. 15-17). Jesús da su vida
incluso por las ovejas que no son del redil de Israel. Su misión es universal
pues convoca a todos los hijos de Dios en la unidad de la Iglesia (v. 16).
0 comentarios:
Publicar un comentario
Deja tus comentarios