LOS GIGANTES EN LA BIBLIA Y EL LIBRO DE HENOC

viernes, 10 de abril de 2015

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El Libro apócrifo de Henoc que fue escrito entre el siglo III a.C y el III d.C nos habla del capítulo 6 del Génesis sobre el pecado de los hombres.  El libro ha tenido cierto influjo en los escritores cristianos de los primeros años.    La epístola de Bernabé  (16,4  =  89,56)  y  Tertuliano  (De  cultu  femin.  1,2,1;  2,10 =  8, 1-3)  citan a 1 Hen expresamente como «Escritura». Es el origen del mal con  la  historia  de  los  ángeles  caídos,  junto  con  la  procedencia  de  los demonios,  lo  que  parece  interesar más  a estos  escritores. Resonancias  y citas expresas  de  los  caps.  6-9  encontramos  en Justino  (2 Apol.  5);  Taciano  (Or.  adv.  Graecos,  8.20);  Atenágoras  (Leg.  24s);  Ireneo  (Adv. Raer.  1,15,16; 4,36,4);  Tertuliano  (De idol.  9); Clemente de Alejandría (Strom.  3,9;  5,1);  Comodiano  (lnstructiones,  Migne  PL  5,203-204); Cipriano  de  Cartago  (De  hab.  virgo  14). 
Los capítulos del 6 al 36 fueron escritos antes del 160 a.C, es interesante ver lo que dice el libro acerca del pecado de los hombres antes de la destrucción de la tierra con el diluvio.
La Biblia de Jerusalén 1976 nos narra el capitulo 6,1-7
Gén 6,1  Cuando la humanidad comenzó a multiplicarse sobre la haz de la tierra y les nacieron hijas,
Gén 6,2  vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres les venían bien, y tomaron por mujeres a las que preferían de entre todas ellas.
Gén 6,3  Entonces dijo Yahveh, «No permanecerá para siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne; que sus días sean 120 años.»
Gén 6,4  Los nefilim existían en la tierra por aquel entonces (y también después), cuando los hijos de Dios se unían a las hijas de los hombres y ellas les daban hijos, estos fueron los héroes de la antigüedad, hombres famosos.
Gén 6,5  Viendo Yahveh que la maldad del hombre cundía en la tierra, y que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puro mal de continuo,
Gén 6,6  le pesó a Yahveh de haber hecho al hombre en la tierra, y se indignó en su corazón.
Gén 6,7  Y dijo Yahveh, «Voy a exterminar de sobre la haz del suelo al hombre que he creado, - desde el hombre hasta los ganados, las sierpes, y hasta las aves del cielo - porque me pesa haberlos hecho.»

Los nefilim son los “caídos o gigantes”, ahora bien solo aquí se habla de nefilim, mientras que 5 veces se hace alusión en el AT a los “gigantes” y aparecen en:

Núm 13,33  Hemos visto también gigantes, hijos de Anaq, de la raza de los gigantes. Nosotros nos teníamos ante ellos como saltamontes, y eso mismo les parecíamos a ellos.»
Jdt 16,6  Que no fue derribado su caudillo por jóvenes guerreros, ni le hirieron hijos de Titanes, ni altivos gigantes le vencieron; le subyugó Judit, hija de Merarí, con sólo la hermosura de su rostro.
Sab 14,6  También al principio, mientras los soberbios gigantes perecían, se refugió en una barquichuela la esperanza del mundo, y, guiada por tu mano, dejó al mundo semilla de una nueva generación.
Sir 16,7  No perdonó él a los antiguos gigantes que se rebelaron fiados de su fuerza.
Bar 3,26  Allí nacieron los famosos gigantes antiguos, de alta estatura y expertos en la guerra.

Ahora entremos en detalles en lo que dice el Libro etíope de Henoc al respecto:
En aquellos días,  cuando se multiplicaron  los hijos  de  los hombres,  sucedió  que  les  nacieron  hijas  bellas  y  hermosas.  Las  vieron  los ángeles,  los hijos  de los  cielos,  las  desearon  y  se dijeron:
-Ea, escojámonos  de entre  los  humanos  y  engendremos  hijos.
Y  tomaron mujeres;  cada  uno se  escogió  la  suya  y  comenzaron  a convivir  y a  unirse  con  ellas,  enseñándoles  ensalmos  y  conjuros  y adiestrándolas  en  recoger  raíces  y plantas.  Quedaron  encinta  y  engendraron  enormes  gigantes  de  tres mil  codos  de  talla  cada uno. Consumían  todo  el  producto  de  los hombres,  hasta  que  fue  imposible a  éstos  alimentarlos.  Entonces  los gigantes  se  volvieron  contra  ellos  y se  comían  a  los  hombres. Comenzaron a pecar  con aves,  bestias,  reptiles  y  peces,  consumiendo  su  propia  carne  y  bebiendo  su  sangre. Entonces  la  tierra  se  quej6  de  los inicuos. Azazel  enseño  a  los hombres  a fabricar  espadas,  cuchillos,  escudos, petos,  los  metales  y  sus  técnicas, brazaletes  y  adornos;  cómo  alcoholar  los  ojos  y  embellecer  las  cejas, y  de  entre  las  piedras,  las  que  son preciosas  y  selectas,  todos  los  colorantes  y  la metalurgia.  Hubo gran impiedad y mucha fornicación, erraron,  y  se  corrompieron  sus  costumbres.  Amezarak  adiestró  a  los  encantadores  y a  los  que  arrancan raíces;  Armaros,  cómo  anular  los encantamientos;  Baraquiel,  a  los  astrólogos;  Kokabiel,  los  signos;  Tamiel  enseñó  astrología;  Asradel,  el ciclo  lunar.  Pero  los  hombres  clamaron  en  su  ruina  y  llegó   su  voz al  cielo.

Entonces miraron Miguel, Uriel, Rafael y Gabriel desde  el cielo, y  vieron  la  mucha  sangre  que  se  derramaba  sobre  la  tierra,  y  toda  la iniquidad  que  sobre  ella  se  cometía.  Y  se  dijeron:
-Clame la  tierra desolada con el sonido de sus  ayes  hasta  las  puertas  del  cielo. A  vosotros,  pues,  santos  del  cielo,  se  quejan  ahora  las almas  de  los  hombres  diciendo  así:  «Llevad al Altísimo  nuestro  pleito». y  dijeron  al Señor de  reyes:
-Tú eres  Señor  de  señores,  Dios  de  dioses,  Rey  de  reyes.  Tu trono  glorioso  permanece  por  todas  las  generaciones  del  universo;  tú has  creado  todo y en  ti está el omnímodo poder;  todo ante  ti está  abierto  y  explícito;  tú  lo  ves  todo  y  nada  hay  que  pueda  ocultársete.  Tú has  visto lo  que ha hecho Azazel  al enseñar  toda clase de  iniquidad por la  tierra y difundir  los misterios eternos  que se realizaban en los  cielos; Semyaza,  a  quien  tú has  dado  poder para  regir  a  los  que  están  junto con  él,  ha enseñado  conjuros. 8 Han  ido a  las hijas  de  los hombres,  yaciendo  con  ellas:  con  esas  mujeres  han  cometido  impureza  y  les  han revelado  estos  pecados.  Las  mujeres  han  parido  gigantes,  por  lo  que toda  la  tierra  está  llena  de  sangre  e  iniquidad.  Ahora,  pues,  claman las  almas de los que han muerto, se quejan hasta las mismas puertas del cielo,  y  su clamor ha ascendido y  no puede cesar ante  la iniquidad que se comete sobre la  tierra.  Tú sabes  todo antes de  que suceda;  tú sabes estas  cosas  y  las  permites  sin  decirnos  nada:  ¿qué  debemos hacer  con ellos  a  causa  de  esto?
Entonces el Altísimo, Grande y Santo, dio una orden y  envió a  Arsyalalyur  al  hijo  de Lamec,  con  estas  palabras: Dile en  mi  nombre:  «Ocúltate».  y  revélale  el  final  que  va  a llegar, pues va a  perecer  toda la tierra, y el agua del diluvio ha de venir sobre  toda  ella,  y  perecerá  cuanto  en ella  haya.  Instrúyele,  pues,  que escape  y  quede  su  semilla para  toda  la  tierra.

Muchas dudas han surgido frente al relato del Gen 6,1-7 sin embargo unas de las tantas explicaciones es lo que dice en el libro de Henoc.

El análisis crítico de la historia de este capítulo enfoca los comportamientos negativos por lo que se ha hecho presente el mal en el mundo.



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