Luego
de la aparición de Jesús a María Magdalena, el primer día de la semana “vino” (ἦλθεν
gr. elthen) Jesús a los discípulos en “medio” (μέσον gr. mesón) de ellos y les
dijo, “La paz a ustedes”. (εἰρήνη ὑμῖν gr. eiréne humin). Las primeras palabras de Jesús fueron
con el saludo de la “paz”. En hebreo significa “Shalom” es muy rica de contenido significa, por
supuesto, ausencia de guerra y vida tranquila
pero significa también bendición, gloria, riqueza, descanso, bienestar,
salud física, esperanza de éxito, justicia, salvación; en una palabra,
felicidad. La palabra “Paz” aparece en la traducción de la Biblia de Jerusalén
de 1976 un total de 374 veces, apareciendo en el AT 280 veces y en el NT 94
veces. El libro donde se habla más de “paz” es en los Salmos aparece 96 veces (PRIMER
TESTAMENTO Gén 15 ,15; Gén 26 ,29; Gén 26 ,31; Gén 34 ,21; Gén 43 ,23; Éxo 4
,18; Éxo 14 ,12; Éxo 18 ,23; Lev 26 ,6; Núm 6 ,26; Núm 25 ,12; Deu 2 ,26; Deu
20 ,10; Deu 20 ,11; Deu 20 ,12; Jos 11 ,19; Jos 11 ,23; Jos 14 ,15; Jos 21 ,44;
Jos 23 ,1; Jue 2 ,23; Jue 4 ,17; Jue 6 ,23; Jue 6 ,24; Jue 18 ,6; Jue 18 ,15;
Jue 19 ,20; 1Sa 1 ,17; 1Sa 7 ,14; 1Sa 16 ,4; 1Sa 20 ,13; 1Sa 20 ,42; 1Sa 24
,20; 1Sa 25 ,35; 1Sa 29 ,7; 2Sa 3 ,21; 2Sa 3 ,22; 2Sa 3 ,23; 2Sa 7 ,1; 2Sa 7
,11; 2Sa 10 ,19; 2Sa 14 ,17; 2Sa 15 ,9; 2Sa 15 ,27; 2Sa 18 ,28; 2Sa 19 ,25; 2Sa
19 ,31; 1Re 2 ,5; 1Re 2 ,6; 1Re 2 ,13; 1Re 2 ,33; 1Re 5 ,4; 1Re 5 ,18; 1Re 5
,26; 1Re 20 ,18; 1Re 22 ,17; 1Re 22 ,45; 2Re 4 ,23; 2Re 5 ,19; 2Re 9 ,17; 2Re 9
,18; 2Re 9 ,19; 2Re 9 ,22; 2Re 20 ,19; 2Re 22 ,20; 2Re 23 ,18; 1Cr 12 ,18; 1Cr
12 ,19; 1Cr 19 ,19; 1Cr 22 ,9; 1Cr 22 ,18; 2Cr 13 ,23; 2Cr 14 ,4; 2Cr 14 ,5;
2Cr 14 ,6; 2Cr 15 ,5; 2Cr 15 ,15; 2Cr 18 ,16; 2Cr 19 ,1; 2Cr 20 ,30; 2Cr 32
,22; 2Cr 34 ,28; Esd 4 ,17; Esd 5 ,7; Esd 7 ,12; Esd 9 ,12; Neh 9 ,28; Est 3
,8; Est 9 ,22; Est 9 ,30; Est 10 ,3; Job 3 ,13; Job 5 ,23; Job 12 ,6; Job 15
,21; Job 21 ,9; Job 21 ,13; Job 21 ,23; Job 22 ,21; Job 25 ,2; Sal 4 ,8; Sal 28
,3; Sal 29 ,11; Sal 30 ,6; Sal 34 ,14; Sal 35 ,20; Sal 35 ,27; Sal 37 ,3; Sal
37 ,11; Sal 37 ,37; Sal 55 ,18; Sal 72 ,3; Sal 72 ,7; Sal 73 ,3; Sal 85 ,8; Sal
85 ,10; Sal 119 ,165; Sal 120 ,6; Sal 120 ,7; Sal 122 ,6; Sal 122 ,7; Sal 122
,8; Sal 125 ,5; Sal 128 ,6; Sal 131 ,2; Sal 147 ,14; Pro 10 ,10; Pro 12 ,20;
Ecl 3 ,8; Ecl 11 ,6; Cnt 8 ,10; Isa 9 ,5; Isa 9 ,6; Isa 14 ,8; Isa 26 ,3; Isa
27 ,5; Isa 30 ,11; Isa 32 ,17; Isa 32 ,18; Isa 33 ,7; Isa 39 ,8; Isa 48 ,22;
Isa 52 ,7; Isa 53 ,5; Isa 54 ,10; Isa 55 ,12; Isa 57 ,2; Isa 57 ,19; Isa 57
,21; Isa 59 ,8; Isa 60 ,17; Isa 66 ,12; Jer 4 ,10; Jer 6 ,14; Jer 8 ,11; Jer 8
,15; Jer 14 ,13; Jer 14 ,19; Jer 16 ,5; Jer 23 ,17; Jer 28 ,9; Jer 29 ,11; Jer
30 ,5; Jer 33 ,6; Jer 33 ,9; Jer 34 ,5; Jer 43 ,6; Lam 3 ,17; Eze 7 ,25; Eze 13
,10; Eze 13 ,16; Eze 34 ,25; Eze 37 ,26; Dan 3 ,31; Dan 6 ,26; Dan 10 ,19; Abd
1 ,7; Miq 3 ,5; Miq 5 ,4; Nah 2 ,1; Hag 2 ,9; Zac 1 ,11; Zac 6 ,13; Zac 7 ,7;
Zac 8 ,10; Zac 8 ,12; Zac 8 ,16; Zac 8 ,19; Zac 9 ,10; Mal 2 ,5; Mal 2 ,6; Tob
7 ,11; Tob 7 ,12; Tob 10 ,12; Tob 10 ,13; Tob 12 ,5; Tob 12 ,17; Tob 13 ,14;
Tob 14 ,1; Jdt 3 ,1; Jdt 7 ,15; Jdt 7 ,24; Jdt 8 ,35; Sab 3 ,3; Sab 14 ,22; Sir
1 ,18; Sir 4 ,8; Sir 13 ,18; Sir 26 ,2; Sir 28 ,9; Sir 28 ,13; Sir 28 ,16; Sir
38 ,8; Sir 38 ,23; Sir 41 ,1; Sir 41 ,14; Sir 44 ,6; Sir 44 ,14; Sir 45 ,24;
Sir 47 ,13; Sir 47 ,16; Sir 50 ,23; Bar 3 ,13; Bar 3 ,14; Bar 4 ,20; Bar 5 ,4;
Bar 6 ,2; 1Ma 1 ,30; 1Ma 5 ,48; 1Ma 6 ,49; 1Ma 6 ,58; 1Ma 6 ,60; 1Ma 7 ,10; 1Ma
7 ,13; 1Ma 7 ,27; 1Ma 7 ,35; 1Ma 8 ,20; 1Ma 8 ,22; 1Ma 9 ,70; 1Ma 10 ,4; 1Ma 10
,66; 1Ma 11 ,2; 1Ma 11 ,51; 1Ma 12 ,4; 1Ma 12 ,52; 1Ma 13 ,37; 1Ma 13 ,40; 1Ma
13 ,50; 1Ma 14 ,4; 1Ma 14 ,8; 1Ma 14 ,11; 1Ma 16 ,10; 2Ma 1 ,1; 2Ma 1 ,4; 2Ma 3
,1; 2Ma 5 ,25; 2Ma 12 ,2; 2Ma 12 ,4; 2Ma 14 ,6; 2Ma 14 ,10; 2Ma 14 ,19; SEGUNDO
TESTAMENTO Mat 5,9; Mat 10,13; Mat 10,34; Mar 5,34; Mar 9,50; Luc 1,79; Luc
2,14; Luc 2,29; Luc 7,50; Luc 8,48; Luc 10,5; Luc 10,6; Luc 12,51; Luc 14,32;
Luc 19,38; Luc 19,42; Luc 24,36; Jua 14,27; Jua 16,33; Jua 20,19; Jua 20,21;
Jua 20,26; Hch 7,26; Hch 9,31; Hch 10,36; Hch 15,33; Hch 24,2; Rom 1,7; Rom
2,10; Rom 3,17; Rom 5,1; Rom 8,6; Rom 12,18; Rom 14,17; Rom 14,19; Rom 15,13;
Rom 15,33; Rom 16,20; 1Co 1,3; 1Co 7,15; 1Co 14,33; 1Co 16,11; 2Co 1,2; 2Co
13,11; Gál 1,3; Gál 5,22; Gál 6,16; Efe 1,2; Efe 2,14; Efe 2,15; Efe 2,17; Efe
4,3; Efe 6,15; Efe 6,23; Flp 1,2; Flp 4,7; Flp 4,9; Col 1,2; Col 3,15; 1Ts 1,1;
1Ts 5,3; 1Ts 5,13; 1Ts 5,23; 2Ts 1,2; 2Ts 3,16; 1Ti 1,2; 2Ti 1,2; 2Ti 2,22; Tit
1,4; Flm 1,3; Heb 7,2; Heb 12,14; Heb 13,20; Stg 2,16; Stg 3,18; 1Pe 1,2; 1Pe 3,11;
1Pe 5,14; 2Pe 1,2; 2Pe 3,14; 2Jn 1,3; 3Jn 1,15; Jud 1,2; Apo 1,4; Apo 6,4).
Luego
de saludarlos Jesús les mostro (ἔδειξεν gr. édeixen. Mostrar,
literalmente o figurativamente: declarar, manifestar, mostrar) las manos y el
costado. Jesús les dijo otra vez: “La paz con vosotros. Como el Padre me envió,
también yo os envío”. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el
Espíritu Santo”. La misión que Jesús encomienda a los discípulos aparece en
otros relatos de resurrección (p.ej., Lc 24,47-48; Mt 28,19-20a). Los discípulos
son enviados “ἀπέσταλκέν gr. apestalkén” al mundo, ellos no irán solos, el Espíritu
Santo será su guía y compañero, por eso el cristiano nunca debe de jactarse de
los frutos logrados en su predicación, todo viene de Dios, sin su ayuda nada
podemos.
Jesús
les dice: “A quienes perdonéis los
pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan
retenidos” (Jn 20,23). Esta afirmación parece derivar de la fuente del
evangelista, puesto que utiliza una expresión («perdón de los pecados») que no
es propia del cuarto evangelio. En Juan, el Espíritu expresa la presencia
íntima de Dios (14,17) y fluye del Cristo exaltado para dar la vida eterna
(7,39). Lc 24,47-49, en cambio, sí relaciona el envío de los discípulos como
«testimonios» y el anuncio del perdón con el Espíritu que les será dado en
Pentecostés. 1 Jn parece demostrar, sin embargo, que la expresión «el perdón de
los pecados» formaba parte de la tradición joánica (p.ej., 1,9; 2,19); y a
pesar de ello, a lo largo del cuarto evangelio aparece solamente un «pecado»:
la falta de fe (8,24; 9,41). La doble fórmula es paralela a la de Mt 18,18;
16,19 («lo que atéis en la tierra...»). Puesto que Juan utiliza el término
«discípulos» sin más especificación, es de suponer que la misión se encomienda
a la comunidad creyente como un todo, y no a «los Doce», ni a ningún otro grupo
en particular. El «poder» de perdonar probablemente se expresa en el don del
Espíritu que será concedido a todos los que creerán gracias a la «misión» de
los discípulos y que se unirán a la comunidad, y no (como en Mt 18,19) en
relación a un cristiano que ha pecado.
Tomás
llamado el mellizo “Δίδυμος gr. Dídumos” no se encontraba en el grupo de discípulos
reunidos cuando Jesús se les apareció. Los otros le habían dicho que “Habían
visto al Señor gr. heorákamen ton kúrion”. Tomás les contesta que “Si no veo en sus manos la señal de los
clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su
costado, no creeré” (Jn 20,25). Luego de ocho dias, los discípulos reunidos
esta vez con Tomás, hace nuevamente presencia Jesús en medio de ellos y los
saluda nuevamente con la paz. Luego dice a Tomás: “Acerca aquí tu dedo y mira
mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino
creyente” (Jn 20,27). Tomás le contesta
a Jesús: “Señor y Dios mío” (Jn 20,28). Las palabra de Tomás (ὁ Κύριός μου
καὶ ὁ Θεός μου gr. Ho Kúrios mou kai ho Theós mou) sugiere que «Señor mío»
se refiere al Jesús de la historia y «Dios mío» es una valoración teológica de
su persona.
Jesús
le dice a Tomás que ha creído porque ha visto, de la ahí la expresión “ver para
creer como Tomás”, sin embargo anuncia quienes serán felices (μακάριοι gr.
makárioi. Viene de makários
forma prolongada del poático μάκαρ mákar
supremamente bendecido; por extensión afortunado, bien librado: bendecir, bienaventurado,
dichoso, glorioso) en el mundo venidero “Los que han creído y no han visto” (Jn
20,29). El Sacerdote Católico y Biblista Raymond Brown nos dice: “En el NT sólo
hay otra bienaventuranza referida a la fe, concretamente la de Le 1,45, en que
Isabel dice a María: «Dichosa tú, que has creído. Porque lo que te ha dicho el
Señor se cumplirá.» Referirse a Jn 20,29 como la novena bienaventuranza, si
bien es una idea ingeniosa, tropieza con el inconveniente de suponer que el
conjunto de ocho, consignado por Mateo (5,3-11), forma una colección completa”.
Actualidad
Las
primeras dudas de Tomás desaparecen cuando el Señor lo invita a «Poner su dedo
y meter su mano en el costado del Señor. La respuesta de Tomás es un acto de
fe, de adoración y de entrega sin límites, cuando exclama: ¡Señor mío y Dios
mío!. Estas dudas originales de Tomás sirvieron para confirmar en la fe a
muchos que creyeron en el Señor. San Gregorio se pregunta si es que acaso puede
considerarse una casualidad de que Tomas estuviese ausente, y que al volver
oyese el relato de la aparición, y al oír ... dudase, y dudando .... palpase, y
palpando .... creyese. Si nuestra fe es firme, también, esta fe servirá para
que la fe de muchos otros se apoyen en ella. Es preciso que nuestra fe en
Jesucristo vaya creciendo día tras día.
Pero,
a veces, también nosotros nos encontramos faltos de fe como el apóstol Tomás.
Tenemos necesidad de más confianza en el Señor ante las dificultades y ante
acontecimientos que no sabemos interpretar desde el punto de vista de la fe, en
momentos de oscuridad que Dios permite.
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