En
el presente trabajo destaco la religión más antigua del mundo, así como los
pueblos semitas occidentales y, finalmente la influencia que tuvo el pueblo de
Israel con los pueblos vecinos y otros.
MESOPOTAMIA Y LOS DIOSES
La
religión más antigua de la que se tiene conocimiento real y suficientemente
explícito, gracias a la cantidad de
monumentos exhumados, incluso en ruinas, lugares, imágenes y objetos de culto,
y sobre todo por una documentación prodigiosa de varios cientos de miles de
documentos indígenas, inteligibles y a menudo detallados, es el sistema
religioso de la antigua Mesopotamia, entre el cuarto milenio y los comienzos de
nuestra era. Otro privilegio excepcional, que sólo el antiguo Egipto le podría
disputar, es que nos es posible seguir su desarrollo a lo largo de tres
milenios, hasta su muerte.
La
imagen de los dioses era, pues, profundamente antropomorfa. Sin establecer
diferencias, estaban, pues, convencidos de que los dioses tenían, como
nosotros, un cuerpo verdadero, según un patrón mejorado del nuestro. En todas
partes se habla de sus órganos y de sus miembros: su cabeza, sus ojos, sus
orejas, su boca, sus manos, sus pies, sus miembros…
Los dioses eran lo bastante humanos para serlo
a veces demasiado y hacer suyas no sólo nuestras debilidades, sino también
nuestras faltas. Las estrellas, aun
participando en alguna medida, por «contagio», de la naturaleza divina, no eran
por sí mismas los dioses, sino el dominio de los dioses, y también su imagen, más
pura, más «religiosa», más impactante que la extraída de la presentación y la
conducta de los hombres. Los dioses constituían, si se quiere, una especie de
«tercer orden» ontológico, por encima de lo estelar, del mismo modo que éste se
encontraba por encima de lo terrenal. Siempre semejantes a los hombres, los
dioses venían normalmente al mundo como
ellos, salidos de sus padres, o producidos, en estatuas e imágenes, por los
artesanos.
LOS SEMITAS OCCIDENTALES
Formaron
varios pueblos o grupos de pueblos que aparecen citados en las fuentes a partir
del segundo milenio a.C. Ya a comienzos de este segundo milenio los amonitas
desempeñaron un papel importante en Mari y en Mesopotamia meridional, en tanto que
los arameos, en la segunda mitad del segundo milenio a.C., fundaron numerosos
estados en Siria. Desde el primer milenio a.C. se conocen los pueblos de Arabia
y a finales del mismo milenio se tienen noticias acerca de los nabateos y los
palmirenses.
CARACTERISTICAS
No
se puede hablar de un ser supremo, ni de un monoteísmo latente, sino de un
politeísmo teñido de antropocentrismo. El gran dios de estos pueblos es El, que
en los mitos ugaríticos queda relegado por Baal. Los epítetos de El son «padre
de los dioses» y «creador de la tierra». En todo caso, sus representaciones son
numerosas; cabe destacar su imagen entronizada, con amplio manto, barba y un
gorro cónico sobre la cabeza, como en una estatua del siglo XIII a.C. encontrada
en Ugarit.
Otras
constantes detectadas aluden a los dioses como figuras un tanto ambiguas,
siendo a veces difícil captar sus características funcionales. Los mitos
ugaríticos, por ejemplo, mencionan a tres grandes diosas: Atirat; Anal y
Astarté, que parecen estar poco diferenciadas y cuyas funciones son
intercambiables. En cuanto a los cultos agrarios de la fertilidad y de la
fecundidad, también éstos desempeñaban un papel importante en la religiosidad.
ISRAEL Y SU INFLUENCIA
La
historia de Israel se desarrolla a la sombra de los imperios de Egipto, Asiria,
Babilonia, Persia, de Grecia y de Roma.
Influencia
Egipcia. Durante la segunda parte del segundo milenio, los egipcios tuvieron la
supremacía sobre la región de Siria y de Canaán. Ya en el inicio del segundo
milenio, los egipcios tuvieron influencia en Siria y en Canaán. Durante el
Imperio Medio (2040-1786 aC), estas regiones no estaban integradas en el
dominio del estado del Nilo. Los egipcios solamente ejercían un tipo de "protectorado"
sobre estas zonas.
Influencia
de los Hicsos. En el segundo cuarto del segundo milenio (de 1786 hasta 1580
aC), el propio Egipto fue dominado por los hicsos vía la lenta infiltración de
poblaciones seminómadas en el Delta del Nilo. Estos se adueñaron de Canaán. Los
hicsos, que dominaban en Egipto aparentemente no constituyeron un Imperio, o
sea no subyugaron a sus compatriotas en Siria y Canaán. El dominio de los
hicsos sobre Egipto preparó el camino para el efectivo control egipcio sobre Canaán,
pues una vez desbaratados los invasores, el imperio nuevo (1580-950 aC), pasó a
efectuar la integración de Siria y de Canaán a sus dominios. La formación de
Israel, se da bajo las condiciones de la supremacía egipcia sobre Canaán.
Influencia
Asiría. La historia de asirios y babilónicos —estos más al sur, aquellos más al
norte del Éufrates y Tigris está entrelazada y conocen altos y bajos, conforme
las diferentes variables de la política internacional de la época. Los asirios
alcanzan un primer auge en su expansión bajo Tiglat-Pileser I, alrededor del
1100 aC. En esta época alcanzan el Mar Mediterráneo, al norte de Siria. Sus
avances fueron marcados por la extrema crueldad. El ejército asirio parece
haber sido especialista en el terror: destierro, masacre, destrucción. Otro
momento importante de la expansión asiria, se da en el noveno siglo, cuando
además de volver al Mar Mediterráneo, amenazan a los árameos (Damasco). El
punto máximo del Imperio Asirio se presenta a partir de mediados del octavo
siglo, bajo Tiglat-Pileser III (745-727 aC). Damasco es conquistado el año 732,
los sectores del norte del estado de Israel son anexados en el año 732, la
capital de Israel (Samaría) es destruida en el año 722. Judá es arrasada y
Jerusalén cercada como un "pájaro enjaulado" en el año 701. Siria y
la Tierra de Israel son integradas al poder asirio, al final del siglo octavo.
El territorio de Israel es transformado en provincia. Incluso, el propio Egipto
es amenazado y en el año 671 es conquistado. En el siglo séptimo, llega a su
cumbre la expansión asiria. Al final de este siglo, también ocurre su rápido
declive. En el año 612 aC, la entonces capital, Nínive, es conquistada. Los
asirios son substituidos por los babilonios, en el dominio internacional.
Influencia
Babilónica. También los babilonios, tienen larga historia de muchos conflictos,
con naciones vecinas, en especial con los asirios. Así como se impusieron,
también fueron vencidos. Babilonia ya alcanzó cierto auge en la primera mitad
del segundo milenio bajo Hamurabi, el famoso legislador (1792-1750 aC). Otro
punto máximo de la expansión babilónica, se presenta en el siglo séptimo y
sexto, cuando conquistan la supremacía, como sucesores de los asirios, en el
plan internacional. En el año 605, Nabucodonosor, en calidad de príncipe
heredero, derrota en Carquemis, a los egipcios, que con ocasión de la derrota
del imperio asirio, habían conseguido hacer avanzar sus ejércitos hasta aquella
localidad, a orillas del Eufrates (cf Jer 46,2). Repeliendo el avance egipcio, los
ejércitos babilónicos pasan a imponerse en Siria e Israel, sin que lograran
conquistar el territorio de Egipto. Algunos millares de la población de Judá,
en especial de la élite jerosolimitana son deportados en el año 597 y 587. En
el verano del 587, Jerusalén, sus muros, sus palacios y su templo a Yavé son
arrasados y quemados. Judá es integrado a la provincia de Samaria. Como se ve,
el estilo de dominación de los babilonios no difiere mucho del de los asirios.
El imperio babilónico no fue de larga duración. En el 539 aC, las puertas de
Babel, la capital, se abrían para recibir en fiesta, un nuevo ejército
victorioso: los persas, bajo la dirección de Ciro.
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