Perder
a un bebé durante el embarazo es un duro golpe para cualquier pareja que pase
por dicha situación. Antes de la llegada del bebé, todas las parejas se
preparan con ilusión, esperan al bebé con ganas de verle la carita y tenerle en
brazos, preparan al detalle su llegada, disponiendo de todo lo necesario para
su cuidado y atenciones.
Con
estos actos se genera ya un vínculo afectivo, se crea un proyecto vital al que
empezamos a dar forma y sobre todo rozamos el sueño con las manos. La pérdida
del bebé durante el embarazo supone la pérdida de la ilusión, la pérdida de ese
proyecto común, de esos vínculos que estaban esperando ya salir y el sueño se
convierte en pesadilla.
Las emociones experimentadas tras
la pérdida del bebé
La
pérdida del bebé desencadena un bucle emocional controvertido, complejo y
doloroso caracterizado por una fluctuación de emociones difusas y dolorosas que
caracterizan el duelo. Algunas de las emociones que suelen experimentarse tras
la pérdida del bebé son: tristeza, dolor, culpa, enfado, ira, desesperación,
frustración, etc... Estas emociones son naturales y necesarias para afrontar la
pérdida, la muerte del ser querido. El proceso de duelo es inherente a la
pérdida y debe pasarse para afrontar la misma.
Es
normal que estas emociones se manifiesten en
el comportamiento diario y en los quehaceres habituales, algunas de las
manifestaciones más comunes son las siguientes:
- Parecer ausente.
- Mostrarse irritable.
- Falta de apetito y problemas de sueño.
- Incapacidad de concentrarse.
- Agotamiento físico y mental, no tener ganas
de hacer nada.
Las fases del proceso de duelo son
las siguientes:
1. Rechazo (negación): en esta fase cuesta
aceptar y entender lo sucedido, nuestra conciencia trata de negar lo ocurrido
en un mecanismo de defensa desesperado.
2. Enfado. Cuando tomamos conciencia de la
realidad, aparece el enfado.
3. Dolor emocional. Es la fase más complicada,
y se caracteriza por una mezcla difusa de pensamientos y emociones.
4. Aceptación. Finalmente se llega a la
aceptación, sin culpas, sin enfados, se deja fluir las emociones y poco a poco
cumplen su función.
El
duelo, lleva a la superación de la pérdida, según los estudios, esta superación
supone un proceso de redimensión del dolor y reafirmación del propio yo. Este
proceso es cuestión de tiempo, así poco a poco, a medida que pasa el tiempo,
aunque el duro golpe no se olvida y deja una huella que acompañara siempre a
los progenitores, la vida comenzará a volver a la normalidad.
Consejos para afrontar la pérdida
de un bebé
1. Acepta tus emociones y sentimientos, sean
los que sean. Deja que cumplan su función y tomate tu tiempo, ten en cuenta que
es un duro golpe y que necesita de tiempo para afrontar la situación.
2. Date tiempo. Cada persona es diferente, pero
es normal que el proceso tenga sus altibajos, algunos días parecerá que todo
vuelve a la normalidad y otros la tristeza te invada de nuevo.
3. Tomate tiempo para ti mismo/a. El proceso de
duelo supone un proceso íntimo y personal que requiere tiempo para uno mismo.
4. Busca aficiones o hobbies que mantengan tu
mente ocupada en algo. El tiempo para uno mismo es importante, pero también lo es
desconectar de vez en cuando del dolor.
5. Entiende que el proceso de duelo es único y
personal y que cada persona lo vive de un modo diferente. Es fundamental que
entiendas que tu pareja puede tener un proceso de duelo diferente al tuyo.
6. Prepárate para tensiones en el seno de la
pareja. Entre las emociones asociadas a la pérdida están el enfado, la
frustración, etc. Es normal que las tensiones florezcan en estas situaciones.
7. Busca el apoyo de tus seres cercanos, de tu
pareja y otros familiares.
8. Habla sobre tus emociones, deja que estas
salgan de algún modo, puedes probar también a escribir o dibujar.
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