LAS DOS CARAS DE LOS CRISTIANOS

miércoles, 5 de octubre de 2011

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Anoche cuando leía el pasaje del libro de Números en sus capítulos 13 y 14 pude establecer una cierta relación en el relato con la situación actual de los cristianos hoy  día. El texto en su capítulo 13 inicia con la orden de Yavé  a Moisés para que envíe “hombres adelante para que exploren la tierra de Canaán” que el Señor iba a darles a los israelitas.
También el Señor nos envía adelante para que anunciemos la Buena Nueva  a toda criatura, hay que recordar que no son por meritos propios que iniciamos esa gran misión, es solo un mandato al cual debemos obedecer.
El relato continua cuando Moisés envía a todos los hombres jefes de las tribus de Israel a explorar la tierra de Canaán. “Al cabo de cuarenta días volvieron de la inspección a ese país y dieron cuenta de su recorrido a toda la comunidad” (Num 13,25). A partir de este momento es donde yo clasifico a los jefes de Israel en dos grupos de acuerdo a la misión impartida. También los cristianos estamos hoy en la misma situación:
1.        Los que no tienen esperanza; Diez jefes de Israel al dar parte de su recorrido, han dicho que la tierra es buena pero que el pueblo es poderoso, las ciudades son muy grandes y fortificadas. Estos jefes vinieron de la inspección sin ninguna esperanza, ya que la tenían puesta solamente en ellos y no en Dios quien los había enviado a la misión.
Muchos cristianos piensan que la tarea que tienen por delante es muy grande y que por mucho que evangelicen el mundo no cambiará.
Son muchos los cristianos que viven sin la esperanza de un mundo mejor, lleno de paz y amor.
La Iglesia debe contagiar esa esperanza y no permanecer en una parsimonia muy dañina para la proclamación del evangelio.
2.        Los que confían en Dios: Solo dos jefes de las tribus de Israel proclamaron que ellos eran “capaces  de conquistar ese país y mucho más” (Num 13,30), ellos fueron Caleb, hijo de Jefoné y Josué, hijo de Nun.
Todos los que sin ningún interés, gastan sus esfuerzos en esparcir la palabra de salvación, Dios les dará también una “tierra prometida” y es la de estar cara a cara con Él.
Lo que hizo a Caleb y Josué distinto de sus compañeros fue un “espíritu distinto” (14,24) que siguió al Señor sin ningún tipo de vacilación. En ellos había confianza y esperanza y no confiaban en sus propias fuerzas sino en las de Dios.
Benedicto XVI recientemente en Alemania dijo  a los católicos que la Iglesia debía dejar de ser mundana y que era solamente la confianza en Dios la que la iba hacer resplandecer.
Actualmente necesitamos realizar la misma misión que Caleb y Josué llevaron, poniendo su total confianza en  Dios, es por ello que:
•          Debemos salir a explorar otras tierras, donde no se que de ninguna persona por conocer del amor de Dios.
•          Presentarles a todos esa “tierra donde mana leche y miel”. El Reino de Dios está presente entre nosotros.
•          Conquistar con un espíritu distinto un corazón áspero y duro para el Señor.



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