EN LA TRANSFIGURACIÓN DIOS ESTABLECE NUEVA RELACIÓN CON LOS HOMBRES

miércoles, 20 de febrero de 2013

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COMENTARIO AL SEGUNDO DOMINGO DE CUARESMA
La transfiguración de Jesús en Lucas (9,28-36) se pone en relación con la confesión de Pedro y el subsiguiente anuncio de la Pasión.
La transfiguración es narrada por los tres sinópticos (Mt 17,1-8; Mc 9,2-8) y en el texto de Lucas hay cierto número de particularidades frente a Marcos y Mateo.
“Unos ocho días después de estas palabras, tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar” (Lc 9,28). En el v. 28 varía Lucas el dato exacto del numero de días de Mateo y Marcos que para ellos es “seis”, por haberlo entendido seguramente como numero redondo, siendo de observar además, que según el calendario romano, “ocho días” es lo mismo que una semana.

“La transfiguración representa y confirma lo que ha anunciado Jesús. El monte es el lugar de las epifanías de Dios. En el monte de Dios, Horeb, vio Moisés a Dios en la zarza ardiente (Éx 3). Israel vio el monte Sinaí completamente cubierto de humo porque el señor había descendido a él en el fuego (Éx 19,18). Para Lucas no tiene importancia dónde está situado el monte de la transfiguración ni cómo se llama. Lo que en cambio le importaba era decir que Jesús subió a orar”1

Lucas resalta mucho el hecho de orar Jesús  a su Padre, es sin duda, el momento de donde Jesús recibe fuerzas para seguir su camino hacia la cruz (Lc 5,16; 6,12; 9,18; 22,45).

En cuanto a la ubicación del lugar de la transfiguración “la tradición cristiana muy antigua, remontándose al siglo III, identifica este monte con Tabor (actual Djebel et-Tor), un cono totalmente aislado en la llanura de Esdrelón, que se eleva casi 500m sobre el nivel de la misma. Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con esta ubicación. Muchos prefieren pensar que la transfiguración tuvo lugar en las cimas del Gran Hermón”2.

Y mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó y sus vestidos eran de una blancura fulgurante. Y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías, los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén” (Lc 9,29-31). La gloria de Dios brilla como un relámpago y penetra en la persona de Cristo, hasta sus vestiduras. Jesús se manifiesta como el Cristo de Dios, como ha de venir un día con poder y el esplendor de un soberano. Lo que confesó Pedro (Lc 9, 18-21) se hace ahora visible.

Lucas omite aquí el término que introduce Marcos al hablar de la blancura de los vestidos: “como no es capaz de blanquearlos ningún batanero del mundo” (Mc 9,3). El blanco es un color apocalíptico (cf. Ap 2,17; 6,2; 20,11).

Los dos hombres que conversaban con Jesús, Moisés y Elías, estaban resplandecidos de la gloria de Dios, sin embargo tuvieron que pasar antes por el sufrimiento. En ellos se diseña el camino de Jesús. Las dos grandes figuras hablaban  de la muerte que había de sufrir Jesús en Jerusalén. El sufrimiento y la muerte forman parte del designio trazado por Dios mismo, hacía mucho tiempo, en la Escritura, en la ley y en los profetas. Tenía que cumplirse en Jerusalén ( Lc 9,51; 13,22; 17,11; 18,31; 19,11; 24,36-53; Hch 1,4-13).

Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. Cuando ellos se separaron de él, dijo Pedro a Jesús: Maestro, bueno es estarnos aquí. Podríamos hacer  tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías, sin saber lo que decía” (Lc 9,32-34). La Biblia de Jerusalén dice que los discípulos estaban cargados con mucho sueño, sin embargo estaban despiertos. Por su parte la Biblia de Nacar y Colunga3 dice que: “estaban cargados de sueño y al despertar” Hay una cierta conexión entre la transfiguración y el monte de los Olivos. En los dos lugares están dormidos los tres discípulos y testigos elegidos, mientras Jesús ora.
Pedro todavía sin entender “quiere retener la aparición en tres tiendas. Pedro Piensa que ya se ha iniciado el reino de Dios, que ya ha comenzado la era mesiánica, que Dios y sus santos habitan ya en su pueblo, por lo cual es conveniente que los tres discípulos estén allí”4

“Estaba diciendo esas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y, al entrar en la nube se llenaron de temor. Y vino una voz desde la nube que decía: “Este es mi Hijo, mi Elegido, escuchadle”. Cuando cesó la voz, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto” (Lc 9,35-36).  La nube es señal de la presencia de Dios5. Acompaña al pueblo de Dios en su peregrinación por el desierto (Éx 14,20), es el lugar donde habita Yavé ( 2Cron 6,1),envuelve al monte Sinaí cuando desciende Dios en la figura del fuego para manifestar su voluntad (Éx 19,16ss). Una nube llenó el templo cuando fue consagrado; en él se posa la gloria de Dios (1Re 8,10ss).

“El texto de Lucas dice “autou akousesthe” que significa “a él escuchareis”. Por lo tanto, la voz que sale de la nube opera una sustitución; ya no cuenta el viejo profetismo encarnado en esas figuras que desaparecen, se presenta un nuevo mensajero, el Hijo, el Elegido, sólo a él habrá que escuchar en delante”6

Sobre el monte de la transfiguración “Dios establece en forma nueva su presencia entre los hombres, erige un nuevo templo. Ya no es el templo de Jerusalén el lugar de la manifestación y del culto de Dios, sino Jesús, al que apuntaba el antiguo Testamento. Cristo, que pasando por la pasión y la muerte ha sido glorificado, es presencia, manifestación y centro del nuevo culto divino”7.

La transfiguración es entonces el nuevo éxodo, el camino de la liberación que terminará en el Padre (Lc 23,46). Moisés y Elías personifican la Ley y los Profetas, es decir todo el Antiguo Testamento, cuyas promesas se realizan a través de la palabra y de la acción de Jesús, el verdadero intérprete de la voluntad del Padre contenida en las Escrituras.






BIBLIOGRAFÍA
1. STOGER, Alois, Tomo 2, Herder, Barcelona 1979, 1ra Edición, p 261
2. AUGUSTINOVICH, Agustín, Caracas 1980, 1ra Edición, p 389
3. NACAR, Colunga, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid 2010, 2da Edición, p 1142
4. STOGER, Alois, Tomo 2, Herder, Barcelona 1979, 1ra Edición, p 265
5. cf. Ex 30,18; 34,12
6. FITZMEYER, Joseph, Tomo 3, Cristiandad, Madrid 1987, 1ra Edicion, p 143
7. STOGER, Alois, Tomo 2, Herder, Barcelona 1979, 1ra Edición, p 266

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1 comentarios:

  1. ESTIMADOS HERMANOS:
    Solicito la transfiguracion corporal de todos los Dioses, demonios y angeles pertenecientes a los que encarno aquí en el planeta tierra, enfáticamente para residir en mi país Guatemala de la América Central, incluyendo a las Santas muertes de los narcos si fuera posible persuadirlos como tambien a los Dioses extraterrestres universales. Tambien solicito la transfiguracion corporal de los Dioses, demonios y angeles restantes que sea asocian a mis encarnaciones, enfáticamente para residir en mi país Guatemala de la América Central.

    Atentamente:
    Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
    Documento de identificacion personal:
    1999-01058-0101 Guatemala,
    Cédula de Vecindad:
    ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
    Ciudadano de Guatemala de la América Central.

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