Padre Raúl Biord |
También
a propósito de nuevos obispos, no es usual que el obispo de una diócesis de un
país sea consagrado por un prelado de otro país. Esto ocurrirá de todos modos
el próximo 8 de febrero, con la ordenación del nuevo pastor de la diócesis
venezolana de La Guaira, el salesiano Raúl Biord Castillo.
Su
primer consagrante será efectivamente el cardenal salesiano Óscar Andrés
Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa (Honduras) y coordinador del
consejo de los ocho cardenales creado por el papa Francisco para ayudarlo en el
gobierno de la Iglesia universal y en la reforma de la curia.
El
hecho es todavía más curioso, porque Rodríguez Maradiaga fue un acérrimo
adversario de Hugo Chávez, presidente de Venezuela desde 1999 al 2013, excepto
un breve paréntesis en el 2002.
En
julio de 2007 Rodríguez Maradiaga dijo de Chávez que "está ciego, sordo y
se cree Dios", provocando que le contestara así el líder marxista:
"Apareció otro loro del imperio, ahora vestido de cardenal, es decir otro
payaso imperialista".
Sin
contar que el neo-obispo Biord Castillo es sobrino del poderoso cardenal
salesiano Rosalio Castillo Lara, quien, luego de una larga carrera en la
cúspide de la curia romana (donde alimentó la broma que la placa SCV era por
“Se Castillo Vuole”), terminó sus días en su patria, confrontando duramente al
régimen de Chávez. También en julio de 2007 Castillo Lara definió a Chávez como
"dictador paranoico". Mientras que Chavez saludó así, pocos meses
después, en octubre, la desaparición del purpurado: "Me alegra que haya
muerto ese demonio vestido de sotana".
Ahora
en Venezuela gobierna Nicolás Maduro, delfín de Chávez. Las confrontaciones con
la Iglesia no están todavía apaciguadas. Pero el clima parece haber mejorado
con el advenimiento del papa Francisco, quien recibió en audiencia a Maduro el
17 de junio, y con el arribo a Roma como secretario de Estado del arzobispo –
desde el próximo 22 de febrero cardenal – Pietro Parolin, quien ha sido en los
últimos años nuncio en Caracas.
El
5 de octubre el Papa recibió las cartas credenciales del nuevo embajador
venezolano, después que Chávez había polémicamente dejado vacante la sede
diplomática en el Vaticano.
Y
el 30 de noviembre un sobrino predilecto del llorado "demonio vestido de
sotana" Castillo Lara fue nombrado obispo, con la vía libre por parte del
gobierno – que en Venezuela tiene una especie de poder de veto sobre los
nombramientos episcopales – y con el "payaso imperialista" Rodríguez
Maradiaga pronto a consagrarlo.
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