LO QUE NOS DICE EL ÁRBOL GENEALÓGICO DE JESÚS

miércoles, 27 de agosto de 2014

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Al leer la genealogía de Jesús muchas veces nos aburrimos, sin embargo en ella hay una gran enseñanza. El Evangelio de Mateo nos habla de los familiares de Jesús. El autor sigue con la costumbre oriental que consiste en comenzar por la genealogía del personaje principal para situarlo así socialmente. 

La genealogía se divide en tres ciclos de catorce generaciones correspondientes a los tres periodos de la historia de Israel; periodo patriarcal, periodo monárquico y la época posterior al exilio. Mateo parte de Abrahán hasta llegar a Jesús.
En la genealogía de Jesús se mencionan cinco  mujeres, tres de ellas son pecadoras (Tamar, Rahab, Betsabe), solo  Rut y María tienen una notable pureza. Una lectura superficial de  de la historia de estas cuatro mujeres nos revela que la misión salvadora de Jesús ha salido de una raza pecadora, y que las mismas también eran extranjeras.
Tamar: De origen cananea. Casada primero con Er, primogénito de Judá,  y posteriormente con su hermano Onán, muertos ambos sin sucesión, su historia revela la ansiedad de Judá por mantener su linaje. La familia parecía destinada a extinguirse, Tamar, decidida a tener descendencia, aprovechó una coyuntura favorable y consiguió ser fecundada por su suegro, sin que este lo supiera, de esta unión nacieron dos hijos, Fares y Sara (Gen 38,6-30).
Rahab: Prostituta cananea de Jericó, cuya casa se hallaba en la misma muralla de la ciudad, dio hospitalidad a los espías enviados por Josué, salvándoles la vida al esconderlos y facilitándoles la huida por una ventana que tenía abierta sobre la muralla (Jos 2,1-24). Vino a ser la esposa de Salmón y madre de Booz, figurando así como antepasada del rey David.
Betsabe: Esposa de Urías heteo. Fue seducida por el rey David durante la ausencia de su marido, en el frente de Rabah (2 Sam 11,4), el cual, posteriormente puesto en el lugar de mayor peligro murió. Tuvo un hijo del adulterio con David que enfermó de gravedad y murió (2 Sam 12,15-18). Después de la muerte de Urías, David la tomó por esposa y fue madre de Salomón y de otros hijos de David.
Rut: Joven moabita que se casó de primeras con Mahlón de Belén, hijo de Elimelec y de Noemí. A su muerte, Rut abandonó Moab, acompañando a su suegra Noemí a Belén. Allí se dedico a espigar en los campos de Booz, pariente de Elimelec, que la acogió con benevolencia y con quien se casaría. 
En el judaísmo próximo al NT consideraba realmente que era el Espíritu Santo el que guiaba a aquellas mujeres en sus peripecias, a fin de que fueran instrumentos providenciales para la venida del mesías y permaneciesen fieles a su tarea, a pesar de sus muchas dificultades; esto vale también para Rut, la cual (se decía en los ambientes judíos) era estéril y fue curada por obra del Espíritu del Señor. En cierto sentido, por consiguiente, en aquellas cuatro mujeres había tenido lugar una intervención del Espíritu Santo como anuncio de la maternidad de María y de la situación de José.

El incluir a estas mujeres en la descendencia de Jesús por parte de Mateo  significa que la salvación es para todos, no hay exclusión, la salvación también viene de una descendencia extranjera y pecadora. Jesús va enseñando el camino para que todos puedan entender su plan de salvación. No hay que jactarse de decir “yo soy judío, yo soy católico, Jesús vino por mí”, no, Jesús vino por todos, y esos “todos” son los pecadores donde estamos tú y yo. 
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