La
parábola de los talentos (Mt 25,14-30) tiene su semejanza en Lc 19,11-27. Son
varias las opiniones acerca de cuál de las dos formas es la más original. Sin
embargo, considero a la de Mt como la más cercana al texto original.
En Lc se mencionan dos parábolas fundidas, y ella se coloca después del episodio con Zaqueo. En Mt la parábola se encuentra en un contexto más claro como es el desarrollo de las ideas del discurso escatológico (Cap 24-25).
En Lc se mencionan dos parábolas fundidas, y ella se coloca después del episodio con Zaqueo. En Mt la parábola se encuentra en un contexto más claro como es el desarrollo de las ideas del discurso escatológico (Cap 24-25).
La
acción de la parábola se desarrolla en tres tiempos:
1.
Antes de partir para el viaje; El hombre llama a sus siervos (gr. “doulos”), y
a cada uno le da los talentos. En Mt se habla de tres siervos, mientras que en
Lc se habla de diez. En Lc el viaje probablemente hace alusión al viaje que hizo
Arquelao a Roma en el año 4 a.C. para conseguir la confirmación en su favor del
testamento de su padre Herodes el Grande, quien antes de su muerte lo había conformado rey de Judea, Samaria e
Idumea. Detrás de Arquelao viajan también a Roma sus opositores, que son
varios. Debido a la fuerte oposición que tenia, el emperador confirma el
testamento de su padre sólo parcialmente, le entrega dichas provincias, pero no
con el título de rey, sino de etnarca. Diez años después, en el 6 d.C. fue
destituido.
2.
Durante la ausencia del señor; Dos de los siervos negociaron hábilmente con el
dinero (Talento equivalía a 6.000 denarios), de tal manera que las ganancias
duplicaron el capital. El tercer siervo tuvo miedo (el texto utiliza la palabra
gr. “fobedseis” que significa miedo, Mt utiliza la palabra “miedo” “Fobeo” al
menos 17 veces 1,20; 2,22; 9,8; 10,26.28,31; 14,5.27.30; 17,6.7; 21,26.46; 25,25;
27,54; 28,5.10) de negociar con el dinero, no hizo nada con él, sino que lo
tuvo bien guardado.
3.
El regreso del señor; El señor reúne a sus siervos para que den cuenta de lo negociado en su ausencia. Los
dos siervos fieles y obedientes son premiados (Mt 25,20-23), el tercer siervo
es calificado de “malo y perezoso” (Mt
25,26), malo, porque desobedeció las ordenes de su señor y porque estaba lleno
de prejuicios contra el mismo; holgazán, porque no quiso hacer ningún esfuerzo.
Al final el señor manda que le quiten el
talento y que se lo dieran al que tenía diez, además que a ese siervo inútil envía que se lo echen a
las tinieblas de afuera.
ACTUALIZACIÓN
Esta
parábola es muy interesante, sobre todo por las dos frases claves que utiliza
el autor en su Evangelio y que son
imprescindibles a la hora de ejercer cualquier actividad en la Iglesia.
1.
Dios nos da de acuerdo a nuestra “capacidad” (Mt 25,15): La palabra capacidad (gr
“dúnamis”) también denota fuerza, poder milagroso, eficacia, potestad. Cuando
Dios nos da alguna tarea también nos da las fuerzas necesarias para lograrlas.
Muchas veces creemos que no estamos
capacitados, sin embargo, el poder de Dios es tan grande en nosotros que si no
lo utilizamos adecuadamente seremos capaces de impactar muchas vidas, Dios nos capacita para la misión, hay que estar seguro que somos canales de bendición para otros.
2.
Nunca tengamos “miedo”: El mismo Jesús le dijo a sus discípulos: “Tranquilos,
soy yo, no tengáis miedo” (Mt 14,27). También estas palabras están dirigidas a
nosotros. En Jesús nuestros miedos se disipan, en muchos momentos de nuestras
vidas tendremos algunas situaciones difíciles y seguramente sentiremos algún miedo.
Cuantas personas por no saber canalizar sus fobias adecuadamente han cometido
algunas decisiones erróneas que han afectado sus vidas para siempre. El
cristiano tiene que tener la plena seguridad que Dios nos da el poder para
salir adelante, por ello el miedo no debe tener cabida. Impactemos a otras
personas por el poder que viene de Dios y no por el miedo que nos hace siervos
inútiles.