Me considerado un admirador del Papa Francisco, su humildad y sus palabras
siempre llegan a nuestros corazones, sin embargo en la reciente visita a Cuba
no llenó mis expectativas, pensaba que el Papa iba a conversar con los que no están
de acuerdo con el gobierno de los Castro que por más de 40 años han gobernado
en dictadura a esta isla y la han empobrecido cada vez más.
El
Papa conversó con Fidel, un personaje despreciable para muchos cubanos por su
crueldad y su hipocresía siempre hablando de los pobre y ha vivido como un
rico.
Cuando
leemos la Biblia nos damos cuenta que Jesús hablaba con fariseos, escribas,
publicanos entre otros, eso por supuesto que no tiene de malo, por el
contrario, el Señor nos enseña la tolerancia y querer llegar a todos, pero también
les hablaba en forma clara y dura en la que muchas veces terminaban marchándose
porque los había dejado al descubierto en sus intenciones apegadas a la Ley
pero que ellos no cumplían. También hablaba con prostitutas, cobradores de
impuestos, enfermos, sanaba en sábado, y sin embargo lo hacía muchas veces sin
guardar alguna discreción.
El
hecho de que se hable de “diplomacia” en el viaje del Papa no quiere decir que
solamente fuera hablar con los mandatarios y llevar el anuncio de salvación.
Considero que también le falto un poco de valentía en denunciar públicamente el
maltrato a muchos que son objetos del gobierno de los dictadores y en conversar con opositores. En plena
presencia del Papa unos manifestantes se le acercaron y le estrecharon sus
manos, empezaron a gritar en contra de los dictadores e inmediatamente fueron
detenidos y hasta el momento se desconoce su paradero.
No me quiero imaginar que el papa venga a nuestro país y solamente converse con el gobierno de Maduro que nos ha traído tantas desgracias y no quiera conversar con dirigentes de oposición. Sin querer llevar su visita al plano político creo que lo asesoraron mal.
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