De un Dios manipulable y domesticable, se ha pasado a tener un Dios en nuestra vida “tapa agujeros”:
Uno de los grandes problemas que enfrenta el mundo actual es la autosuficiencia del hombre, el creerse superior a todo, el que todo lo puede sin ninguna ayuda. Este tipo de hombre cree que Conserva el control de las situaciones, que solo le bastan sus fuerzas y no molesta a Dios ya que considera que se encuentra ocupado en otras cosas.
Ahora bien, en cuanto el asunto se sale de las manos, en cuanto llega una crisis, un problema serio sin aparente solución, algo que rebasa sus posibilidades, entonces apresuradamente es allí donde implora a Dios.
Mientras las cosas en la vida marchen bien no hay que preocuparse, pero cuando llega el “agujero” acudo a Dios para que me ayude o aun mejor, para que me solucione el problema. Esa es la función del “Dios tapa agujero”. Que lastima que tengamos un concepto tan deforme y tan torcido de nuestro Padre. Él está dispuesto a ayudarnos en nuestro caminar diario, pero quiere que lo tengamos siempre presente como aquel que dio a su único Hijo, para darnos vida y vida en abundancia.
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