En el salmo 121 nos dice que Dios es nuestro guardián y nuestra sombra. Dios es siempre fiel a su palabra y no descansa ni de día ni de noche pendiente siempre de sus hijos.
El cristiano debe estar seguro y convencido que Dios no lo abandonará nunca, Él ha prometido ser un centinela que nos protege de todas las adversidades. Somos nosotros quienes nos alejamos de Él y buscamos los problemas, es por ello que cada accion y obra que emprendamos debemos encomendársela quien como buen guardian vigilara y hará crecer la obra.
Este salmo puede ser la oración de los cristianos para cualquier momento difícil de angustias. Digamos siempre “Tengo un Dios más grande que mis problemas”
Dirijo la mirada hacia los montes: ¿de dónde me llegará ayuda?
Mi socorro me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra.
No deja que tu pie dé un paso en falso, no duerme tu guardián; jamás lo rinde el sueño o cabecea el guardián de Israel.
El Señor es tu guardián y tu sombra, el Señor está a tu diestra.
Durante el día el sol no te maltratará, ni la luna de noche.
Te preserva el Señor de todo mal, él guarda tu alma.
El te guarda al salir y al regresar, ahora y para siempre. (Salmo 121)
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