En nuestro tiempo ya es común ver
parejas que se casan hoy y al poco tiempo se separan. En nuestro país dicha situación
se ha vuelto dramática, hasta el punto de ser a los cinco años el tiempo en que
las parejas mayormente según el INE se divorcian.
Algo está pasando en nuestra sociedad
donde el amor a la familia ya no es importante, les queremos dar legalidad a
uniones que están fuera del plan de Dios y desprotegemos a las que son imagen y semejan de Dios (Gen
1,27).
La carta a los Corintios hace un buen
señalamiento cuando la pareja por
ciertas circunstancias decide la continencia en el matrimonio “No se nieguen ese derecho el uno al otro, a
no ser que lo decidan juntos, y por cierto tiempo, con el fin de dedicarse más
a la oración. Después vuelvan a estar juntos, no sea que caigan en las trampas
de Satanás por no saberse dominar” (1Co 7,5). Que interesante estas palabras de Pablo y que
están llenas de un significado profundo, para ello vamos a puntualizar que:
·
La
separación indefinida no es buena, es
bueno tomarse un tiempo adecuado para hacer algunos ajustes que mejoren la vida
de pareja.
·
El
tiempo al cual se refiere Pablo es “Kairos”
es decir el tiempo de Dios, entonces es preciso contar con Dios en nuestro
matrimonio y no con Satanás. Por ello
hay que discernir nuestro matrimonio con Dios como testigo y como “aceite” que
hace unir todas las partes de nuestro ser.
·
La
oración es primordial en nuestro matrimonio, “Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara: "Levántate, hermana
mía. Oremos los dos, supliquémosle a nuestro Señor para obtener su gracia y su
protección». Ella se levantó y juntos se
pusieron a orar por su salvación” (Tob 8,4-5).
·
Vamos
a tener trampas que el maligno pondrá en nuestro matrimonio, pero con Dios como
fortaleza nada ni nadie nos vencerá. Debemos saber discernir cuando Dios
nos proporciona un momento oportuno o
decisivo para nuestra relación de pareja.
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