El
v.32 de Lucas es propio de este evangelista “o temas, pequeño rebaño, porque ha
tenido a bien vuestro Padre a darles el Reino”. En la perícopa anterior se
habló de la confianza en Dios, el cual conoce nuestras necesidades y está
pendiente de ellas, con tal de que nuestro esfuerzo esté centrado en lo único
que cuenta, que es el Reino de Dios.
El
“rebaño” es una imagen clásicamente bíblica para designar a Israel, pueblo de
Dios, que es su pastor. Actualmente, este rebaño es pequeño, débil
insignificante, circunstancia que podría aumentar sus temores, pero ellos están
protegidos por una seguridad que supera todas las deficiencias humanas.
El
resto de la pericopa (Lc 12,33-34) es común a los dos evangelistas, pero con
ciertas diferencias. Mt la tiene en el sermón de la Montaña, pero todo lo
dicho, es evidente que su contexto histórico es éste de Lucas.
La
enseñanza de Lucas es que hay que hay que atesorar “en el cielo”, es decir en
Dios. Ningún accidente puede echar a perder lo que allí se deposita. Mateo no dice
que es esto; sabemos por Lucas (12,33) que es la limosna, mejor dicho, los
bienes materiales convertidos en limosna.
La
presente segunda parte del texto de Lucas
(12,35-48) es una unidad sólo de carácter literario construida desde el
punto de vista de la idea del juicio. Contiene una serie de pasajes y frases de
Jesús que miran hacia la parusía, la nueva venida de Cristo. Éste es el motivo
por el que Mateo los ha insertado, en su mayor parte, en su discurso de la
parusía. El hecho de que también en su texto aparecen en la misma composición en
igual orden es una prueba de que no ha sido Lucas quien los ha reunido para
formar una unidad. En primer lugar, los v. 35-38 forman por sí solos una
perícopa completa, en la que se exhorta, en lenguaje figurado, a la vigilancia
con vistas a lo incierto de la hora del juicio. A ello se une, por su afinidad
de contenido, en el v. 39 la parábola del dueño de casa junto con su aplicación
(v. 40); la pregunta de Pedro que sigue, en cambio (v. 41), y la respuesta de
Jesús (v. 42-46), no van referidas a los v. 39s, sino que retroceden a los v. 37s.
Los v. 47-48a, en fin, y el v. 486 vuelven a formar respectivamente un logion
independiente, unidos ambos con lo que precede por la palabra nexo «criado» o
por asociación de ideas.
Amigo orlando. Como me alegra ver su trabajo y su filosofia juntas en un modelo de vida. Un abrazo. Y las bendiciones de dios tE sigan acompanando.
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