El
presente texto (Mc 7,1-23) nos coloca a Jesús
llegando de Jerusalén. En torno a él se encontraban los fariseos y algunos
maestros de Ley que iban aprovechar la oportunidad no para atacar directamente a Jesús, esta vez
lo harán a través de sus discípulos.
Anteriormente lo habían acusado de comer con pecadores (Mc 2,1-17), de
arrancar espigas en sábado (Mc 2,23-28; Mt 12,1-8; Lc 6,1-5), de sanar en
sábado (Mc 3,1-6; Mt 12,9-16; Lc 6,6-11) y de estar poseído por Belcebú (Mc
3,22-30; Mt 12,22-32; Lc 11,14-23). Los
fariseos en esta ocasión han observado que los discípulos no siguen la
tradición de los mayores con respecto a la omisión de la ablución ritual
(lavarse las manos) antes de las comidas (Mc 7,5).
La
tradición de los mayores son el conjunto de enseñanzas orales de los rabinos,
conteniendo leyes y practicas añadidas a la ley mosaica y explicativas de la
misma, puestas por escrito en el s.II d.C. constituyen la inmensa colección de
la Mishnah, que consta de seis grandes partes, 63tratados, 523 capitulos y 4187
paragrafos. Una de estas grandes partes está dedicada a las cuestiones de
pureza e impureza (Toharoth). Contiene doce tratados, cada uno de los cuales
consta de varios capítulos. Un tratado entero (Yadaim) está dedicado a la
pureza de las manos. El conocimiento de estas tradiciones enseñadas y
trasmitidas por grandes maestros, era un privilegio espiritual, por eso se dice
“maldito el que no conoce la ley” (Jn 7,49). El evangelista por tratarse de un
asunto típicamente judío y que es incomprensible para los cristianos venidos de
la gentilidad, lo explica con bastante detalles.
La
respuesta de Jesús consta de dos partes, de una cita bíblica del profeta Isaías
(29,13) y del ejemplo del “qorban” que era cualquier cosa consagrada y ofrecida
a Dios y particularmente la pronunciación de un voto. Los fariseos permitían y
alentaban a los hijos que consagraban sus propiedades a Dios y que después
rehusaran ayudar a sus padres, bajo la excusa de que sus bienes eran “qorban”,
o consagrados, pasando a formar parte del tesoro de las ofrendas (gr.
korbanas). De entrada Jesús califica a sus adversarios de “hipócritas” es decir
hombres de pura apariencia y que no son sinceros.
La
siguiente enseñanza (Mc 7,14-23) de Jesús, está en relación estrecha con la
perícopa anterior. Sería la segunda parte de la respuesta de Jesús a la
protesta de los fariseos relativa a la purificación de las manos, siendo ahora
bien concluyente hablando primeramente con la gente y diciéndole que “no hay nada
afuera del hombre que al entrar en él, pueda contaminarlo, lo que lo hace
impuro es lo que sale de él” (Mc 7,15-16)
y luego conversa a solas con los discípulos los cuales no habían
entendido y les explica en detalle la verdadera impureza.
La
verdadera pureza que Jesús quiere enseñar a los discípulos es un corazón lleno de amor y misericordia,
eso es lo importante y lo que cuenta para ser un fiel seguidor de su palabra.
Actualización:
ü En la sociedad: Hoy
nos encontramos con una sociedad contaminada, donde lo que nos ofrece por lo
general va contra la voluntad de Dios y que muchas veces van disfrazadas de
bien. Uno de los grandes males que el mundo ofrece es el amor al dinero, la
máxima “cuanto tienes tanto vales” parece siempre estar de moda, las personas
ansían las ganas de tener. El mundo cambiará en la medida que las personas
empiecen a cambiar.
ü En la Familia:
Los vicios o malas acciones nombrados por Jesús han hecho mucho daño a las
familias, cada día se están desintegrando más y necesitan de una verdadera
pureza que es el amor que establezca unas verdaderas relaciones donde también
Dios forme parte de ellas. Se necesitan de padres que hablen a sus hijos de la grandeza del amor de Dios por cada uno
de nosotros, hasta tal punto de dar a su único Hijo para nuestra salvación.
ü A nivel parroquial: Con
urgencia se necesita presentar la
Palabra de Dios a los fieles, es
necesario establecer una Pastoral Bíblica bien integrada, donde se
realicen semanas bíblicas, misiones, grupos bíblicos y aprovechar los momentos
de mayor fervor religioso para evangelizar. La Iglesia además de estar abierta
a todos debe ser misionera, no puede encerarse en las cuatro paredes como ha
sido la tendencia por años. Los católicos criticamos muchas veces y con razón a
otras denominaciones por la deformación del evangelio, sin embargo es preciso
decir que la forma de evangelizar de muchas de ellas les ha dado un resultado
positivo tremendo ya que evangelizan la mayor parte fuera de la iglesia, buscan
a las ovejas, les explican el mensaje aunque deformado y realizan campañas de
evangelización en los barrios más lejanos. Necesitamos salir de la parroquia,
explicar e interpretar el evangelio que es lo más puro que cualquier persona
pueda tener.
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