El
texto de Juan (15,1-8) no se encuentra en los sinópticos. Se inicia con las
palabras de Jesús diciéndose a si mismo que él es “la vid verdadera” y que su
“Padre es el viñador”. La palabra “Vid”
(ἄμπελος gr. ampelos גֶּ֥פֶן Heb. gefen)
en el AT se encuentra 22 veces Gn 49,11; Nm 6,4; Jue 9,12,13; Cnt 6,11; 7,13;
Jer 2,21; 8,13; Eze 15,2,6; 17,6,7,8; 19,10; Ose 10,1; 14,8; Jl 2,22; Hg 2,19;
Zac 8,12; Sir 24,17; 25,17.
22 Veces
Génesis
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1
versículo encontrado
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Números
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1
versículo encontrado
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Jueces
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2
versículos encontrados
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Cantares
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2
versículos encontrados
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Jeremías
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2
versículos encontrados
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Ezequiel
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6
versículos encontrados
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Oseas
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2
versículos encontrados
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Joel
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1
versículo encontrado
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Hageo
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1
versículo encontrado
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Zacarías
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1
versículo encontrado
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Sirac
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2
versículos encontrados
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En
Jeremías Dios se refiere a Israel como una viña (Jer 2,21 “Yo te había plantado de la cepa selecta,
toda entera de simiente legítima. Pues ¿cómo te has mudado en sarmiento de vid
bastarda? Jer 8,13 “Quisiera recoger de ellos alguna cosa -
oráculo de Yahveh - pero no hay racimos en la vid ni higos en la higuera, y
están mustias sus hojas. Es que yo les he dado quien les despoje”. Donde Israel ha fallado como pueblo escogido,
es ahí donde Jesús se hace fuerte para ser “vid”, por eso es Dios quien corta
los sarmientos que en Jesús no dan fruto, a los que dan frutos los poda para
que den aun más (Jn 15,2).
Jesús les dice a sus discípulos que ellos ya están
“limpios” (καθαροὶ gr. katharoi. Aparece 4 veces en el NT, la misma palabra la
utiliza Mateo para referirse a “los limpios de corazón) por la palabra (λόγον
gr. lógon) que les ha anunciado. Todo el que quiera dar frutos simplemente debe
“permanecer” (μείνατε gr meínate del verbo méno que significa quedarse, permanecer,
estar, vivir, morar, durar, continuar, perdurar esperar, aguardar) en él. Nadie
puede dar por si solo fruto sino permanece en Jesús.
El v.7 habla de la recompensa que Jesús les da a
aquellos que permanecen en él y guardan
sus palabras. Les dice que todo lo que “pidan” (αἰτήσασθε gr. aitésasthe del verbo aitéo que
sugiere con la mayor frecuencia la actitud de un suplicante, la petición de uno
inferior en posición a aquel a quien se le hace la petición; p.ej., en el caso
de hombres pidiendo algo a Dios Mt 7,7; de un hijo a un progenitor Mt 7,9-10;
de un súbdito a un rey Hch 12,20; de sacerdotes y pueblo a Pilato Lc 23,23; de
un mendigo a uno que pasaba Hch 3,2. Con referencia a pedir a Dios, este verbo
se encuentra en las epístolas de Pablo en Efe 3,20 y Col 1,9; en Santiago
cuatro veces Col 1,5-6; Col 4,2-3; en 1 Juan, cinco veces Col 3,22; Col 5,14-15,
dos veces, 16) lo “obtendrán”( γενήσεται gr. genésetai del verbo ginomai que
significa llegar a ser, nacer, suceder).
Actualización
Son
muchas las personas que me viven preguntado porque el mundo marcha de manera
tan errada, existen enfrentamientos, muertes, odio y guerras entre hermanos. La
respuesta la encontramos en este texto de Juan que hemos analizado (15,1-8), si
no permanecemos en Cristo no seremos capaces de dar los frutos necesarios para
hacer de cada hogar, comunidad, y pueblo un lugar donde reine la paz y el amor.
Lo peor de caso es que parece que los cristianos no estamos haciendo lo
necesario para propagar el reino de Dios, muchas veces queremos propagar e
imponer nuestro reino y nuestras doctrinas.
La
autosuficiencia es uno de los grandes males de hoy día, el ser humano se cree
Dios, parece no necesitarlo, han surgido tantas ideologías tanto religiosas
como políticas que tratan de hacer del ser humano un instrumento manipulable,
en el cual Dios no tiene cabida, es por ello que se le proporciona grandes
dosis de materialismo y de insignificancias para mantenerlo con la mirada
puesta en el horizonte equivocado.
Solamente
unidos a Cristo Jesús es que podemos dar frutos, y frutos en abundancia. El
mismo Señor dice que todo lo que “pidamos” cuando guardamos y ponemos en práctica
su Palabra nos será concedido, sin embargo, es necesario tener una actitud de
un suplicante que se cree el ser más inferior de todos, es allí donde radica el
secreto de obtener lo que le pedimos al Señor, muchas veces oramos con grandes
aires de grandeza, si Jesús siendo Dios se rebajó para volverse esclavo, también
quiere que cada uno de nosotros nos despojemos de todo egoísmo y orgullo que
nos ata al pecado.
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