El final de Marcos 16,9-20 falta en los
manuscritos más importantes, como el Vaticano y el Sinaítico, por lo que la
critica textual lo considera un apéndice, añadido muy pronto al final problemático
de Marcos, pues ya está atestiguado en el segundo tercio del siglo II. Aunque
no pertenece a Marcos, se considera canónico, es decir, perteneciente a la
Sagrada Escritura y, por ello, es un texto inspirado que contiene la palabra de
Dios (Concilio de Trento, Decretum de canonicis Scripturis, de 8 de abril de
1546; véase EB 60; 396; DV 11). En cuanto a su origen, no hay una explicación
clara aceptada por todos. Tiene paralelos en Jn 20,11-18 (aparición a María
Magdalena), Lc 24,13-35 (discípulo de Emaús), Lc 24,36-49; Jn 20,19-23; Mt
28,18-20 (comida y misión); Lc 24,50-53 (ascensión). Según algunos autores, el
apéndice depende y resume los relatos de Juan, Lucas y Mateo, pero según otros
es independiente y procede de una fuente común.
Jesús
luego de haber resucitado y antes de sentarse a la diestra del Padre les
encargó a los discípulos una tarea que ameritaba mucha entrega e incluso riegos
(Mc 16,15-20), les dijo: “Proclamen la Buena Nueva a toda la creación (κηρύξατε
τὸ εὐαγγέλιον πάσῃ τῇ κτίσει gr. kerúzate to euangélion páse to ktísei). El que crea y sea bautizado se salvará el que no crea, se
condenará”. El evangelista utiliza los verbos “crear” πιστεύσας gr. pisteúsas
de pisteúo y “salvar” gr. σωθήσεται de sózo. Jesús es bien claro al decir que
el que no crea “será condenado” κατακριθήσεται gr. katakrithsétai del verbo
katrakíno que significa juzgar, condenar. La potestad de “condenar” no es del
ser humano, en el texto se hace la distinción que el que condena es un ser
superior. Evidentemente hay que “creer” en el mensaje de salvación, de lo
contrario seremos juzgados.
Los
que crean en el mensaje estarán acompañados de unas” señales” σημεῖα gr. semeia
de semeíon. En el nombre de Jesús podrán:
1.
Expulsarán “demonios”: ἐκβαλοῦσιν
δαιμόνια gr. ekbalousin daimónia. Los demonios son los agentes espirituales que
actúan en toda idolatría. El ídolo en sí no es nada, pero cada ídolo tiene un
demonio asociado que induce idolatría, con su adoración y sacrificios (1 Co
10,20-21; Ap 9,20; cf. Dt 32,17; Is 13,21; Is 34,14; Is 65,3, Is 65,11).
Diseminan errores entre los hombres, y tratan de seducir a los creyentes (1 Ti
4, 1).
2.
Hablarán en lenguas nuevas: λαλήσουσιν γλώσσαις καιναῖς gr. lalésousin glóssais
kainais. El diccionario de strong al referirse a “glossa” dice que es de
“afinidad incierta lengua; por implicación lenguaje, idioma
(específicamente uno adquirido no naturalmente”. Cabe preguntarse por esas
personas “que hablan en lenguas” y nadie les entiende, y lo peor del caso un
idioma desconocido.
3.
Agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño.
4.
Impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien. ἐπιθήσουσιν gr.
epithésousin del verbo epitídsemi que significa “imponer” en un sentido
amistoso u hostil.
Luego
de decirles estas palabras, el Señor fue “elevado” (ἀνελήμφθη gr. anelémphthe
del verbo analambáno que denota recibir, recoger, tomar, llevar) al “cielo” (οὐρανὸν
gr. ouranon) y se sentó a la “diestra” (δεξιῶν gr. dexion que es adjetivo y se
usa de la derecha, en oposición a la izquierda, y metafóricamente, de poder y
autoridad, así como de un puesto de honor).
Actualización
Jesús
es nuestro modelo como Hijo de Dios. Vino a este mundo para enseñarnos en carne
propia lo que el hombre debía hacer para estar con Dios. En el relato de Mc se
nos detalla al final que Jesús fue recibido por su Padre y está sentado a la
derecha. Todo esto sucede porque él fue obediente a la voluntad de Dios,
siempre siguió sus caminos y esparció el mensaje de la Buena Nueva hasta el
punto de dar su vida por nosotros.
Dos
observaciones finales:
1.
Jesús dice que el que crea se salvará, es por ello que para conocer más sobre Jesús
y el Reino es necesario leer la palabra de dios todos los días e
interiorizarla.
2.
Cuidado con aquellas personas que dicen que “hablan en lenguas” no vallan a ser
unos lobos vestidos de pastores. Muchos hablan un idioma que no existe, por lo
tanto o lo están inventando o es del diablo, para que quiere Dios que una
persona hable en “lengua” si nadie le entiende, en Pentecostés los discípulos
hablaron el idioma de las personas que habían venido de todas las naciones en Jerusalén,
no dice que hablaban un idioma que nadie entendía.
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